
Cuando se produce una emergencia y necesitas agua para beber, es lógico que intentes encontrar otras fuentes de agua. Un adulto puede sobrevivir hasta tres días sin beber agua antes de deshidratarse y morir. Muchas personas ven el agua de una piscina como un recurso para beber agua en caso de una emergencia. En un artículo anterior, hablamos sobre si se puede tratar el agua de la piscina para su consumo y nos centramos en una piscina de agua clorada. Pero, ¿qué sucede si el agua de la piscina es salada? ¿Es apta para el consumo? ¿Se puede tratar para convertirla en potable?
Para empezar, debes tener muy presente que tragar un sorbo de agua salada probablemente no te hará daño, pero que consumir grandes cantidades de agua directamente de una piscina de agua salada podría hacerte enfermar en un corto espacio de tiempo.
Actualmente existe una producción de más de 24 millones de metros cúbicos diarios de agua desalinizada en el mundo, que abastece a más de 100 millones de personas. Pensando en las plantas de desalinización que existen, te preguntarás si se puede convertir el agua de una piscina salada en agua potable. Sin embargo, no es lo mismo. Aunque no se le añaden pastillas de cloro a una piscina de agua salada, lo cierto es que, como sucede con la piscina de agua clorada, también contiene cloro, en una cantidad menor que se genera a través de un sistema de filtrado. Y también contiene estabilizantes y calcio, entre otros.
El agua salada de una piscina contiene 10 veces menos sal que la del océano. De hecho, una piscina de agua salada suele contener unas 3.000 ppm (partes por millón de salinidad). En comparación, el agua del océano suele contener 35.000 ppm. Esta diferencia hace que algunas personas la consideran ideal para el baño, ya que es mejor para su piel, cabello y ojos que el agua clorada. Por este motivo, se considera el agua salada más segura para el baño que el agua clorada. Sin embargo, hablar de beber el agua de una piscina de agua salada ya es otro cantar.
En este artículo, como sucediera con el anterior, explicaremos los productos químicos usados y cómo afectan al agua que se bebe en una situación de supervivencia. Lo aconsejable, siempre, es beber el agua más pura posible. Pero, en caso de escasez y ante una circunstancia extrema, la decisión final siempre es individual.
Una piscina de agua salada probablemente es la más segura para nadar en ella, pero tratar su agua para convertirla en potable, también es algo muy difícil de conseguir. Hervir el agua no va a eliminar ni una pizca de sal de ella. De hecho, podrías dejar hervir el agua hasta que se consuma y seguiría quedando la sal. Usar pastillas potabilizadoras o filtros, a diferencia del tratamiento de otro tipo de agua, es inútil en este caso porque no eliminarás la sal.
Si ingieres demasiada sal, las células lo detectan y comienza un proceso conocido como ósmosis, por el que tus células se encojen. Para evacuar la sal sobrante, el cuerpo comenzará a generar más orina y aumentará tu proceso de deshidratación. Al intentar compensar esa pérdida de fluido, el cuerpo automáticamente aumentará la frecuencia cardíaca y contraerá los vasos sanguíneos para mantener la presión y el riego sanguíneo. Sentirás más náuseas, debilidad, e incluso delirio. Y, según vaya aumentando la deshidratación, empezará a fallar tu sistema de defensa, la sangre no podrá fluir correctamente y tu cerebro y otros órganos vitales empezarán a no recibir sangre y a fallar, provocando la muerte.
Por lo tanto, beber agua salada no parece una buena idea. Existe un medio para eliminar la sal del agua que parece ser el más conocido: la desalinización.
La desalinización es un proceso mediante el cual se elimina la sal del agua salada y puede hacerse por medio de diversos procedimientos, entre los cuales se encuentran los siguientes:
** ósmosis inversa.
** Destilación.
** Congelación.
** Evaporación relámpago
** Formación de hidratos
El proceso puede parecer sencillo, pero requiere un sistema de recolección especialmente preparado para ello y se necesita mucha energía para desalinizar agua.
Volviendo a los químicos utilizados en las piscinas, si bien la mayoría son descompuestos por la radiación ultravioleta del sol y el calor, hay estabilizadores como el bromo (muy común en las piscinas) que no se descomponen. El bromo es venenoso en forma líquida y a veces se usa como desinfectante, pero nunca para beber agua. Le proporciona al agua cierto sabor a “medicina” y es un agente blanqueador similar al cloro. Se trata de un gas reactivo a la piel, ojos y tracto respiratorio humano y puede causar quemaduras graves en el caso de producirse contacto directo.
El agua municipal suele deshacerse del bromo mediante un sistema de distribución del agua. En una situación de supervivencia probablemente no dispongas de esta opción.
Los alguicidas también se utilizan normalmente en las piscinas. Son productos químicos utilizados para matar plantas microscópicas conocidas como algas que producen una serie de toxinas que son muy tóxicas para las personas. Muchos de estos alguicidas contienen cloro y su ingrediente activo también suele ser el cianuro.
La cuestión es que la mayoría de los productos químicos utilizados para tratar el agua de una piscina están creados para matar organismos vivos, y ninguno es bueno para el sistema digestivo de las personas. Además, no están diseñados para el consumo humano. Por lo tanto, nuestra recomendación es que, a menos que cuentes con un sistema seguro para desalinizarla y para eliminar estos químicos, no la consumas.
Eso sí, ¿sabías que puedes aprovechar el agua de la piscina salada para otras funciones? Te asombraría descubrir todo lo que puedes conseguir usando agua salada… Por ejemplo, para echarla por el retrete, como repelente contra los mosquitos, e incluso para fregar las cazuelas, sartenes… Te sorprenderá saber lo que puedes hacer con el agua salada.
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