Se conoce como ola de calor a un periodo de tiempo más o menos prolongado, excesivamente cálido, que también puede ser muy húmedo. El término depende de la temperatura considerada como “normal” en la zona. El calor extremo es un periodo de calor elevado y humedad durante al menos dos o tres días, que puede causar la muerte. De hecho, el calor extremo es responsable del mayor número de muertes en el año entre todos los fenómenos relacionados con el clima.
¿Sabes cuál es tu mejor defensa contra el calor? La prevención.
En este artículo, te proporcionamos las pautas que puedes seguir para prevenir las consecuencias letales de una ola de calor o de temperaturas máximas extremas.
Existen algunas medidas que puedes tomar, antes de que se produzca una ola de calor.
- Si no dispones de aire acondicionado y la temperatura en tu vivienda suele ser alta en estas situaciones, busca algún lugar en tu comunidad donde podrías acudir en caso de producirse una ola de calor.
- Aísla las ventanas y las puertas.
- Instala reflectores en las ventanas como, por ejemplo, filtros solares, para reflejar el calor.
- Instala ventiladores de techo. No obstante, ten en cuenta que, cuando hace más de 35ºC (95ºF) en el exterior, no se deben usar los ventiladores ya que dan una sensación falsa de bienestar con el flujo de aire que crean, pero no disminuyen la temperatura corporal.
- Aprende a reconocer las señales de las enfermedades y desórdenes provocados por el calor.
Cuando las temperaturas son muy altas:
- Bebe mucho líquido.
Cuando la temperatura es muy alta, no esperes a tener sed. Bebe bastante agua de forma regular y con frecuencia (a menos que tu médico te desaconseje beber mucha agua por alguna enfermedad o condición médica en concreto).
No bebas líquidos que contengan alcohol, estén muy azucarados, o sean diuréticos. Recuerda que la cafeína produce deshidratación. No abuses de ella. Evita beber cosas demasiado frías porque pueden causar calambres estomacales.
La deshidratación puede producirse de forma repentina y sin previo aviso.
Las personas con epilepsia o con problemas de corazón, hígado, riñones, tensión alta, con dieta restrictiva de líquidos o con problemas por retención de líquidos, deben consultar con su especialista antes de aumentar la ingesta de fluidos.
- Evita los cambios bruscos de temperatura.
- Reemplaza sales y minerales.
Sudar en exceso y una mayor frecuencia en la micción puede hacer que pierdas sal y minerales. Las sales y minerales son esenciales y deben ser reemplazados.
Algunas bebidas deportivas ayudan a reemplazar las sales y minerales que pierdes por el sudor y la orina. Recuerda que en algunas enfermedades como la insuficiencia suprarrenal es posible que estas bebidas no sean adecuadas al no equilibrar los electrolitos que pierde la persona afectada por esta enfermedad. Si sigues una dieta baja en sal, habla con tu médico antes de consumir este tipo de bebidas.
Existen preparados especiales en las farmacias, para reponer electrolitos: el suero oral hiposódico. Algunos presentan sabores varios. Resultan útiles en el kit de emergencias.
- Utiliza ropa adecuada y crema de protección solar.
Cuanta menos ropa lleves en casa, mejor. Elije ropa ligera, de color claro y que no apriete. Las quemaduras solares impiden que el cuerpo pueda refrescarse de forma natural, además del daño que causan en la piel.
Si tienes que salir a la calle, protégete con un sombrero, gafas de sol especiales para los rayos ultravioletas, así como con una crema de protección solar con un factor elevado. Aplícate la crema 30 minutos antes de salir y sigue las instrucciones de uso.
- Limita las actividades en el exterior.
Si bien es obvio que deben evitarse las actividades físicas durante las horas más fuertes del sol, tampoco se recomienda pasear bajo los intensos rayos del sol durante esas mismas horas.
Procura permanecer en el interior de edificios frescos, bien ventilados, y con aire acondicionado o ventiladores. Si no dispones de aire acondicionado en tu casa, vete a una biblioteca o a un centro comercial donde puedas disfrutar de una temperatura mejor. Contacta con la autoridad local para preguntar si disponen de algún lugar público, habilitado con aire acondicionado, para las horas más intensas de sol.
Si tienes que salir al exterior, ve por la sombra. Intenta hacer tus salidas a primera hora de la mañana o a última hora de la noche.
- Especial cuidado con niños, ancianos y personas afectadas por enfermedades crónicas.
Personas mayores de 65 años.
