Los astrónomos han descubierto un agujero negro de grandes proporciones en un núcleo galáctico activo que está producido erupciones rápidas y periódicas de rayos-X cada nueve horas. El núcleo contiene unas 400.000 veces la masa del Sol y se encuentra a unos 250 millones de años luz de nuestra Tierra. Se trata de la primera detección de erupciones de rayos-X fuertes, rápidas y regulares de un agujero negro supermasivo.
Según el estudio que han publicado los científicos el 11 de septiembre de 2019, los agujeros negros gigantescos erupcionan como una vela, pero las erupciones rápidas detectadas en GSN 069, desde diciembre de 2018, son un hallazgo nuevo. Un fenómeno al que le han asignado el nombre de erupciones quasi-periódicas.
El telescopio de Rayos-X de ESA detectó erupciones periódicas de radiación de Rayos-X procedente de un agujero negro masivo y los científicos creen que las erupciones podrían ayudar a explicar algunos de los comportamientos enigmáticos de los agujeros negros activos.
Desde su descubrimiento, los telescopios estuvieron observándolo durante meses, confirmando que el distante agujero negro emitía explosiones de Rayos-X, prácticamente periódicas, cada nueve horas.
Según uno de los autores del estudio, las explosiones proceden de material que es absorbido al agujero negro y que se calienta en el proceso.
Los investigadores admiten que, aunque este fenómeno no se había visto nunca anteriormente, las erupciones podrían ser comunes en la galaxia.
Cuanto más grande es el agujero negro, más lentas son las fluctuaciones en el brillo, por lo que un agujero negro masivo podría erupciones cada nueve horas, aunque solo algunos meses o años, lo que haría improbable una detección.
Referencia. Artículo G. Miniutti et al. Del Nature International Journal of Science.
Imagen. Crédito: ESA