Lo más probable es que te lo imagines. Todavía nos encontramos en plena pandemia y nuestras vidas han cambiado drásticamente, pero no resulta muy difícil imaginar que muchas de las cosas que hacíamos antes de que el coronavirus COVID-19 cambiara nuestro presente, no volverán a ser iguales.
En la historia de la humanidad, las guerras, las pandemias, las crisis económicas… han provocado un cambio importante en las generaciones que lo vivieron. Y, no solamente a nivel físico, también a nivel emocional. Los efectos psicológicos del trauma vivido han perdurado durante generaciones.
Entonces, ¿cómo podría ser la vida después del coronavirus COVID-19?
La experiencia de otros eventos traumáticos demuestra que lo vivido queda marcado en la mente. Por lo que lo más probable es que, durante muchos años, tendremos dudas para estrechar la mano, para abrazar a amigos y conocidos… Nos lavaremos las manos con mayor frecuencia y nos alejaremos de quien estornude o tose.
La pandemia ha forzado el cierre y la paralización de prácticamente todos los países del mundo. Se trata de una amenaza global, que nos ha forzado a cambiar nuestras costumbres. Se han cancelado todo tipo de eventos, los restaurantes y bares han cerrado… Como consecuencia de esta situación, ha aumentado el teletrabajo y las compras y gestiones en Internet se han disparado.
Cuando se acude personalmente a alguna compra, visita médica, a la farmacia… lo hacemos con prisas y en tensión.
Por desgracia, a pesar de que, con la llegada del buen tiempo, la sensación sea que ha pasado lo peor, lo cierto es que el virus no ha muerto ni tampoco ha desaparecido. Y, según ha explicado el profesor de Ciencia Natural y Social, Medicina Interna e Ingeniería Biomédica en el Laboratorio de Naturaleza Humana de la Universidad de Yale, Nicholas A. Cristakis, lo más posible es que, con la llegada del otoño, exista un 75% de probabilidades de que se produzca una nueva ola de la pandemia. Desconoce si será más mortal que la primera, pero se impone que estemos preparados para afrontarla. Por lo tanto, todo parece indicar que lo aconsejable es no bajar la guardia.
Lo más probable es que el coronavirus COVID-19 se convierta en algo endémico, como sucede con la gripe o con los resfriados, aunque la esperanza es que podamos contar con una vacuna o con medicamentos adecuados para su tratamiento. Sin embargo, hasta que contemos con ello, seguirán muriendo personas, a menos que nos tomemos este asunto muy en serio.
Para el Director del Shool´s Biosecurity and Pandemic Public Policy Program y Associates Dean of Global One Health, todavía podrían pasar unos 18 meses hasta que obtengamos una vacuna segura y eficaz.
Pero, ¿qué significa que un virus se convierta en endémico? ¿Podremos volver a nuestra normalidad anterior?
Endémico es la evolución de una pandemia. Significa que la enfermedad permaneció en la población y, a menos que alguien sobreviva y produzca anticuerpos, la enfermedad permanecerá para siempre como una amenaza y seguirá siendo contagiosa como lo son la gripe o los resfriados.
Por desgracia, por ahora, los estudios llevados a cabo han indicado que quienes se han infectado y han superado la enfermedad, no se han convertido en inmunes a ella.
Por todo ello, no parece descaminado afirmar que nuestras vidas nunca serán iguales. No habrá un después porque el riesgo de este coronavirus seguirá presente y nuestra normalidad será otra, adaptada al riesgo y a las medidas de seguridad que nos impone.
De ser así, lo más probable es que lo que hacemos hoy, pueda acompañarnos durante mucho tiempo.
El teletrabajo será una forma prioritaria de producir, en aquellos trabajos en los que se pueda trabajar desde casa y no resulte imprescindible acudir personalmente. Lo que también impulsará que el empleado no se vea obligado a mudarse si cambia de empleo a otra ciudad o país.
La comodidad de las compras desde casa, por Internet, ha puesto en marcha otra manera de adquirir aquellos productos para los que no hace falta estar presente en la tienda o supermercado. Es posible que esta experiencia haga perdurar este modo de comprar ciertos productos.
Algunos centros escolares y universidades, han optado por la educación a distancia como un medio seguro y práctico de educación. Una forma que bien podría permanecer durante un tiempo, si se quiere evitar el riesgo que conlleva acudir personalmente a centros sobrecargados de alumnos.
Aunque se retomen los conciertos, las fiestas, la emisión de películas en cines, la apertura de hoteles, etc. , y se vuelva a una “normalidad” anterior en este sentido, lo cierto es que probablemente el retorno de casos de infección pueda ir mermando de nuevo la asistencia hasta causar el cierre definitivo de muchos negocios.
El transporte en ciertos medios ya nunca será igual. ¿Te imaginas en un crucero o volando en un avión con otras 100 personas? Nuestra perspectiva ha cambiado y lo más seguro es que, cuando piensas en vacaciones, ahora también quieras conseguir un resultado seguro… Lo más posible es que aumenten los desplazamientos en coche, ya que nos infunde una mayor sensación de seguridad frente al coronavirus.
El dinero en efectivo prácticamente se ha visto desplazado por el uso de las tarjetas bancarias durante esta pandemia. El tiempo de permanencia del virus en los billetes (de hasta 3 horas) y en las monedas (de hasta 7 días), ha promovido que el uso de las tarjetas bancarias se haya disparado. ¿Quién está dispuesto a arriesgarse y a utilizar efectivo cuando puede pasar el chip de su tarjeta por un lector? Posiblemente el futuro sean las tarjetas de débito y crédito.
Acudir al médico también ha cambiado durante esta pandemia. Tanto los pacientes como los médicos, han preferido evitar acudir a los centros médicos u hospitales. Las consultas telefónicas, siempre que sean posibles, se han multiplicado. El uso del teléfono, e incluso de una videoconferencia con el médico, podría ser una forma futura de evitar acudir a los centros de salud abarrotados de pacientes o enfermos, e incluso podría servir para ser despachados en la farmacia, sin la necesidad de desplazarse a ella, recibiendo los medicamentos por correo.
Sí, todo parece indicar que nuestras vidas ya no serán iguales. Muchos de los cambios que hemos llevado a cabo, seguirán con nosotros.
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