Prepararse para una emergencia, aunque sea en solitario, es una buena idea. Pero, hacerlo en grupo, podría aumentar tus probabilidades de supervivencia. No solo porque cuantas más personas, seréis más fuertes y estaréis más preparados, sino porque podréis compartir las habilidades que tengáis cada uno de vosotros, ampliando así vuestro potencial para sobrevivir.
Cuando se habla de un grupo de supervivencia, posiblemente enseguida te vengan a la mente imágenes de un grupo de jóvenes, fornidos, sanos, entrenados físicamente… Sin embargo, tienes que saber que, en el tema de la preparación para una emergencia, no existe límite de edad. Estar preparado/a es un estado mental. Y, si bien es cierto que la edad puede ser un impedimento físico, ¿tienes idea de lo mucho que podría aportar una persona más mayor a tu grupo de supervivencia?
Sí, es cierto que no será fácil para una persona mayor, adaptarse o seguir el ritmo de los demás. Es lógico. Sin embargo, un jubilado tiene mucha más experiencia y posiblemente tenga más conocimiento en un ámbito amplio de situaciones y condiciones. Además, cuando existe un grupo de supervivencia, lo lógico es repartir las tareas y los más jóvenes y fuertes tendrán que hacer las que mejor puedan, mientras que las personas menos acondicionadas físicamente y mayores, pueden hacer otras, que posiblemente se les den mejor.
Por desgracia, algunos grupos de supervivencia piensan que las personas mayores son una carga y son reacios a incluirlos. Puede que algunos ancianos incluso crean que realmente son una carga. Pero, están muy lejos de la verdad. La verdad es que una persona mayor o un anciano puede aportar una gran ventaja al grupo.
El conocimiento es una gran baza para un grupo de supervivencia. Y los mayores lo tienen. Han tenido una larga vida para vivir, probar, errar, aprender… Sus experiencias personales sin lugar a dudas les habrán dotado del conocimiento para saber resolver una gran variedad de problemas de diversa índole. Una habilidad que será muy útil cuando las cosas se tornen difíciles, por ejemplo, si se produce un apagón electrónico masivo, un pulso electromagnético de grandes consecuencias, así como tras el Reverso de los Polos, etc. Especialmente si los jóvenes están dispuestos a escuchar a la voz de la experiencia.
Algunos de los más mayores, han hecho el servicio militar o han servido en alguna de las guerras que ha sufrido el mundo. Las lecciones que aprendieron y su capacidad mental para afrontar este tipo de situaciones estresantes, no tienen precio.
Otro beneficio de la edad avanzada es la tendencia a evaluar la situación en primer lugar, antes de precipitarse. Los jóvenes suelen ser impulsivos. Los mayores tienden a pensar antes de actuar. Esto puede ser una reacción positiva en una situación estresante. Analizar los problemas reposadamente puede llevar a una solución más adecuada. La precipitación no siempre es una buena aliada en situaciones de emergencia.
Los jóvenes de hoy en día han crecido en una sociedad dependiente de las tecnologías y apenas saben hacer las cosas por sí mismos. Por supuesto, pueden aprender a manejarse, pero necesitan alguien con conocimiento y experiencia para enseñarles. Y que tenga la paciencia para ello. Muchos mayores han vivido en los dos mundos, antes del boom de la tecnología, por lo que pueden ser los más adecuados para preparar a los demás.
Hay que saber cocinar, coser, reparar… Además, ¿alguna vez has escuchado hablar de los remedios de la abuela? Pues aprovecha también estos remedios para guisar, para cocinar, para limpiar, para enmendar, para reparar, para curar…
Seguramente has llegado a la conclusión que queríamos. Prepararse para una emergencia es una tarea multi-generacional. Es necesario compartir conocimientos y apoyarnos los unos a los otros. Solo así tendremos más posibilidades. Un grupo de personas bien preparadas, adultas y mayores, con las herramientas y los conocimientos adecuados, seguramente podrían sobrevivir de forma indefinida. Y, si en el grupo hay niños, hará falta enseñarles, educarles. ¿Quién mejor que los mayores, que tienen el conocimiento, que pueden transmitirlo y tienen el tiempo y la paciencia necesarios?
Los mayores no tendrán un cuerpo atlético. No serán fuertes físicamente, pero tendrán conocimiento y experiencia, paciencia y tiempo… Podrán preparar a los más jóvenes, incluso a los niños, y asesorar y guiar al grupo en situaciones más complicadas. Como te decíamos, incorporar una generación mayor en tu grupo de supervivencia, podría aumentar las posibilidades de supervivencia y contribuir a crear un futuro mejor. No lo olvides.Fotografía. Crédito: Ingela Skullman