La trágica muerte de un niño de 6 años, el pasado 8 de septiembre de 2020, tras verse infectado por una ameba comecebreros hallada en el suministro de agua potable, ha forzado la declaración de desastre en Texas. Las autoridades han pedido a los residentes del Lake Jackson, en Texas, que no consuman el agua del grifo.
Al parecer, el agua se encuentra contaminada por la ameba, conocida como Naegleria fowleri. Su mayor peligro no es precisamente que entre al beber agua por la boca, sino cuando es inhalada por la nariz. Y es en este último caso cuando suele ser fatal hasta en un 90 a 95%.
En agosto, otro joven, de 13 años, murió tras disfrutar de unas vacaciones en el campamento North Florida, donde hay un parque de agua y un lago.
En julio, el Departamento de Salud de Florida anunciaba otro caso en el condado de Hillsborough.
El viernes, un total de ocho localizaciones recibieron el aviso de no utilizar el agua. Los 27.000 residentes de Lake Jackson han sido informados que usen agua embotellada.
Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) ha explicado que las personas no se pueden infectar por beber agua contaminada, y que no se puede transmitir de persona a persona.
Las personas que se ven infectadas gravemente por la ameba Naegleria fowleri pueden manifestar síntomas como fiebre, náuseas y vómitos, así como cuello rígido y dolores de cabeza. La mayoría mueren en el plazo de una semana. No obstante, este tipo de infecciones son poco frecuentes en los Estados Unidos, habiéndose registrado 34 muertes entre el año 2009 y 2018.
Según ha explicado el alcalde de Lake Jackson, el joven había estado jugando en una de las fuentes de la ciudad y también con una manguera en su casa, añadiendo que nada más conocerse la muerte del niño, cerraron todas las fuentes de la ciudad.
Las pruebas preliminares fueron negativas, por lo que el 17 de septiembre agentes del CDC, el Departamento de Sanidad del condado de Brazoria y la Comisión de Calidad Medioambiental de Texas, debatieron si repetirlas.
Tras varios intentos retrasados por culpa de la tormenta tropical Beta, finalmente, se hicieron varias pruebas el 22 de septiembre en Lake Jackson, y el 25 de septiembre llegó la confirmación positiva de la presencia de esta ameba en 3 de los 11 sitios de la ciudad.
Las pruebas positivas incluyeron el agua del Lake Jackson Civic Center Splash Pad, la manguera de la casa de la familia y un hidrante cercano a la almohadilla de salpicadura de la ciudad.
Al parecer, el 50% del agua de la ciudad proviene de la Autoridad del Agua de Brazoria y la otra mitad proviene de pozos.
Lake Jackson ha cerrado su sistema de agua, y TCEQ está trabajando con la ciudad para intentar eliminar la ameba.
La intención de la inspección es la de comprobar si existe algún tipo de contaminación en el sistema, o si se ha extendido a la región.
El viernes, las siguientes ocho comunidades, incluido Lake Jackson, fueron avisadas para no beber el agua del grifo: Freeport, Brazoria, Clute, Rosenberg, Oyster Creek, Richwood y Angleton.
Por su parte, el Departamento de Justicia Criminal de Texas desplazó varios tanques de agua a dos prisiones para proporcionarles agua para ducharse. El agua embotellada fue llevada a las cárceles en camiones grandes.
Según ha informado el alcalde, parece que se ha localizado el problema y el sábado permitieron a los residentes de siete ciudades de la región a consumir de nuevo el agua del grifo. Sin embargo, para los residentes de Lake Jackson todavía no se ha desactivado la orden de prohibición de consumir esta agua.
El alcalde ha manifestado que TCEQ está analizando el sistema en busca de cloro residual y considerará agregar una alta dosis de cloro al sistema durante unos 60 días. “Es posible que se pueda usar el agua, pero en esta etapa, aún no nos han dicho eso”, aclaró.
Para aliviar los problemas que ha provocado esta situación, se está distribuyendo agua entre los residentes.
Imagen de archivo. Crédito: Rudy y Peter Skitterians en Pixabay