En el año 2008, los soldados que había desplegados en Iraq, gracias a sus aparatos de visión nocturna, pudieron ver unas espirales de metano que ardían. Desde entonces, estas espirales o torres de metano, han sido vistas desde distintos lugares del mundo.
En Escanaba, Michigan, la explosión de un transformador durante una tormenta eléctrica, emitió una espiral de metano que se había visto liberada por un seísmo.
A finales del año 2014, un relámpago de metano en los Urales hizo que, durante unos momentos, la noche se convirtiera en día en una autovía, para sorpresa de los conductores.
En agosto de 2015, estas torres de luz eran tan pronunciadas que parecían focos de luz dirigidos al cielo.
Las torres de metano que se han visto recientemente están todavía más bajas, en las nubes bajas, por lo que el metano encendido está bajo presión y sigue alejándose del suelo, en apariencia de tubo.
En aquellas zonas del mundo donde el estrés o tensión en las rocas y la liberación de metano son intensos, como sucede a lo largo de la Vía Marítima que se está desgarrando, se seguirán viendo estas torres de luz.