El sol es imprescindible para la vida y produce efectos muy beneficiosos para nuestro organismo. Obviamente, como sucede con todas las cosas, en su justa medida será positivo, pero si se toma en exceso o menos de lo necesario, el efecto será negativo. En este caso, además, al tratarse de una exposición a radiación ultravioleta, es importante destacar que hay otros factores que intervienen. Dependiendo de cuándo, dónde, cómo y cuánto sol recibe nuestra piel, el efecto puede llegar a ser grave.
Pero, ¿qué es la radiación ultravioleta?
La radiación ultravioleta (UV), es un tipo de radiación electromagnética cuya longitud de onda está comprendida entre unos 400 nm. y 15 nm. No es visible para el ojo humano y se clasifica de tres tipos: UVA, UVB y UVC. Tiene una longitud de onda más corta que la luz visible y se encuentra entre la luz visible y los rayos X del espectro electromagnético.
La capa de ozono protege a la Tierra de los dañinos rayos ultravioleta, sin embargo la disminución de la capa de ozono, así como las variaciones climáticas y de estaciones, hacen que los rayos ultravioleta lleguen a la Tierra en formas distintas.
Exponerse de forma excesiva o incorrecta al sol puede ser muy perjudicial para nuestra salud. La gravedad de los efectos depende del tipo de piel, del tiempo de exposición y del índice de radiación ultravioleta.
Muchas personas piensan que exponerse a la luz solar sólo tiene lugar cuando se tumban al sol en la playa, sin embargo nuestra piel capta los rayos solares desde el mismo momento en el que nos vemos expuestos al exterior, caminando por la calle, asomados a la ventana… Incluso en un día nublado.
La Organización Mundial de la Salud (OMS), ha confirmado que las radiaciones solares ejercen un efecto negativo para la salud. Algunos efectos son a corto plazo y podrían parecer insignificantes, sin embargo nuestra piel es un acumulador de radiación ultravioleta, por lo que los peores efectos de una inadecuada exposición al sol podrían sorprendernos después.
Comprobando el índice de radiación ultravioleta podemos saber cuándo es más peligroso exponernos a los rayos solares.
La Agencia Estatal de Meteorología de España (AEMET) divide el índice de radiación ultravioleta según la tabla siguiente:
Menos de 2: verde.
De 3 a 5: amarillo.
De 6 a 7: marrón.
De 8 a 10: rojo.
Superior a 11: púrpura.
El significado de estos niveles es el siguiente:
0-2 Sin peligro.
3-5 Riesgo leve de daño por exposición al sol sin protección solar.
6-7 Riesgo elevado de daño por exposición al sol sin protección solar.
8-10 Riesgo muy elevado de daño por exposición al sol sin protección solar.
11+ Riesgo extremo de daño por exposición al sol sin protección solar.
Cuando el valor del índice ultravioleta (UV) es elevado, significa que la exposición continua puede causar daños en la piel, dependiendo del tiempo de permanencia al sol y del tipo de piel.
Tipos de piel
1. Piel muy clara. Es extra-sensible y se quema siempre. No resiste el bronceado.
2. Piel clara. Es sensible y se quema con facilidad. Raramente logra un bronceado.
3. Piel morena clara. Se considera una piel de tono normal. Se quema con moderación y su bronceado es gradual.
4. Piel morena oscura. Se considera una piel de tono normal. Apenas se quema. Siempre se broncea.
5. Piel oscura. Se considera una piel que no es sensible al sol. Se quema raramente. El bronceado es intenso.
6. Piel muy oscura. Con una pigmentación intensa.
7. iempo máximo de exposición en minutos, según el tipo de piel.
Índice UV | Tipo de Piel | |||||
1 | 2 | 3 | 4 | 5 | 6 | |
0 | Indefinido | Indefinido | indefinido | indefinido | indefinido | Indefinido |
1 | 112.0 | 140.0 | 175.0 | 218.7 | 273.5 | 341.8 |
2 | 56.0 | 70.0 | 87.5 | 109.4 | 136.7 | 170.9 |
3 | 37.3 | 46.7 | 58.3 | 72.9 | 91.2 | 113.9 |
4 | 28.0 | 35.0 | 43.8 | 54.7 | 68.4 | 85.5 |
5 | 22.4 | 28.0 | 35.0 | 43.7 | 54.7 | 68.4 |
6 | 18.7 | 23.3 | 29.2 | 36.5 | 45.6 | 57.0 |
7 | 16.0 | 20.0 | 25.0 | 31.2 | 39.1 | 48.8 |
8 | 14.0 | 17.5 | 21.9 | 27.3 | 34.2 | 42.7 |
9 | 12.4 | 15.6 | 19.4 | 24.3 | 30.4 | 38.0 |
10 | 11.2 | 14.0 | 17.5 | 21.9 | 27.3 | 34.2 |
11 | 10.2 | 12.7 | 15.9 | 19.9 | 24.9 | 31.1 |
12 | 9.3 | 11.7 | 14.6 | 18.2 | 22.8 | 28.5 |
13 | 8.6 | 10.8 | 13.5 | 16.8 | 21.0 | 26.3 |
14 | 8.0 | 10.0 | 12.5 | 15.6 | 19.5 | 24.4 |
15 | 7.5 | 9.3 | 11.7 | 14.6 | 18.2 | 22.8 |
Efectos negativos de la exposición a los rayos ultravioleta
A corto plazo
Quemaduras solares
Se
trata del enrojecimiento de la piel que tiene lugar después de
exponerse al sol o a otro tipo de luz ultravioleta. Es el primer efecto
de los rayos sobre la piel y suele aparecer a las pocas horas de su
exposición, alcanzando su máxima intensidad a las 12-24 horas. Si la
exposición ha sido excesivamente prolongada, puede causar una quemadura,
con inflamación, edema e incluso ampollas.
