Sin pretender transcribir las numerosas profecías que existen y han existido a lo largo de los tiempos, ni tampoco valorar si estas predicciones podrían materializarse, reproducimos información acerca de una posibilidad que parece tener muchos adeptos. Científicos y no científicos investigan y estudian esta posibilidad, que dicen está siendo estudiada y observada en secreto por diversas organizaciones gubernamentales.
Como en todas las cosas, también existe un gran número de personas que echan por tierra estas teorías y predicciones. Pero, sea cierto o no, ante la posibilidad de que esta información pudiera ser cierta, AlertaTierra.com ha decidido informar a los visitantes de su web, con objeto de facilitarles el acceso a la información que se maneja al respecto. Creer o no en su existencia, será una decisión individual y muy personal que dejamos a cada uno…
Cuando miramos al cielo y vemos su inmensidad, nos preguntamos si habrá algo más ahí fuera. Y es que hemos ido descubriendo planetas, poco a poco, gracias al empeño de unos y a los conocimientos de otros. A pesar de la incredulidad inicial cuando se plantean nuevos conceptos, la lógica, la ciencia, o los acontecimientos, en ocasiones han terminado por dar la razón a nuevas perspectivas y descubrimientos. Por ejemplo, ¿cuánto tiempo no ha estado la humanidad empeñada en que la Tierra era plana?
En una época en la que los fenómenos naturales como sequías, inundaciones, incendios forestales, huracanes, etc., preocupan a la población (y a los líderes) de todo el mundo, muchos se preguntan si no habrá una razón específica que sea la causa de este declive general. Y cuando el calentamiento global y el cambio climático están en boca de todos porque finalmente se ha descubierto que era un engaño, otra explicación aparentemente nueva (pero que parece ser ya se había manifestado en el pasado) se abre camino con fuerza.
Todo apunta a que la aproximación y paso del Planeta X o Nibiru será el causante del cambio en la Tierra. Pero, ¿qué es Nibiru?
Cuando se descubrieron perturbaciones en la órbita de Saturno, los cálculos matemáticos de los astrónomos predijeron la existencia de otro planeta. Fue gracias a estas predicciones que William Hershell descubrió el planeta Urano en 1781. Pero los astrónomos no tardaron en descubrir que también Urano sufría perturbaciones en su órbita, por lo que la búsqueda de otro planeta no cesó.
En el siglo XIX, John Keljerms, matemático y astrónomo, predijo la existencia y posicionamiento de un objeto de gran tamaño en el sistema solar exterior. Uno que él pensaba tenía la fuerza suficiente como para perturbar la órbita del planeta Urano. Posteriormente, en el año 1846, el astrónomo alemán John Galle, utilizando estas predicciones matemáticas, descubrió el planeta Neptuno. Sin embargo, las perturbaciones halladas en la órbita de Neptuno dejaron bien claro que la causa de todas las perturbaciones todavía estaba por descubrir.
Cuando Clyde Tombaugh descubrió el planeta Plutón en 1930, muchos suspiraron aliviados pensando que ya habían resuelto el misterio, pero los cálculos matemáticos pronto probaron que la masa de este pequeño planeta era insuficiente como para causar perturbaciones en Neptuno. La búsqueda del 10º planeta continuó.
El 26 de enero de 1983, la NASA lanzó el Satélite Infrarrojo Astronómico (IRAS). Algunos investigadores independientes del Planeta X mantienen que el propósito de este satélite es el de buscar el Planeta X en el cielo. Cuatro días después de su lanzamiento, John Noble Wilford escribía un artículo interesante en el New York Times con el título: “Aumentan las claves en la búsqueda del Planeta X”.
El 30 de diciembre de 1983, el Científico Jefe del Telescopio Astronómico por Infrarrojos (IRAS), anunció que la NASA había descubierto el Planeta X. El descubrimiento fue publicado en seis periódicos. Enlace al artículo: «Posiblemente tan grande como Júpiter».
Posteriormente, en un artículo publicado el 10 de septiembre de 1984 por U.S. News and World Report, Gerry Neugenbaur, director del Observatorio Palomar del Instituto de Tecnología de California, decía: “Todo cuanto puedo decir es que todavía no sabemos lo que es”.
Algunos astrónomos dicen que el objeto que emite calor es una estrella colapsada que no se había descubierto o posiblemente una enana marrón, un cuerpo celeste que no llegó nunca a convertirse en una estrella. Sin embargo, un número creciente de astrónomos insisten en que el objeto es una masa gaseosa que evoluciona lentamente en un planeta.
