Caracoles gigantes en Cuba.
Avanzan silenciosa y lentamente, pero sin pausa. Se trata de los caracoles gigantes africanos que han invadido Cuba. Con sus cuerpos de hasta 20 centímetros de largo, los caracoles se han convertido en el enemigo número 1 para los epidemiólogos de Cuba, donde muchos ciudadanos temen por sus cultivos y por las enfermedades que pueden transmitir.
Caracoles gigantes en Cuba. Una residente en Cuba afirma que no había escuchado hablar nunca de este tipo de caracoles, pero que ahora están por todas partes.
Durante los últimos meses, las autoridades cubanas han activado el sistema de Defensa Civil en todo el país para combatir los caracoles gigantes. Pero, para algunos, la respuesta a esta plaga es inadecuada.
Los caracoles gigantes pueden transmitir enfermedades.
Las familias cubanas intentan evitar que los niños jueguen en el exterior por miedo a que puedan contraer enfermedades transmitidas por estos caracoles, que pueden transmitir una infección cerebral muy grave conocida como la meningoencefalitis y una enfermedad abdominal conocida como angiostrongiliasis. Una zoonosis emergencia, de difícil diagnóstico y prevención que se transmite al hombre por el consumo crudo de gasterópodos terrestres, por la contaminación del agua o de alimentos con ellos o sus mucosidades o por la manipulación de los moluscos o de vegetales.
El caracol gigante fue detectado por primera vez en Cuba en el año 2014. Pero, ahora está en toda la Havana y prácticamente se encuentra presente también en cada provincia de Cuba. Se desconoce cómo llegó al país, pero es una invasión en toda regla.
El caracol gigante está presente en todo el mundo, y es conocido por sus efectos destructivos, de ahí que sea tan temido.
Las autoridades sanitarias han pedido a las personas que los recojan, sin tocarlos con las manos desnudas y que después los destruyan y los guardan en contenedores sellados. Pero, todavía no se puede decir que la plaga esté controlada.
El caracol gigante no tiene depredadores
En Cuba, el caracol gigante no tiene depredadores naturales y se come las frutas, las verduras, e incluso la basura, por lo que están proliferando con gran facilidad.
Se trata de un problema sanitario, económico e incluso ecológico, según ha confirmado una bióloga de un grupo medioambiental no gubernamental de la Havana.
La gente está haciendo lo que puede para intentar erradicar esta plaga, pero sin un entrenamiento adecuado y sin el equipo apropiado, no están recogiendo los ejemplares o destruyéndolos de forma segura.
Cuba se enfrenta a un gran reto. Ningún país ha sido capaz de controla esta plaga y Cuba parece ser que tampoco podrá hacerlo a corto o medio plazo.
Fotografía de un caracol gigante africano que avanza por la Havana, en Cuba, el 28 de agosto de 2019. Crédito: Ismael Francisco/AP