Aunque los síntomas
de la quemadura solar suelen ser temporales, el daño cutáneo con
frecuencia es permanente y puede tener efectos serios para la salud a
largo plazo, incluyendo cáncer de piel. Cuando la piel empieza a ponerse
dolorosa y roja, el daño está hecho. El dolor es peor entre las 6 y 48
horas después de la exposición al sol.
Bronceado
El
bronceado es el oscurecimiento natural de la piel estimulado por la
exposición a la radiación ultravioleta de la luz solar. En algunas
personas con un fototipo de piel alto, la pigmentación (oscurecimiento
de la piel) puede ser inmediata o retardada, alrededor de unos 3 días
después.
El bronceado acelera el envejecimiento de la piel. Lo
grave es que la piel acumula rayos ultravioletas de tipo A que pueden
causar lesiones a largo plazo.
Insolaciones o golpes de calor
Las
enfermedades relacionadas con el calor, tales como el golpe de calor y
la insolación, se producen cuando el cuerpo se ve incapaz de mantenerse a
una temperatura baja. El golpe de calor se produce cuando la
temperatura del cuerpo aumenta demasiado. En este caso, la piel se
muestra seca, caliente y roja. La persona puede tener fiebre (40ºC),
confusión, respiración rápida y superficial, pulso rápido y débil,
convulsiones, pérdida del conocimiento… Se trata de una emergencia
médica.
A largo plazo o tardíos
Envejecimiento prematuro de la piel
El
envejecimiento de la piel, conocido como fotoenvejecimiento, tiene
lugar si se expone al sol en forma continua, ya que la piel es muy
vulnerable a este tipo de daño y va cambiando paulatinamente volviéndose
más áspera, arrugada y con pérdida de elasticidad, es decir más
flácida. Otras lesiones incluyen manchas, cambios vasculares formando
venitas prominentes, así como tumores benignos y malignos.
Mientras
que el envejecimiento cronológico produce arrugas finas sobre la piel, a
pesar de ello ésta continúa siendo suave y lista, sin embargo el
deterioro producido por el bronceado hace que las arrugas sean más
marcadas y profundas, y que se intensifique la flacidez cutánea. Esto se
debe a la rotura paulatina de las fibras de colágeno a un ritmo mayor
que el paso del tiempo, mientras que la elastina se acumula de forma
anormal. Igualmente, el estímulo de las radiaciones sobre los
melanocitos, las células que contienen el pigmento llamado melanina, que
da el tono bronceado, hace que el pigmento se acumule de forma
desordenada, formando finalmente manchas o zonas hiperpigmentadas.
Tumores cutáneos
La exposición al sol y las quemaduras solares pueden provocar cáncer de piel, que suelen presentarse en zonas regularmente expuestas a la luz solar o a otro tipo de radiación ultravioleta.
Alteraciones oculares (cataratas, pterigium…)
La exposición del ojo a los rayos ultravioleta depende de muchos factores: por radiación reflejada por el suelo, por la intensidad de la luz, por la cantidad de luz reflejada por la atmósfera, por la utilización de gafas de sol inadecuadas.
La exposición continua a los rayos ultravioletas ha sido relacionada con daños en los ojos incluyendo cataratas, degeneración macular, pterigium, fotoqueratitis (inflamación de la córnea y del iris), fotoconjuntivitis (inflamación de la conjuntiva), etc. Entre los efectos crónicos también se encuentran el cáncer de células escamosas de la conjuntiva.
Estudios recientes sugieren que la exposición a la luz azul del sol podría aumentar el riesgo a largo plazo de sufrir degeneración macular.
Las personas con niveles disminuidos o deficientes de vitamina C y otros antioxidantes parecen tener un riesgo mayor de sufrir daños en la retina.
