Eran alrededor de las 20:15 horas (hora local), del 21 de agosto de 2019, cuando las transmisiones dejaron de funcionar. Al principio, pensaron que se trataba de algún error de transmisión, pero lo que iban a descubrir los buzos desplazados al lugar para investigar lo sucedido, dejó a todos los científicos desconcertados. Toda la estructura había desaparecido por completo dejando solo un desmenuzado cable de transmisiones. Ambos bastidores, que se encontraban entre las fronteras danesa y alemana, habían sido removidos con gran fuerza desde su posición.
Las autoridades alemanas han iniciado una investigación para determinar las causas de la misteriosa desaparición de este observatorio submarino en el mar Báltico, valorado en 300.000 euros (330.000 dólares).
Sin embargo, no estamos hablando de un laboratorio que pueda montarse y desmontarse fácilmente. La subestación contenía dos bastidores, uno de 250 kg (550 libras) y otro de 100 kg, anclados a una profundidad de 22 metros (72 pies). El contenido del observatorio, instrumentos y elementos varios, pesaban un total de 770 kg (1.700 libras).
En principio, con esto ya queda descartado que haya podido verse arrastrado por una gran tormenta, corrientes marinas muy fuertes o criaturas marinas de gran tamaño, pero lo cierto es que los bastidores fueron removidos ejerciendo una presión enorme.
El Observatorio, conocido como Boknis Eck Observatory, se encontraba ubicado a 1,8 kilómetros (1,1 millas) frente a la costa, en una zona restringida que prohibía el acceso a personal civil y tráfico comercial. Llevaba allí desde que fue instalado en el año 2016.
Según informan, la estación recogía datos sobre la temperatura del agua, nutrientes, contenido de sal, velocidad del agua, y concentraciones de metano y otros químicos para evaluar la salud del ecosistema. Por lo tanto, para los científicos, independientemente del valor económico de las instalaciones, su utilidad hace que la pérdida sea calificada como muy importante.
Científicos de GEOMAR han realizado la búsqueda del observatorio sin éxito y piden ayuda a la población.
El Centro Geomar Helmholtz for Ocean Research, es un instituto de investigación marina ubicado en el puerto alemán de la ciudad de Kiel.
Transmitido lo esencial de esta noticia, vamos a intentar analizar lo sucedido.
El Boknis Eck se encontraba en la Bahía Eckernförde. No estaba en una línea de falla sino ubicado en el borde de diferentes tipos de rocas. Estos bordes de estratos de rocas son débiles, lo que permite que la roca de un lado pueda levantarse o caiga, o se deslice sobre o debajo de otro. Este movimiento de placas o rocas perfectamente puede ser temporal, volviendo la roca posteriormente a su posición previa.
Para nosotros, no se trata de un robo llevado a cabo por “piratas submarinos”, sino de un movimiento de placas temporal que pudieron arrancar las piezas del laboratorio… ¿Quién sabe? Puede que restos del laboratorio aparezcan algún día en la bahía, arrastrados por la corriente, demostrando que no se los llevó nadie…
Fotografía del cable de fibra óptica que ha quedado desmenuzado en el fondo marino. Crédito: Research Dive Center CAU