Durante décadas, los astrónomos han observado que las órbitas de dos gigantescos y distantes planetas, Neptuno y Urano, se desvían lentamente del camino que deberían según las leyes de la física. La fuerza gravitacional del Planeta X podría ser la explicación a esta desviación.
“Por otra parte”, dice Neugebaur, “si podemos mostrar que nuestro propio sistema solar todavía está creando planetas, sabremos que está sucediendo también alrededor de otras estrellas”.
En 1984, la NASA se retractó del descubrimiento y, desde entonces, ha negado la existencia de Nibiru.
En un comunicado de prensa de 1992, según Sitchin, la NASA explicaba: “Desviaciones inexplicables en las órbitas de Urano y Neptuno apuntan a la existencia de un gran objeto en el sistema solar exterior, de 4 a 8 veces la Tierra, en una elevada órbita muy inclinada, más allá de 11 billones de kilómetros del Sol”.
Muchos científicos y astrónomos relacionados con esta investigación creen que, debido a la abrumadora evidencia, los gobiernos del mundo ya son muy conscientes de lo que está sucediendo con respecto a la aproximación de este objeto masivo, que los preparativos están en marcha, y que los desmentidos oficiales y falta de información en los medios de comunicación son debido a la intención de no causar el pánico global acerca de lo que podría suceder cuando tenga lugar el evento. La especulación, en base a las tendencias mundiales de los últimos veinte años y a la postulación científica, es que tal acontecimiento, conforme se acerca cada vez más el objeto, afectará cada vez más al campo magnético de la Tierra potenciando la actividad sísmica y los desastres naturales en todo el globo.
Según los expertos, cuando el Planeta X sobrevuele finalmente la Tierra, podría
comenzar un violento fenómeno cósmico y durar varios meses, afectando a la
Tierra de formas muy intensas, mientras el planeta se ve bombardeado por tormentas
solares y rayos cósmicos.
Además, los expertos puntualizan que los gobiernos del mundo ya se están preparando y que, a través de 12 satélites, situados sobre el Polo Norte y Europa, han descubierto una grieta importante en el campo electromagnético de la Tierra.
Entre las pruebas de los preparativos del gobierno circula la teoría de un proyecto clandestino de la NASA de lanzar varios satélites para supuestamente detectar y advertir, que satélites antiguos podrían haber ampliado su tiempo de vida, y que se podría estar construyendo un nuevo observatorio con un telescopio nuevo por infrarrojos a instalar dentro de una instalación de los Estados Unidos en el Polo Sur.
En el año 2003, se lanzó el Telescopio Espacial Spitzer, uno de los telescopios más grandes por infrarrojos. Además, ahora tenemos el Observatorio de la Estratosfera, por la Astronomía Infrarroja, mediante un avión jumbo preparado con telescopios a bordo para el estudio astronómico.
El SPT, o Telescopio del Polo Sur, es un telescopio por ondas, construido recientemente en la Antártica para monitorear objetos no observados en una franja visible. Los franceses tampoco se han quedado atrás y han construido el telescopio Concordia, supuestamente para monitorear la actividad sísmica en Júpiter.
En diciembre de 2008, comenzó a funcionar el nuevo Pan-Starr (Telescopio de Investigación Panorámica y Sistema de Rápida Respuesta) en el monte Haleakala, en Maui, Hawái. Equipado con la mayor cámara de grabación digital de 1,4 billones de pixeles por imagen. Este aparato está diseñado para buscar y encontrar cualquier asteroide, cometa o cualquier otro planeta que pueda suponer una amenaza para el planeta Tierra.
Curiosamente, el telescopio conocido como Hubble, que en principio tendría que haber terminado su misión en el año 2007, fue reprogramado para que continuara funcionando hasta el año 2013. Y en agosto de 2008, al telescopio Hubble le fue añadido un hardware “clasificado”, así como escudos especiales de calor.
En abril de 2010, se añadió a esta larga lista de observatorios el telescopio Lucifer, en el monte Graham, cerca de Wilcox, Arizona. El telescopio, propiedad del Vaticano, es el telescopio óptico, binocular, más grande del mundo, diseñado para aportar observaciones sin precedentes de objetos cercanos a los infrarrojos. Su tecnología por infrarrojos y su nombre, parecen querer dar a entender que también el Vaticano busca el Planeta X.
