Algunos estamentos oficiales como la NASA y el NOAA no cesan en su empeño de predecir tormentas solares extremas que interrumpirán el normal funcionamiento del GPS, causarán daños en las redes eléctricas y en los satélites, etcétera.
En un intento de adelantarse a los posibles efectos del Planeta X, las miradas se concentran en el Sol para intentar justificar algunos de los efectos de la aproximación del Planeta X.
Por ejemplo, durante la última tormenta espacial de hace unos días, pronosticaron que podría ser la peor desde 2006, con daños en las redes eléctricas y en los sistemas de navegación por satélite. Sin embargo, la tormenta geomagnética resultante – como en tantas ocasiones anteriores – no ha sido tan potente como se esperaba y no se han registrado daños en los GPS, redes eléctricas, ni tampoco se han visto afectados los astronautas a bordo de la Estación Espacial Internacional.
Las tormentas geomagnéticas y de radiación son cada vez más frecuentes debido a que el Sol avanza en su máximo solar, pero por lo general estamos protegidos por el campo magnético de la Tierra.
Al mismo tiempo, el USGS y sus redes sísmicas a nivel global, evitan publicar la magnitud real de los terremotos que están teniendo lugar en la Tierra, con objeto de evitar que se tome consciencia del gran incremento en la actividad sísmica que está registrando nuestro planeta. Algunos de los seísmos son verificados y la magnitud disminuida. Por ejemplo, si el terremoto ha sido de 7 grados, posiblemente lo califiquen de 6, o incluso menos. Las fallas tectónicas de la Tierra se desplazan, los volcanes despiertan de su letargo y entran en erupción, el patrón climático está cambiando, las sequías se intensifican en zonas donde habitualmente solía llover, llueve de forma incesante y torrencial provocando inundaciones masivas, etcétera. Sólo tiene que leer las noticias de otra manera, y verlas en un contexto global. De este modo comprenderá que todo está relacionado, y que algunos de los fenómenos meteorológicos y geológicos que se producen, no son habituales.
Ya no sirve culpar al calentamiento global. Una explicación que ya se echó por tierra como fraude en noviembre de 2009. A raíz de este fallo, el público tuvo la impresión de que no podía confiar en la ciencia. Pero, las cosas ahora han ido a peor. A falta de una explicación oficial para justificar el bamboleo de la Tierra, el cambio de las mareas oceánicas, los patrones climáticos extremos, el aumento en el número de terremotos, los cráteres y socavones que se abren en la tierra, las tierras inundadas que permanecen anegadas, y las señales que proceden del cielo, la NASA y el USGS se han unido para buscar una tapadera que pueda ocultar la causa. Cualquier científico que pretenda levantar la voz e intentar explicar los efectos en base a algo distinto a lo que se explica desde estos estamentos, pierde sus subvenciones, posiblemente su trabajo, y también su reputación.
Recientemente, 8000 científicos de 50 países se han reunido en un congreso anual de ciencias en Vancouver. En esta reunión se ha conversado acerca del fallo de la teoría del Calentamiento Global. Una teoría que fue utilizada para justificar los cambios en la Tierra que provoca la aproximación del Planeta X. Parece que se intenta unificar justificaciones y ante la falta de creencia en esta teoría, ahora se intenta culpar al Sol, a un ciclo solar extremo, a un Sol extremadamente activo (causado por la presencia del Planeta X).
Entre los efectos provocados por la aproximación del Planeta X y que no se está explicando en su contexto total, figura el hundimiento de la Placa de Sunda. Un proceso que – visto los sucesos que están teniendo lugar en el planeta – casi está completado.
Según ha informado el Banco de Desarrollo de Asia, en tan solo dos años, los desastres naturales han desplazado a más de 42 millones de personas en Asia (un síntoma del hundimiento de la Placa de Sunda).
Unos 31,8 millones de personas en la región se han visto obligadas a desplazarse por culpa de los desastres provocados por el clima y el clima extremo en 2010, incluyendo más de 10 millones de personas en Pakistán debido a inundaciones masivas (probablemente debido al movimiento de la placa Indo-Australiana).
Además, 10,7 millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus casas en 2011, mientras que se prevé que este tipo de eventos sean más usuales a partir de ahora.
Aunque muchas personas desplazadas han podido regresar a sus casas, otras son menos afortunadas y luchan por empezar una nueva vida en otro lugar, mientras intentan superar las pérdidas humanas.
Esta situación está provocando un gran movimiento de población en Asia y en el Pacífico, especialmente de las zonas más bajas con respecto al mar, que más están sufriendo las consecuencias. A pesar de ello, las noticias y los gobiernos no están informando de la gravedad de la situación que está por llegar, ni recomiendan a la población que abandonen las zonas bajas y se marchen a zonas elevadas, seguras. En su lugar, están recomendando mejorar la infraestructura urbana y los servicios básicos para acomodar a la población.
Algunas de las inundaciones persistentes que están teniendo lugar actualmente en el planeta y que no retroceden, no han sido provocadas por las lluvias, sino por el hundimiento de la tierra y la pérdida de nivel con respecto al mar.