Los habitantes del oeste de Noruega no podían dar crédito a sus ojos cuando el pasado 14 de septiembre de 2019, se vieron sorprendidos por una intensa nevada prematura, acompañada por fuertes vientos y tormentas.
Estas condiciones climáticas extremas derribaron numerosos árboles, líneas de tendidos eléctricos y causaron inundaciones y deslizamientos de tierras.
En algunas zonas de las montañas, se llegaron a acumular hasta 20 centímetros de nieve (7,8 pulgadas), mientras que numerosas personas tuvieron que ser evacuadas debido al riesgo de que se registraran inundaciones y deslizamientos de tierra.
Las tormentas extremas forzaron a las autoridades a cerrar varias carreteras principales y secundarias.
Ciudades del sur, como Kristiansand y Arendal sufrieron el azote de vientos de gran virulencia, que provocaron la caída de árboles y de torres de electricidad, desencadenando apagones eléctricos. En Hardanger, el viento destruyó más de 180 manzanos. Si bien el viento es algo habitual en la zona, la fuerza que tenía en esta ocasión, sorprendió a los habitantes.
Por otra parte, el clima extremo en la ciudad costera de Alesund forzó la cancelación de varios viajes en barco, dejando más de 3.400 pasajeros en tierra.
Al mismo tiempo, entre el 14 y el 15 de septiembre, se llegaron a acumular hasta 75 mm de lluvias en Bergen.
Para colmo, las previsiones meteorológicas apuntan a que seguirá nevando durante los próximos días.
Fotografía. Crédito: Meteorologene- vía Twitter. Autor: Statens Vegvesen