Existe una supuesta filtración de los servicios secretos del Vaticano que habla acerca de un proyecto denominado “Secretum Omega”, que implica una aventura secreta en conjunto con la NASA. Según esta fuente extra oficial, el telescopio por infrarrojos del Estado del Pontífice, “Siloe”, habría sido lanzado al espacio en 1995 para monitorear la aproximación de Nibiru. El informante también ha revelado que, aparte de los posibles efectos catastróficos del paso de este planeta, este objeto celestial alberga una raza de alienígenas, tecnológicamente avanzados, que no vendrán en son de paz.
Por otro lado, resulta curioso el reciente pacto firmado entre Rusia y los Estados Unidos de América, por el que científicos del espacio van a trabajar en conjunto para crear escudos protectores alrededor de la Tierra, puede que no sea para defendernos de agresiones con misiles nucleares, sino para los objetos y escombros espaciales procedentes de Nibiru.
Lo que es evidente es que, de existir, si este objeto de gran tamaño llega ahora o si tarda otro siglo en aparecer, cuando lo haga podría ser un problema importante para la Tierra.
Dicen que existen aproximadamente 50 nombres diferentes para referirse al Planeta X o décimo planeta, aunque es posible que haya muchos más. En realidad, el término Planeta X, no es científicamente correcto pero se basa en el ampliamente leído libro de Sitchen, “The 12th Planet”. El término “Nibiru” no es un nombre reciente, proviene de las tablas y escritos cuneiformes de los Sumerios, de hace 6.000 años. “Nibiru” significa “Planeta del cruce”.
En cuanto a la cultura Sumeria, fue la primera civilización en la Tierra de la que se tenga constancia, posteriormente se le llamó Sumeria y hoy en día es Irak. Se ha conocido a lo largo de los tiempos como Sumeria, Mesopotamia y Babilonia, y es la misma localización donde se ha establecido la primera colonización de la tierra. La cultura Sumeria es la civilización más antigua que conocemos, en base a los objetos y monumentos que todavía se guardan.
Las historias, a lo largo de la versión inglesa de la Biblia, la versión moderna de hoy de la Biblia, hablan sobre muchos eventos que cambiaron el curso de la humanidad en nuestro pasado. Si vemos estas historias en la Biblia como hechos históricos de lo que realmente tuvo lugar, entonces necesitamos investigar los orígenes de estas historias. La versión hebrea de la Biblia, conocida como el Antiguo Testamento, que es una versión mucho más antigua que la traducción al inglés, está basada en historias de la Cultura Sumeria. Cuando investigamos los orígenes del Antiguo Testamento, podemos ver que también está basado en traducciones anteriores de idiomas todavía más antiguos de nuestra historia.
La cultura Sumeria, la primera civilización que inventara la escritura como un lenguaje escrito completo, certificó historias que se han preservado a través de nuestra moderna Biblia a través de pasajes hallados en el Antiguo y el Nuevo Testamento. Todos ellos, hablan de un tiempo en el que el hombre vivía entre los dioses aquí, en la Tierra. Los Sumerios tenían 7 tablas sagradas que explicaban nuestra creación. Estas historias, conservadas en piedra, nos son contadas actualmente como la versión inglesa: “los 7 días de la creación”.
También hablaban de un gran diluvio y de cómo uno de los dioses eligió a un determinado Sumerio para enseñarle a construir un barco que pudiera soportar las inmensas inundaciones. Todas las historias en la Biblia son tan sólo versiones traducidas de los textos originales sumerios que todavía conservamos hasta el día de hoy, en piedra, sin cambios.
Los sumerios nos cuentan que sus dioses les enseñaron todos los conocimientos increíbles que tenía la cultura Sumeria, hace 6.000 años. Llamaban a sus dioses los “anunnaki”, que traducido significa: “aquellos que vinieron del cielo a la tierra”…
Nos han legado objetos y dibujos en tablas de piedras que nos cuentan que los anunnaki vinieron de otro planeta dentro de nuestro sistema solar. Llaman a este planeta como “Nibiru”, que es de donde proceden los anunnaki, según las traducciones Sumerias, y que mantiene una órbita alrededor de nuestro sol de 3.600 años. Toda la demás información que incluyen, como por ejemplo el color de los planetas del espacio exterior e incluso la distancia entre los planetas, ha sido probado que es cierto. Enviamos sondas espaciales en los años 70 que tomaron las primeras fotografías en color, que confirmaron las descripciones Sumerias.
En cuanto a su conocimiento, todavía hoy en día usamos sus matemáticas, medicina, ciencia, tiempo, música, astronomía y muchos otros campos.
