El tremor volcánico del volcán Etna, según el Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología, está mostrando signos de una tendencia a una mayor actividad. Los sonidos son característicos de actividad estromboliana y se escucha movimiento en el cráter Bocca Nuova.
Desde la segunda mitad del mes de agosto, el volcán ha mostrado un lento pero gradual incremento en la amplitud que, en las estaciones de la red sísmica, ha alcanzado valores similares a los registrados poco antes de su erupción de diciembre de 2018, e incluso más altos que los observados antes de sus episodios eruptivos de mayo a julio de 2019.
Durante los últimos días, el tremor volcánico ha permanecido confinado a la zona de la cumbre del volcán, bajo el cráter del Sudeste-sistema del Cráter del Nuevo Sudeste.
El clima inestable está impidiendo que pueda observarse la actividad en los cráteres de la cumbre con las cámaras de vigilancia térmicas y visuales. No obstante, los guías de la montaña han informado que se escuchan sonidos característicos de actividad estromboliana y movimiento en el cráter Bucca Nuova.
Fotografía de los cráteres de la cumbre del volcán Etna, el 6 de septiembre de 2019, vistos desde el sur. Crédito: INGV