La NASA ha alertado que un asteroide de gran tamaño hará su sobrevuelo a la Tierra el próximo 14 de septiembre de 2019, sobre las 11:54 horas (UTC), según han confirmado desde el Centro de Estudios de Objetos Cercanos a la Tierra (CNEOS), del Laboratorio Jet Propulsion, en Pasadena, California. Pero, no hace falta que entres en pánico. Sobrevuelo significa que volará por encima, no que impactará contra nuestro planeta. Al menos, si sigue su curso actual…
El asteroide, conocido como 467317 (2000 QW7) nos sobrevolará a 14,36 millas por hora, a una distancia de solo 3,3 millones de millas. Nos referimos a “solo” porque para la NASA esta distancia se considera una “aproximación cercana”. Será un paseo a 0.03564 unidades astronómicas de la Tierra, lo que equivale a 5,3 millones de kilómetros. Es decir, a 13,87 veces la distancia entre la Tierra y la Luna.
Cualquier asteroide que tenga un diámetro superior a 130 metros se clasifica como potencialmente peligroso si pasa a una distancia menor a 7,48 millones de kilómetros. De ahí que el aseroide 2000 QW7 haya sido calificado como tal.
Se calcula que este asteroide mide entre 290 y 650 metros de diámetro pero que es 828 metros de alto (2.716 pies). Tan inmenso que es casi el doble de alto que el mismísimo Empire State.
Según el International Business Times, existen algunos factores en el espacio que podrían alterar peligrosamente su camino y provocar una colisión con la Tierra. Uno de ellos es conocido como el ojo de cerradura gravitacional. Se trata de una región en el espacio que se encuentra muy afectada por la atracción gravitacional de un objeto grande cercano, como dos planetas. En el caso de que el asteroide 2000 QW7 pasara a través de un ojo de cerradura, las fuerzas gravitacionales podrían empujarlo y cambiar su trayectoria, llevándolo directamente hacia la Tierra.
Otro factor importante es el efecto Yarkosvky, que sucede cuando el calor de fuentes internas o externas afectan el giro y la trayectoria de un asteroide. Unas fuentes que pueden provenir de las emisiones del asteroide o de la luz solar directa.
Para Eleanor Helin, investigadora principal del Programa NEAT, del JPK, se nos pueden pasar asteroides como el 2000 QW7 por varias razones. Por ejemplo, si una asteroide cruza la Vía Láctea durante su aproximación más cercana, podría ser difícil de identificar entre tantas estrellas. O, si el asteroide se encuentra muy cerca del Sol durante su aproximación, podría perderse en el brillo emitido por el Sol. Según explica, muchos asteroides (como el QW7 y el RD53) se encuentran en órbitas altamente elípticas y se ven, la mayor parte de su tiempo, como motas tenues en la órbita de Marte. Solo brillan cuando se acercan al Sol, y es entonces cuando se pueden ver desde la Tierra.
Por cierto, seguro que no se te ha pasado por alto la explicación de Eleanor Helin sobre el hecho de que un asteroide muy cerca del Sol durante su aproximación podría perderse en el brillo emitido por el Sol… Pues la misma explicación sirve para cualquier otro objeto en aproximación desde el Sol como, por ejemplo, un planeta…
Elon Musk, físico, inversor y magnate sudafricano, nacionalizado canadiense y estadounidense, ha difundido por todo el planeta que la Tierra no será capaz de defenderse contra asteroides de gran tamaño, haciendo especial hincapié en el asteroide para el que se prepara la NASA conocido como Apofis (anteriormente como 2004 MN4). Un asteroide Atón, con una órbita próxima a la Tierra que, según algunas observaciones indicaban una probabilidad relativamente alta de colisión con la Tierra en el año 2029 y para el que, según Musk, no tenemos ningún tipo de defensa. Afortunadamente para nosotros, según los últimos cálculos, realizados durante su acercamiento del 9 de enero de 2013, el Laboratorio de Propulsión a Chorro en Pasadena, de la NASA, descartaba la posibilidad de una colisión tanto en 2029 como en 2036, alegando que hará su sobrevuelo a la Tierra a unas 19.000 millas por encima de la superficie terrestre.
Imagen de archivo. Crédito: Idea Go, en Pixabay