A principios de los 90, los cálculos del Observatorio Naval de los Estados Unidos habían confirmado la existencia de una perturbación en la órbita de Urano y Neptuno, que según el Dr. Thomas C. Van Flandern, astrónomo del Observatorio, dijo que sólo podría explicarse debido a “un planeta por descubrir”. Él y su colaborador, el Dr. Robert S. Harrington, calcularon que el X Planeta debería tener entre dos y cinco veces la masa de la Tierra y una órbita elíptica, extremadamente extensa, que le conduciría unos 8 billones de kilómetros más lejos que Plutón.
Según los cálculos del doctor Harrington, en 1991, con su telescopio en Nueva Zelanda, calculó definitivamente que el Planeta X se estaba aproximando desde debajo de la eclíptica, en un ángulo de 40 grados. Analizando las fotografías utilizando una técnica de comparación, originada por el afamado descubridor de Plutón, Clyde Tombaugh, el doctor Harrington demostró que el Planeta X realmente estaba dentro de nuestro Sistema Solar. Harrington envió informes de su novedoso descubrimiento, pero murió, de lo que se dijo fue un cáncer de esófago, antes de que pudiera coger su telescopio y regresar a casa para ofrecer lo que pretendía fuese una conferencia de prensa pública.
El Dr. Robert S. Harrington fue Astrónomo Supervisor del Observatorio Naval de los Estados Unidos. Estudió el Planeta X (Nibiru) desde su descubrimiento inicial por la NASA a principios de los años 80. En uno de sus informes de la NASA en Washington, sobre Astronomía Planetaria, el doctor Harrington hablaba sobre la posible ubicación de Nibiru y de dónde había que buscar al Planeta X.
En el vídeo se puede escuchar y ver al ya fallecido doctor Harrington, siendo entrevistado por Zecharia Sitchin el 30 de agosto de 1990.
Hoy en día sabemos que más allá de los enormes planetas de Júpiter y Saturno hay muchos planetas grandes, Urano y Neptuno, y un planeta pequeño, Plutón. Sin embargo, este conocimiento es más bien reciente. Urano fue descubierto, gracias al uso de telescopios avanzados en 1781. Neptuno fue señalado por los astrónomos (guiados por cálculos matemáticos) en 1846. Se hizo evidente que Neptuno estaba afectado por un empuje gravitacional y en 1930 se localizó Plutón. Los últimos avances en imágenes espaciales no sólo se centran en perturbaciones gravitacionales como el método para localizar e identificar posibles candidatos para el Planeta X.
La descripción Sumeria de hace 6.000 años de nuestro sistema solar incluye un planeta más que ellos llamaban “Nibiru”, que significa “El Planeta que cruza”. Las descripciones de este planeta realizadas por los sumerios encajan perfectamente con los datos del Planeta X (El Décimo Planeta), que los astrónomos buscan actualmente en las profundidades de nuestro propio Sistema Solar.
Muchos libros importantes de religiones diferentes, de un modo u otro, han hecho alusión a la aproximación del Planeta X. Además, numerosos visionarios también han expresado su preocupación ante la posibilidad de que tuviera lugar una catástrofe por la aproximación de un planeta (por ejemplo, Edgar Cacye, Nostradamus, etc.). También se conocen filósofos que han aceptado esta posibilidad y han actuado en consecuencia.
Por ejemplo, se sabe que R. Sarkar, conocido como Shri Anandamurti, un filósofo indio que murió en el año 1990 hablaba en numerosas ocasiones de que iba a suceder un reverso de los polos. Creó una organización conocida como Ananda Marga, diseñada para servir a la humanidad después de un reverso de los polos. Actualmente cuenta con aproximadamente 1 millón de miembros en todo el mundo y asisten a las víctimas de desastres importantes, como el de terremoto de Haití, Chile, etc.
Pero, ¿por qué no se ha visto al Planeta X recientemente? Nuestra astronomía moderna y antigua, ambas, sugieren una órbita elíptica bastante elevada, una órbita parecida a la de un cometa, lo que sitúa al Planeta X en las profundidades del espacio, mucho más lejos de la órbita de Plutón. Descubrimos Plutón con nuestros telescopios, recientemente, en 1930. ¿No es posible que haya otras fuerzas en nuestro sistema solar más allá de los nueve planetas que conocemos? La descripción de los sumerios de nuestro sistema solar ha sido confirmada con los avances modernos de la ciencia.
La localización del Planeta X.
Harrington, Robert S.
