En el transcurso de solo cinco días, se han registrado 11 terremotos en la zona central de Kansas, hasta el punto de sorprender a sus habitantes.
Dos terremotos de magnitudes superiores a los 4,0 grados han sacudido el condado de Reno durante los últimos días, provocando daños materiales leves y que la gente se haga muchas preguntas. Aunque no se ha informado de daños graves, al parecer se han abierto grietas pequeñas en algunos edificios antiguos y en los supermercados, se han caído los artículos de las estanterías.
El terremoto del viernes fue de 4,2 grados y el del domingo de 4,1 grados, sentido especialmente en el centro de Kansas, en la zona de Hutchinson. El de 4,1 grados se produjo el domingo, sobre las 03:45 horas (hora local), según el USGS, al sudoeste de South Hutchinson, mientras que el de 4,2 grados, se registró en la misma zona y fue sentido en Kansas, sobre las 07:59 horas (hora local), el viernes. Otros siete movimientos sísmicos tuvieron lugar en la misma zona del condado de Reno en el transcurso de siete horas. Pero, el viernes, no fue el último seísmo, ya que unos 10 minutos más tarde, tenía lugar otro de 3,1 grados y después, réplicas de menor magnitud.
Más de 1.000 personas informaron haber sentido el seísmo en Kansas, Misuri y Oklahoma.
Entre las posibles causas que se barajan, se encuentra la inyección de aguas residuales en los pozos en la zona. La Comisión de la Corporación de Kansas (KCC) lo está investigando junto con el Servicio Geológico de los Estados Unidos y funcionarios del condado de Reno. El KCC y el USGS afirman que en unos días podrán informar oficialmente sobre la causa de estos terremotos.
Para los residentes, no hay nada por lo que preocuparse siempre y cuando los seísmos mantengan una magnitud baja, pero será diferente si son más grandes e intensos y suceden con mayor frecuencia.
Mapa que indica el terremoto que se registró el domingo, a primera hora, cerca de Hutchinson. Crédito: USGS.