La baja incidencia de terremotos durante los últimos cuatro años, preocupa a los especialistas del Centro Nacional de Investigaciones Sismológicas de Cuba (Cnais), que consideran esta calma como “tensa”.
Ante estas circunstancias, los científicos han decidido redoblar el monitoreo de seísmos en espera de uno de mayor potencia, ya que interpretan la tranquilidad sísmica como una acumulación silenciosa de energía en las entrañas de la tierra que podría desencadenar en un terremoto severo.
Por este motivo, se ha puesto en marcha una mayor vigilancia y un Taller para el Fortalecimiento de las Capacidades de Preparativos y Respuesta ante un Terremoto de Gran Magnitud. Un encuentro que se ha celebrado esta semana en Santiago de Cuba, convocado por el Estado Mayor Nacional de la Defensa Civil y Naciones Unidas.
Como parte de las actividades de este Taller, los expertos incluso han visitado el puerto principal y el aeropuerto internacional de la ciudad de Santiago, con objeto de verificar que estos lugares claves cumplen los requisitos para afrontar y recuperarse de un terremoto de gran potencia.
Cuba también ha anunciado que ha recibido equipos rusos y chinos nuevos para la medición de terremotos. Además, se ha mencionado que el país cuenta con un plan de colaboración con Jamaica, la República Dominicana y Haití para “homogenizar las bases de datos y programas de los centros sismológicos del Norte del Caribe”.
Según CNAIS, Santiago se encuentra muy cerca de la falla Oriental, que limita las fronteras de las placas tectónicas de Norteamérica y la del Caribe y precisamente los terremotos más intensos en Cuba se han producido a lo largo de esta frontera de placa tectónica.
Desde el siglo XVI hasta el XX, Cuba registró unos 300 seísmos, 20 de ellos en Santiago fueron calificados como graves. El más fuerte sucedió el 25 de mayo de 1992, en el sudoeste de Cabo Cruz, en Granma, con una magnitud de 6,9 grados en la escala de Richter. En el año 2018, en Santiago de Cuba se informó de 15 movimientos de tierras que fueron sentidos por la población. En 2019, un seísmo de 4,4 grados se sintió en varias zonas de Santiago de Cuba…
No solo destacan las “prisas” de los científicos en Cuba, sino que parece que cada vez son más los países que advierten sobre la posibilidad de que tenga lugar un terremoto de gran potencia en su territorio…
Fotografía de archivo