Se utiliza la posición de Urano y Neptuno, así como la ascensión y declinación para determinar la ubicación del décimo planeta. Los residuales se convierten en longitud y latitud elíptica. Los resultados se combinan entonces en puntos normales estacionarios, produciendo una media geocéntrica espacial que parece representar el equivalente heliocéntrico de las oposiciones observadas. Se cree que este tipo de planeta debería estar situado en la región de Escorpio, con mucha menos probabilidad de que se encuentre en Tauro.
Línea de tiempo de investigación con respecto a la “búsqueda del Planeta X”.
- En 1841, John Couch Adams comenzó a investigar los, por entonces, numerosos residuales en la moción de Urano. En 1845, Urbain Le Terrier comenzó a investigarlos también. Adam presentó dos soluciones diferentes al problema, asumiendo que las desviaciones eran causadas por la gravedad de un planeta desconocido.
- 30 de septiembre de 1846. Una semana después del descubrimiento de Neptuno, Le Terrier declaró que todavía podría haber otro planeta desconocido ahí fuera. El 10 de octubre, se descubrió la extensa luna Tritón, que aportó un método sencillo para determinar la masa de Neptuno, que terminó siendo un 2% mayor de lo esperado por las perturbaciones sobre Urano.
- Otro intento de encontrar un planeta más allá del planeta Neptuno fueron llevadas a cabo en 1877 por David Todd. Utilizó un método gráfico en base a los residuales de Urano, derivó elementos para un planeta más allá de Neptuno: distancia 52 a.u., período 375 años, magnitud más débil que 13.
- En 1879, Camilla Flammarion añadió otro tema a la existencia de un planeta más allá de Neptuno: los cometas periódicos tienden a girar alrededor de órbitas de planetas grandes. Júpiter es el que tiene el mayor número de este tipo de cometas y Saturno, Urano y Neptuno también tienen algunos, cada uno.
- Percival Lowell, muy famoso por ser aficionado de Marte, construyó un Observatorio privado en Flagstaff, Arizona. Lowell llamó a este planeta hipotético, Planeta X, y llevó a cabo varias búsquedas, sin éxito. Su primera búsqueda del Planeta X llegó a su fin en 1909, pero en 1913 lo intentó nuevamente, con una nueva predicción para el Planeta X, epoch 1850-01-01, 11.67 deg., perih. 186, excentricidad 0.228, 47.5 a.u.. inclinación 7.30 deg., masa 1/21000 masas solares. Lowell y otros investigadores buscaron el Planeta X en vano desde 1913-1915. En 1915, Lowell publicó sus teorías sobre el Planeta X. Es irónico que ese mismo año, se tomaron dos fotografías no muy nítidas de Plutón en el Observatorio de Lowell. Sin embargo, nunca fueron reconocidas hasta después del descubrimiento de Plutón en 1930.
Nueva York Times. 19 de junio de 1982.
Algo ahí fuera, mucho más lejos de lo que conocemos en nuestro sistema solar, parece estar influyendo sobre Urano y Neptuno. Algunas fuerzas gravitatorias perturban a estos dos planetas gigantes, causando irregularidades en sus órbitas. Esta fuerza sugiere la presencia, muy lejos y sin ser observado, de un gran objeto que podría ser el largamente buscado Planeta X. La última vez que se llevó a cabo una búsqueda seria del cielo se descubrió Plutón en 1930, el noveno planeta. Pero la historia comienza hace más de un siglo, después del descubrimiento de Urano en 1781 por el astrónomo británico y músico William Herschel. Hasta entonces, el sistema planetario parecía terminar en Saturno. Hoy en día, los científicos aceptan teorías en cuanto a las Placas Tectónicas. Hay artículos y estudios que demuestran que, hace mucho tiempo, todos los continentes de la Tierra estaban en un lado del planeta. Lo que la historia no explora es la respuesta a la pregunta: Si todos los continentes estaban a un lado, ¿qué había al otro lado? El otro lado se había descrito como un enorme agujero, coincidiendo con la descripción de los sumerios de cómo era la Tierra. Los sumerios decían que la Tierra era en realidad la mitad del planeta llamado Tiamat, que se rompió al chocar con Nibiru (el Planeta X).
