Las tormentas extremas y huracanes generan terremotos.
Las tormentas extremas y huracanes generan terremotos. Según un estudio publicado el 14 de octubre de 2019, un fenómeno geofísico como es el caso de una tormenta extrema, un huracán o un ciclón, puede desencadenar vibraciones en el fondo del océano tan fuertes como un terremoto de magnitud 3,5.
El autor del estudio, Profesor asistente de Ciencias de la Tierra, el Océano y la Atmósfera en la Universidad Estatal de Florida, autor principal de un nuevo estudio, ha detallado sus descubrimientos en la revista científica “Geophysical Research Letters” y ha explicado que han denominado este fenómeno como “terremoto de tormenta”, o “stormquake”.
Al parecer, durante la temporada de tormentas, los huracanes transfieren energía al océano en forma de ondas oceánicas intensas, y las olas interactúan con la tierra sólida produciendo actividad sísmica intensa.
Para llegar a esta conclusión científica, los investigadores tuvieron que evaluar cerca de una década de datos sísmicos y oceanográficos, desde septiembre de 2006 hasta febrero de 2019. A partir de ello, descubrieron una relación entre las tormentas de gran potencia y la actividad sísmica extrema. El equipo descubrió pruebas en más de 10.000 terremotos de tormentas desde 2006 a 2019 frente a la costa de Nueva Inglaterra, Nueva Escocia, Newfoundland, Florida, el Golfo de México y la Columbia Británica.
Según explican, se pueden tener fuentes sísmicas en el océano igual que los terremotos en la corteza terrestre. La parte excitante es que las fuentes sísmicas causadas por los huracanes pueden durar de días a horas.
Descubierto una nueva aproximación al monitorear los eventos sísmicos que pueden generar terremotos
El autor y sus colaboradores han descubierto una nueva aproximación al monitorear los eventos sísmicos e identificar si se trata de terremotos por tormentas. Deben suceder durante una tormenta y cumplir unas características geofísicas para conocer la relación entre la tormenta y el evento sísmico. Además, deben descartarse los terremotos y otros eventos sísmicos.
En el caso del huracán “Bill”, que tuvo lugar el 15 de agosto de 2009, y que alcanzó Newfoundland como una tormenta tropical, pero que se desarrolló en un huracán de categoría 4, se debilitó en un huracán de categoría 1 cuando llegó frente a la costa el 22 de agosto de 2009. Se registraron varios seísmos frente a las costas de Nueva Escocia y Nueva Inglaterra, cuando el huracán tocó tierra, lo que resultó en ondas (olas) de superficie transcontinentales.
Algo parecido sucedió con el huracán “Ike” en el año 2008, que produjo un terremoto por tormenta en el Golfo de México. Por su parte, el huracán “Irene” también hizo lo mismo frente a la costa de Florida.
Sin embargo, los investigadores han destacado que no todos los huracanes ni tormentas extremas producen terremotos por tormenta. Por ejemplo, el huracán “Sandy” no desencadenó ningún tipo de terremoto por tormenta. Lo que significa que las características oceanográficas locales y la topografía del fondo marino tiene algo que ver en que se produzcan terremotos por tormentas.
Según los investigadores, aún queda mucho por averiguar.
Fotografía del huracán “Lorenzo” Crédito:NOAA