Cualquier persona que esté en el exterior arriesga sus ojos. Los rayos de la exposición al sol dependen de factores como la ubicación geográfica, altitud, hora del día, lugar, etc.
A tener en cuenta:
Protegerse del sol.
La piel acumula la radiación ultravioleta. Estudios han demostrado que uno de los principales riesgos de padecer cáncer de piel en la etapa adulta es el haber sufrido quemaduras solares repetidas.
La piel recibe los rayos solares desde el momento en el que se ve expuesta al exterior (en la ventana, al caminar, en la playa, en la montaña, trabajando al sol, en la piscina, etc.).
5 minutos al día de sol son suficientes para la correcta mineralización de los huesos.
Debe utilizarse una crema protectora para la exposición al sol.
Estar bronceado o moreno no impide los efectos negativos de la radiación ultravioleta.
Para proteger sus ojos de los dañinos rayos ultravioleta del sol, la gafa de sol debe bloquear el 100% de los rayos UV y absorber los rayos HEV.
Las nubes no impiden el paso de los rayos ultravioletas. Los rayos ultravioletas penetran las nubes.
Medidas para protegerse de la radiación ultravioleta
Lo ideal es evitar una exposición excesiva al sol, especialmente durante las horas centrales del día, cuando las temperaturas son muy elevadas y el índice de radiación ultravioleta es alto.
En el caso de tener que trabajar al aire libre, es importante utilizar prendas protectoras como sombreros, gorras, camisetas de mangas largas, así como aplicar cremas protectoras sobre la piel. Se recomienda utilizar gafas de sol especialmente diseñadas para filtrar la radiación ultravioleta.
Las cremas protectoras, especiales para repeler los dañinos rayos ultravioletas siguen un índice de protección contra los daños en la piel y suelen oscilar entre el índice 1 y el 50, o superior.
Medidas según el índice de radiación ultravioleta
Nivel de 0 a 2
Apenas requiere protección solar para realizar actividades al sol.
Llevar
gafas de sol en días claros. Si se permanece en el exterior durante más
de una hora, cubrirse y usar crema solar protectora.
El reflejo de los rayos en la nieve tiene el doble de intensidad. Llevar gafas de sol y aplicar crema solar.
Nivel de 3 a 5. Moderado
Tomar precauciones. Cubrirse, llevar gorro, gafas de sol y
protegerse con crema solar, especialmente si se permanece al sol durante
30 minutos o más.
Evitar las horas máximas de sol.
Nivel de 6 a 7. Alto
Se necesita protección. La radiación ultravioleta es dañina para la piel y puede causar quemaduras.
Reducir la exposición al sol entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Tomar precauciones. Buscar la sombra. Cubrirse, usar gorro, gorra o sombrero, gafas de sol y crema solar.
Nivel de 8 a 10. Muy alto
La piel expuesta al sol sin ningún tipo de protección sufrirá daños con facilidad. Tomar precauciones.
Evitar la exposición al sol entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Tomar precauciones. Buscar la sombra. Cubrirse, usar gorro, gorra o sombrero, gafas de sol y crema solar.
Nivel 11 o superior. Extremo
Evitar la exposición al sol, especialmente entre las 11:00 y las 16:00 horas.
Tomar precauciones. Buscar la sombra. Cubrirse, usar gorro, gorra o sombrero, gafas de sol y crema solar.
Una piel sin protección puede quemarse con facilidad a los 10 minutos de exposición al sol.
Normas de protección
Vivimos en una sociedad en la que broncearse está de moda. Si luces una piel morena eres más atractivo y si tienes la piel blanca, te consideran enfermo. Sin embargo, hay que admitir que broncearnos supone exponer nuestra piel a un envejecimiento prematuro, a la aparición de manchas y arrugas, a la posibilidad de desarrollar un cáncer de piel, a sufrir problemas oculares… Además, como los rayos solares se acumulan en nuestra piel, estos problemas no se notan de inmediato. Con el paso de los años, aparecen. Y de forma irreversible.
Los dermatólogos insisten en que debemos seguir unas recomendaciones básicas para proteger nuestra piel frente a la exposición de los rayos solares.
Es posible broncearse, pero tomando las precauciones para evitar efectos negativos, que pueden llegar a ser peligrosos.
En primer lugar, es necesario conocer el fototipo de nuestra piel para saber el tiempo de exposición al sol que podemos tolerar. En segundo lugar, resulta imprescindible informarse sobre el índice de radiación solar que se ha pronosticado.
¿Cuál es su fototipo?
