Una persona, 25 vehículos y 12 viviendas, se han visto afectados por la caída de escombros de un Boeing 787-8, cuando este efectuaba un regreso de emergencia al aeropuerto Fiumicino, en Roma, este fin de semana.
El vuelo DY-7115, tenía previsto volar desde Roma hasta Los Ángeles, pero poco tiempo después de despegar, se encontró con problemas técnicos. Fue cuando el avión alcanzó los 3.000 pilotos, que los pilotos declararon una emergencia y regresaron a Roma para realizar un aterrizaje seguro, aproximadamente unos 23 minutos después de su partida.
A bordo del aparato volaban 298 pasajeros, y afortunadamente ninguno resultó herido.
Según numerosos testigos, residentes locales del barrio de Isola Sacra, muchos de ellos vieron caer piezas metálicas brillantes del cielo, como si de una lluvia se tratara. Pero el incidente pudo haber sido mucho peor. Solo unos momentos más de vuelo y estas piezas incandescentes podrían haber alcanzado el centro de la ciudad, repleta de las playas en la costa.
El avión, un Boeing 787-8, solo tiene 5,5 años de antigüedad y su matrícula es LN-LND. Al parecer, los restos del aparato eran del motor izquierdo, un Rolls-Royce Trent 1000. La extensión de los problemas técnicos sufridos tras el despegue y lo que provocó que se desprendieran piezas, así como lo cerca que estuvo este incidente de convertirse en una tragedia, se desconocen.
La Agencia de Seguridad en la Aviación de Italia (ANSV) ha iniciado una investigación y espera comprobar motores parecidos, así como revisar los procedimientos de mantenimiento en Rolls-Royse y en Noruega.
Oficialmente, se ha informado que el avión sufrió un fallo técnico en uno de sus motores y que fue seguro aterrizar en Roma.
Fotografía de algunas de las piezas recuperadas. Crédito: Breaking Aviation News