
Si algo hemos aprendido durante la pandemia del coronavirus COVID-19, es que los supermercados no guardan un stock muy amplio de los artículos que venden. ¿Por qué? Porque con las nuevas tecnologías que existen hoy en día, pueden llevar un control exacto de los productos que les van faltando, por lo que pueden reponer cada 7 días, cada 10 días, cada 15 días… Bueno, según sean sus necesidades. Ellos apenas tienen ya almacén. Si te fijas en las estanterías de tu supermercado habitual, podrás ver una serie de productos en fila. Puede que haya otra fila más por detrás, pero no muchas más. Y no será la primera vez que preguntamos por algún producto en concreto y nos respondan que, si no lo hay en las estanterías, es porque ya no queda.
Pero, además, desde que comenzó la pandemia, muchos supermercados han optado por reponer mayormente aquellos artículos que se venden más y ya no cuentan con el amplio surtido que había anteriormente.
Esto implica que, en el caso de que se produzcan compras masivas, como la que se produjo al comienzo del confinamiento, los supermercados no tarden mucho en sufrir un desabastecimiento de determinados productos.
Con la memoria en la experiencia ya vivida y la posibilidad siempre amenazante de que pueda producirse un nuevo confinamiento forzoso, tienes que tener en cuenta que, en este caso: las cadenas de suministros podrían verse todavía más afectadas que antes; la economía sufriría un nuevo y duro revés; podrían prohibir los desplazamientos de nuevo…
Está claro que, aunque no te estés preparando para una emergencia y no te consideres un “prepper”, la posibilidad de que esta situación vuelva a repetirse es muy real. Por lo tanto, prepararte para ella, aunque sea un poco, no estaría de más, sino que más bien parece muy sensato. Es tan simple como que cada vez que acudas al supermercado: compres determinados productos extra. De este modo, te garantizas ir acumulando un “stock” para poder afrontar la posibilidad de que todo se complique de nuevo.
Si los supermercados cerraran o los suministros no estuvieran disponibles, el resultado final sería el mismo que el virus letal del que huimos. Por lo tanto, lo recomendable es hacer ahora lo que sí que puedes hacer. De esta manera, al menos tendrás algún control de la situación que podría darse.
Pero, ¿qué productos deberías añadir de más en tu carro de la compra?
En base a lo ya vivido, podemos predecir con cierto acierto los productos que se agotarán los primeros. Puedes estar seguro/a que serán los que más se vendan de nuevo, en el caso de volverse a dar las circunstancias de la orden del confinamiento. Y, teniendo en cuenta que la mayoría de los supermercados están más limitados que antes en ciertos productos, probablemente lo más aconsejable sería que cada vez que acudas al supermercado: compres estos productos: comida enlatada, harina, leche en polvo, arroz, levadura, garbanzos, judías, pescado, carne, mascarillas, guantes, papel higiénico, gel hidroalcohólico, productos de limpieza y desinfección…
Por supuesto, esta relación no debe ser seguida al pie de la letra. Te invitamos a modificarla y a ajustarla a tus necesidades personales. Por ejemplo, si tienes un bebé en casa, es posible que tengas que añadir fórmulas de alimentación infantil, pañales, etc.
Estos son algunos de los productos que se agotaron antes que ningún otro. Compra algo extra cada vez que hagas una compra y, cuando quieras darte cuenta, dispondrás de un pequeño almacén “por si acaso”. No hace falta invertir mucho dinero de una sola vez. Si añades un poco de gasto a tu compra habitual, estarás más preparado/a la próxima vez que puedan ordenar un confinamiento.
Así de fácil.
Fotografía de dominio público. Crédito: Imagen de Peggy CCI en Pixabay