Se calcula que la ola de incendios que han tenido lugar estos últimos días en Galicia ha quemado 1.000 hectáreas. Desgraciadamente, al parecer, no se han debido a causas naturales, sino que fueron provocados por la mano del hombre y al parecer, además, de forma voluntaria. En Ribeira han descubierto aparatos incendiarios y ya han varios sospechosos.
En la madrugada del viernes aparecieron hasta 16 incendios nuevos y uno de ellos, en Carnota, dejó atrapados a los bañistas de un arenal.
Un incendio que arde sin control en el municipio de Ribeira, en La Coruña, ha quemado 100 hectáreas, pero sigue activo y creciendo, y está afectando también a la localidad de Porto do Son. El fuego forzó la interrupción del tráfico en la carretera AC-550, aunque ya se ha restablecido la circulación. Se trata del peor incendio registrado en la comarca del Barbanza hasta el momento, donde el jueves ardían unos ocho focos de llamas en municipios como Noa, Boiro o Lousame.
Las llamas se vieron avivadas por los fuertes vientos que estaban registrándose en la zona, sumando tres días de incendios.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) tuvo que sumarse el viernes al incendio más intenso que ardía en El Fisterra. El fuego había empezado en la parroquia de Sardiñeiro, con varios focos.
Por otra parte, en Porto do Son, se dio por controlado el incendio que ardía sin control desde el jueves de madrugada. El arduo trabajo de quienes luchan contra las llamas, dio sus frutos al conseguir cercar las llamas en Monforte de Lemos, en Lugo, epicentro del peor incendio forestal de la temporada. Las viviendas evitaron verse alcanzadas por las llamas, pero el fuego afectó a varias fincas y huertas, desatando gran inquietud y preocupación entre los vecinos.
Afortunadamente, a pesar de la voracidad de las llamas y la velocidad con la que se propagaron estos días, ninguno de los fuegos logró afectar a viviendas, a pesar de tener que desalojar una parroquia en Monforte por razones de seguridad. Pocas horas más tarde regresaron a sus hogares sin que hubiese sucedido nada grave en sus casas.
Fotografía. Crédito: EFE.