Fototipo | Acción del sol sobre la piel | Características pigmentarias |
I | Se quema fácilmente. No se broncea nunca. Se enrojece. | Pecosos, pelirrojos, celtas |
II | Se queman fácilmente. Se broncean un poco. | Rubios |
III | Se queman poco. Se broncean progresivamente. | Morenos. |
IV | Se queman poco. Siempre se broncean bien. | Latinos. |
V | Se queman raramente. Siempre están bronceados. | Árabes, Asiáticos. |
VI | Se queman muy raramente. Muy pigmentados. | Negros. |
Tiempo de exposición recomendable según el fototipo
Tipo de piel | Tiempo de exposición necesaria para la aparición de la quemadura (en minutos). |
I | 10 |
II | 15 a 20 |
III | 30 |
IV | 30 a 45 |
V | 60 |
Siempre hay que adaptar el tiempo de exposición y extremar la
precaución, según el índice de radiación ultravioleta previsto. Es
necesario extremar la precaución si el índice de UV supera el nivel 5-6.
En este caso, es recomendable seguir las pautas siguientes:
No
exponerse al sol directamente, incluso con protección solar, entre las
11:00 y las 16:00 horas. Especialmente, las personas con fototipo I, II y
III, así como las que han padecido algún tipo de cáncer de piel o que
presentan enfermedades que se agravan con el sol.
Los
fototipos I y II no deben intentar broncearse. Los baños de sol son muy
perjudiciales para ellos. Siempre se quemarán. El resto de fototipos
deben intentar exponerse lo menos posible.
Es
conveniente aplicarse protección solar siempre que se exponga la piel al
exterior, especialmente la cara, labios, cuello, cabeza, escote,
hombros, senos, orejas, nariz, rodillas, y dorso de los pies. Así
mismo, es recomendable mantenerse al abrigo del sol, en espacios
interiores o a la sombra. Sentarse bajo la sombrilla no sirve porque la
arena refleja los rayos solares de forma abundante, alcanzándose
indirectamente.
Las primeras exposiciones al
sol deben hacerse de forma progresiva en dosis de 10, 15 y 20 minutos.
Nunca más de media hora. Bajo ningún concepto se debe dormir al sol.
Es conveniente mojarse a menudo.
Para evitar la deshidratación por la sudoración, es conveniente beber mucha agua.
Tampoco
exponerse al sol si está el día nublado. Aunque el cielo se encuentre
cubierto hay que tener en cuenta que el 70-80% de los rayos UV siguen
llegando a la piel.
Estar dentro del agua o caminar por el agua no impide que nos alcancen los rayos ultravioleta.
La nieve refleja la luz del sol multiplicando sus efectos.
Uso de cremas protectoras
El uso de cremas protectoras no sirve para aumentar el tiempo de exposición solar.
Es necesario aplicar el producto de forma generosa sobre la piel limpia y seca.
La crema fotoprotectora debe cubrir los rayos UVA y UVB.
La crema debe ajustarse a su fototipo.
Aplique la crema sobre la piel 30 minutos antes de su exposición al sol.
Cuanto más alto es su factor, más tiempo nos protege. Estudios actuales han mostrado que los factores inferiores a 15 no protegen lo suficiente. Por lo tanto, se recomienda usar factores superiores a 25-30.
La crema fotoprotectora también se debe utilizar en invierno, especialmente si se practican actividades a gran altitud, como esquiar o montañismo.
La crema fotoprotectora debe aplicarse de nuevo cada 30-60 minutos. Más a menudo si se suda más o se realiza ejercicio. Después de salir del agua es necesario volverla a aplicar. Es importante que el protector sea resistente al agua.
Los labios deben protegerse con lápices o barras fotoprotectoras.
Los niños
Los niños necesitan protección ante los rayos ultravioletas, incluso más que los adultos. Los rayos del sol producen un efecto más inmediato en la piel del niño. Es fácil que se produzca un enrojecimiento y quemaduras que, si son muy extensas, pueden causar fiebre, náuseas, insolación, etc.
El riesgo de sufrir daños en la piel y en los ojos es acumulativo. Teniendo en cuenta que los niños suelen permanecer más tiempo en el exterior, es importante protegerlos del sol con gafas de sol de calidad, crema protectora y gorra.
Las quemaduras ocasionales o frecuentes durante la infancia son un factor de riesgo importante que predispone en la edad adulta a sufrir melanoma.
Los recién nacidos y niños menores de un año, independientemente de su fototipo, no deben ser expuestos al sol directamente cuando el índice ultravioleta es superior a 5.
Los niños mayores de 1 año y los adolescentes, no deben exponerse al sol de forma directa durante más de 1 hora, especialmente si el índice de radiación ultravioleta es superior a 5. Nunca deben tomar baños de sol.
En los niños, la protección solar es especialmente importante.
Las gafas de sol
Es necesario llevar gafas de sol en invierno y en verano.
No
todas las gafas de sol bloquean los rayos ultravioletas al 100%. Si no
está seguro del nivel de protección de sus gafas, acuda a su óptica.
Disponen de los medios para comprobar el nivel de protección de sus
gafas.