El descubrimiento de nuevos planetas, en los últimos doscientos años, ha sido más bien debido a la ciencia de las matemáticas que al diseño de mejores telescopios. Las irregularidades matemáticas en las órbitas de los planetas han originado que los astrónomos especulen sobre la existencia de otro planeta sin descubrir, que se encuentra más lejos. Los astrónomos están tan seguros de la existencia de este planeta que ya lo han llamado Planeta X, el Décimo Planeta. Incluso la NASA ha reconocido oficialmente la posibilidad del Planeta X, anunciando que “algún tipo de objeto misterioso existe realmente ahí – más lejos del planeta más lejano – Un año después, la nueva nave espacial IRAS (Satélite Astronómico Infrarrojo) fotografió un extenso objeto misterioso en las profundidades del espacio.
Hasta el día de hoy, la búsqueda del Planeta X continúa. Podría ser que algún día, no muy lejano, nos encontremos un planeta que coincida con las descripciones de los sumerios de un planeta entre 4-8 veces el tamaño de la tierra, en su elevada órbita elíptica de 3.600 años alrededor del sol…
Podemos ver una prueba de que los continentes estaban conectados antiguamente, simplemente mirando un mapa de la Tierra y comprobando cómo encajan las piezas. Esto significaría que, en alguna ocasión, la Tierra era la mitad de un planeta.
¿A dónde se ha ido la otra mitad? Los diagramas muestran las descripciones de los sumerios explicando cómo se formó nuestra Tierra… Según ellos, los satélites del Planeta X (Nibiru) colisionaron con nuestra antigua Tierra en el pasado, creando el cinturón de asteroides y quedándose como otro miembro de nuestro sistema solar, para siempre, con una órbita de 3.600 años alrededor del sol.
En febrero de 1971, los Estados Unidos lanzaron el Pioneer 10. Los científicos del Pioneer 10 dejaron una placa de aluminio grabada. La placa intenta explicar, a quien pueda encontrarla, que la Humanidad está compuesta por hombres y mujeres, etc., y que (Pioneer 10) procede del tercer planeta de este Sol. Nuestra astronomía se basa en la noción de que la Tierra es el tercer planeta contado desde el centro de nuestro sistema, es decir, desde el Sol. Sin embargo, para alguien que se acerca desde el espacio exterior, el primer planeta es Plutón, el segundo es Neptuno, el tercero es Urano, el cuarto Saturno, el quinto Júpiter, el sexto Marte y la Tierra sería el séptimo.
El hecho de que el doceavo planeta aparezca y desaparezca de la vista de la Tierra, confirma la existencia de su permanencia en la órbita solar. De esta forma actúa como muchos otros cometas.
Su órbita
Imagen reciente del Planeta X visto en Portland (Estados Unidos)
La órbita de Nibiru es larga y estrecha. No depende de temas gravitacionales u orbitales del Sistema Solar, sino en un esquema mucho mayor, que hace que tenga que volver a nuestro Sistema Solar. Existe un equilibrio entre la atracción que ejerce nuestro Sol y otro objeto, que no vemos pero que también existe. Nibiru viaja de forma interminable entre estas dos fuerzas, incapaz de establecer una órbita alrededor de uno solo. Su trayectoria hace que permanezca la mayor parte del tiempo en el espacio oscuro, desplazándose lentamente de uno a otro. Y cuando se aproxima a uno de estos gigantes, siendo uno de ellos nuestro Sol, acelera su velocidad, y llega a una velocidad máxima cuando lo pasa.
Bibliografía:
- John Noble Wilford. The New York Times. 30/01/1983,
- Robert Harrington. The Washington Post. 30/12/1983.
- Zecharia Sitchin. “The 12th Planet”.
- Zecharia Sitchin. Official website.
- The Kolbrin Bible.
- The Bible.
- “IAU. 2006. General Assembly: Resolutions 5 and 6”International Astronomical Union.
- “The Search for a Planet Beyond Neptune”. 1964. Morton Grosser.
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- “The Early Development of Ideas Concerning the Transneptunian Region”. J.K. Davies; J. McFarland; M.E. Bailey; B.G. Marsden et al. 2008.
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- “The Photographic Magnitude and Color Index of Pluto”. Walter Baade. Publications of the Astronomical Society of the Pacific.
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- “The location of Planet X”. R.S. Harrington. The Astronomical Journal. 1988.
- “Mystery Heavenly Body Discovered”. Thomas O´Toole. Washington Post. 1983,
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- “Unabashedly Onward to the Ninth Planet”. Alan Stern. 2006. NASA
- “David Jewitt: Planet X”. University of Hawai. Personal website. 2006.
- “New planet found in our Solar System?” National Geographic. 2012.
- “Has Science just admitted Planet X/Nibiru Exists? Believers say full “Nibiru Disclosure” is Coming”. Inquisitr. 2015.