Dorian, finalmente, se encuentra en el norte del océano Atlántico. El Centro Nacional de Huracanes de los Estados Unidos, tras declararlo como una tormenta extra tropical, se ha desatendido ya de él, sin embargo, su recorrido todavía no ha terminado y varios países de Europa se preparan ya para su llegada.
Los restos del huracán Dorian y la tormenta Gabriel se dirigen hacia el Reino Unido, donde empezarán a sentir sus efectos a partir de esta noche o mañana por la mañana mediante la descarga de lluvias torrenciales, que posiblemente vengan acompañadas por vientos muy fuertes. El norte de Irlanda no escapará de lluvias y vientos intensos.
Hoy mismo ya se ha activado una alerta amarilla por tormentas eléctricas en el sudoeste del Reino Unido, mientras que se prevé que empiece a llover con bastante intensidad a partir del martes por la noche. Conforme se desplacen los restos del huracán Dorian por el país, se esperan lluvias torrenciales e inundaciones repentinas, mientras que, al mismo tiempo, es previsible que las temperaturas desciendan.
Pero, los meteorólogos afirman ahora que es improbable que el paso de este sistema tormentoso vaya a causar daños importantes, pues ya nada tiene que ver con el huracán que fue cuando azotó Bahamas, Estados Unidos y Canadá y que posiblemente apenas lo sentirán en el sur del país, mientras que en el resto el temporal será muy parecido al que han afrontado recientemente.
Las previsiones son que para finales del miércoles abandone el Reino Unido y prosiga su camino hacia España.
Sin embargo, el Reino Unido seguirá soportando una situación climática adversa y extrema, ya que tan solo un día más tarde, se prevé la llegada de la tormenta tropical Gabrielle, que se ha mantenido al acecho en las aguas del Atlántico y que se desplazará entre Islandia y el norte de Escocia el jueves para llegar y descargar más lluvias principalmente en el norte del Reino Unido.
Imagen: Dorian ha arrasado amplias zonas de Bahamas, dejando unas 70.000 personas necesitadas de ayuda, alimentos y refugio, según Naciones Unidas. Crédito: AP