Un lago de gran profundidad, situado en el centro de África mantiene el potencial para registrar una potente y peligrosa erupción. Se trata del lago Kivu, uno de los depósitos de agua más extraños de África.
Una serie de propiedades inusuales hacen que este lago sea intrigante para los científicos, al mismo tiempo que resulta imprescindible para la vida y prosperidad de los millones de personas que viven cerca de él.
El lago Kivu no se comporta como la mayoría de los lagos profundos. Normalmente, cuando el agua en la superficie de un lago se enfría, por las temperaturas del aire invernales o porque los ríos llevan nieve derretida, por ejemplo, esa agua fría y densa se hunde, y emerge un agua más cálida y menos densa de las profundidades del lago. Este proceso es el que suele mantener la superficie de los lagos profundos más cálida que sus profundidades. Sin embargo, en el lago Kivu, las circunstancias son diferentes, proporcionando al lago unas calidades inesperadas y con consecuencias sorprendentes.
Situado entre la frontera entre Ruanda y la República Democrática del Congo, este lago es uno en una cadena de lagos que bordean el Valle del Rift de África Oriental, donde el continente africano se está separando por las fuerzas tectónicas.
El estrés resultante en la fina corteza de la Tierra y la actividad volcánica, crea aguas termales bajo Kivu que aportan agua caliente, dióxido de carbono y metano a las capas del fondo del lago.
Debido a que los microorganismos utilizan parte de este CO2, así como la materia orgánica que se hunde de la superficie para crear energía, se crea más metano como producto adicional.
Estos gases normalmente saldrían como burbujas del agua, sin embargo, la gran profundidad del lago Kivu, de más de 460 metros (1.500 pies) en su punto más profundo, crea tanta presión que permanecen disueltos en el lago. Al mezclarse el agua con los gases disueltos, se torna más densa, por lo que no emerge. Además, el agua más profunda también es más salada por los sedimentos de las capas superiores del lago y de los minerales de las aguas termales, lo que aumenta la densidad todavía más.
Pero, el lago Kivu no es solo una curiosidad científica. La inusual estratificación y el CO2 y metano atrapados en sus capas más profundas preocupa a los científicos que temen que podría estar a punto de producirse un desastre.
Aproximadamente a unos 2.250 kilómetros (1.400 millas) al noroeste del lago Kivu, se encuentra el lago de un cráter en Camerún conocido como lago Nyos, que también acumula y atrapa grandes cantidades de gases disueltos, en este caso de CO2, procedentes de una fisura volcánica en el fondo del lago.
El 21 de agosto de 1986, la letal acumulación de ese gas tuvo consecuencias devastadoras. Posiblemente debido a un deslizamiento de tierras, aún no se sabe bien con certeza su causa, pero lo cierto es que una gran cantidad de agua se vio desplazada de forma repentina, provocando que el CO2 disuelto se mezclara rápidamente con las capas más superiores del lago, liberándolo al aire. Una enorme nube de gas asfixió a unas 1.800 personas de varias poblaciones cercanas.
Eventos como este se conocen como erupciones límnicas. Un extraño desastre natural por el que el dióxido de carbono emerge súbitamente de las profundidades de un lago, asfixiando a la fauna, al ganado y a los seres humanos. Este tipo de erupción puede generar tsunamis en el lago.
Los científicos creen que los deslizamientos de tierras, la actividad volcánica o ciertas explosiones pueden desencadenar una erupción de este tipo. Por desgracia, esto es precisamente lo que temen que podría suceder en el lago Kivu, o incluso un evento mortal más grave.
Nyos en realidad es un lago más bien pequeño, ya que solo mide 1,6 kilómetros (1 milla) de largo, por algo menos de una milla de ancho y tiene menos de 210 metros (700 pies) de profundidad.
Por el contrario, Kivu es mucho más grande. Cuenta con 89 kilómetros (55 millas) de largo, siendo su profundidad el doble que la de Hyos. Precisamente por este motivo, los científicos han expresado su temor al mencionar que Kivu tiene el potencial para una erupción líminica mayor y catastrófica, en la que liberaría cantidades elevadas de gases.
Cuando el lago Nyos entró en erupción, residían unas 14.000 personas cerca del lago. Hoy en día, más de 2 millones de personas viven cerca del lago Kivu. Incluyendo cerca de un millón de residentes en la ciudad de Bukayu, en la República Democrática del Congo.
En el caso de registrarse una erupción líminica en el lago Kivu, según una limnóloga de la Unversidad de California, en Santa Bárbara, sería completamente catastrófica.
Según las pruebas halladas por los científicos, el lago Kivu ha registrado este tipo de erupciones límnicas en el pasado, concretamente hace unos 3.500 a 5.00 años, y posiblemente también algunas más recientes.
Independientemente de lo que sea la causa que genere la erupción líminica en el lago Kivu, lo cierto es que el efecto sería el mismo. Los gases acumulados se verían liberados creando densas nubes de CO2 y metano que, tal y como sucedió en la erupción del lago Nyos, podría desplazar oxígeno y provocar asfixia.
Pero, además, en el caso de que el aire sobre Kivu se llenara de metano, también existe otro riesgo potencial: que se incendie.
El lago está siendo monitoreado de forma habitual en busca de señales que muestren algún tipo de anomalía en las concentraciones de gases o una subida repentina, de manera que no sorprenda a la población. Más de una docena de estaciones sísmicas comprueban con regularidad la actividad sísmica cerca del lago, a tiempo real.
Las concentraciones de CO2 en el fondo del lago Kivu aumentaron entre un 15 y un 20% entre 1974 y 2004.
En el año 2008, Ruanda lanzó un programa piloto extrayendo metano del lago para quemarlo como gas natural y recientemente firmó un contrato para exportar metano embotellado. En el año 2015, se puso en marcha un programa de extracción de metano mucho más importante conocido como KivuWatt.
Estos proyectos bombean agua desde las capas profundas del lago, y al disminuir la presión en esa agua, los gases se ven liberados. El metano es extraído para usarlo como combustible y el CO2 vuelve a bombearse al fondo del lago.
Puede que al riesgo del lago Kivu se le haya sacado partido, ya que se afirma que utilizar los gases almacenados en el lago Kivu podría resultar en una fuente de energía importante. Pero, aún así, hay que tener muy presente que el peligro que acecha bajo el lago sigue siendo muy peligroso.
Fotografía. Crédito: MONUSCO / Myriam Asmani, CC BY-SA 2.0 <https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0>, via Wikimedia Commons
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