El huracán Dorian ha destruido prácticamente el 90 por ciento de las casas en Gran Bahama, una isla que quedó a merced de este potente e histórico huracán durante horas.
Según afirman los supervivientes, testigos de las escenas de terror que vivieron como consecuencia de esta tormenta extrema, todas las edificaciones han desaparecido. No queda nada.
Muchos vieron cómo el agua les rodeaba y empezaba a subir hasta sumergir vehículos y prácticamente sus casas. Los que pudieron, se aferraron al tejado de sus viviendas, con la esperanza de ser rescatados y evitando caer al agua, atestada de tiburones.
En la isla de Ábacos la destrucción es parecida: inmensa. Se extiende a lo largo de kilómetros. Barrios enteros han quedado destrozados, sin viviendas. Los barcos han aparecido tierra adentro y en algunos aeropuertos no quedan vestigios de lo que fueron, presentando el aspecto de lagos.
Según ha explicado la Cruz Roja, se calcula que más de 13.000 viviendas han quedado destruidas o dañadas.
En Hope Town, en la pequeña isla de Elbow Cay, al este de Gran Ábaco, solo queda en pie su faro. Sus elegantes casas y yates son un solo un recuerdo del pasado.
Mientras tanto, el número de víctimas mortales ha subido a 20, aunque todavía sigue siendo datos muy preliminares y los equipos de rescate de los Estados Unidos, rastrean Bahamas en busca de supervivientes.
Fotografía. Crédito: AP