Las personas mayores de 65 años suelen perder la sensación de sed y no responden igual a las temperaturas. Es necesario prestar una atención especial a estas personas. Comprobar que están bebiendo agua, que se encuentran en una habitación bien acondicionada, que se duchan de vez en cuando para disminuir la temperatura corporal, etc.
Niños/as, bebés y mascotas
Los bebés y los niños/as son muy sensibles a los efectos del calor extremo y dependen de ti para mantenerlos hidratados y con una temperatura adecuada.
No dejes nunca un niño/a solo en el interior de un coche cuando hace calor. Ni siquiera con las ventanillas abiertas. Tampoco dejes una mascota en el interior de tu coche. Pueden sufrir un golpe de calor con mucha facilidad.
Viste los niños/as con ropa suelta, ligera y con colores claros.
Recuerda que deben beber agua para recuperar líquidos.
Utiliza crema protectora con un factor alto. Los niños/as se pueden quemar con solo exponerse desprotegidos durante unos 15 minutos. Debes volver a aplicar la crema cada dos horas o con mayor frecuencia dependiendo de la actividad que haya tenido.
Remoja de vez en cuando a los niños/as y a las mascotas para que estén frescos.
Cambia el agua de tu mascota con frecuencia para que disponga siempre de agua fresca y abundante.
Personas con enfermedades crónicas
Las personas con enfermedades crónicas son más sensibles a los cambios de temperatura y podrían no darse cuenta del efecto que producen en ellos. Algunos medicamentos también pueden empeorar el impacto del calor.
Comprueba que están cumpliendo con las medidas de precaución necesarias para soportar las altas temperaturas; beber suficiente agua, vestir de forma adecuada, contar con aire acondicionado o ventiladores, si fuera necesario, adaptar su medicación al calor, etc.
- Limitar el trabajo y la actividad al aire libre.
Trabajadores al aire libre.
Las personas que trabajan al aire libre tienen más posibilidades de sufrir deshidratación y pueden padecer algún tipo de enfermedad relacionada con el calor.
- Detén cualquier actividad de forma inmediata si te sientes débil o mareado/a.
- Bebe agua aproximadamente cada dos horas. No esperes a sentir sed.
- Evita beber alcohol y líquidos que contengan demasiada azúcar.
- Utiliza crema de protección solar y sigue las instrucciones de uso.
- Pregunta si es posible cambiar las tareas que realizas al aire libre a horas en las que sea menos peligroso exponerse al sol.
- Lleva sombrero, ropa ligera, fresca y de color claro.
Personas que practican ejercicio al aire libre
Las personas que practican algún tipo de ejercicio al aire libre pueden deshidratarse más fácilmente y sufrir algún tipo de enfermedad relacionada con el calor.
- Interrumpe cualquier actividad de forma inmediata si te sientes débil o mareado/a.
- Utiliza crema de protección solar y sigue las instrucciones de uso.
- Procura hacer ejercicio fuera del horario fuerte del sol, a primera hora de la mañana o por la tarde-noche.
- Empieza las actividades de forma gradual.
- Bebe más agua de lo habitual. No esperes a tener sed. Los calambres musculares pueden ser el primer síntoma de una enfermedad o condición relacionada con el calor.
- Lleva prendas ligeras, sueltas y de color claro.
- No hagas ejercicio solo/a.
- Abstente de hacer ejercicio durante las horas máximas de sol.
- Comidas livianas.
Haz comidas más livianas. Come más a menudo. Las comidas copiosas son más difíciles de digerir y precisan de un aumento de la temperatura corporal interna para facilitar la digestión.
- Horas máximas del sol
Evita demasiada exposición al sol. Especialmente entre el mediodía y las 17:00 horas. Utiliza una crema protectora con un factor elevado de protección contra los rayos ultravioletas.
Atento/a a las señales y toma medidas.
- Agotamiento por calor. Piel fresca, pálida o roja; sudoración profusa, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, mareo y agotamiento. La temperatura corporal puede ser normal o con tendencia a subir. Quita la persona del calor. Aplica prendas frescas o mojadas. Si la persona está consciente, administra agua fresca para beber, asegurándote que bebe despacio.
- Golpe de calor. Piel roja, caliente; cambios en la consciencia, pulso débil o rápido, y dificultad para respirar. La temperatura corporal puede ser elevada. Se trata de una emergencia.
En este caso, su vida está en juego y necesita ayuda médica urgente. Llama a urgencias y mueve a la persona a un lugar más fresco o refresca el cuerpo. Protege la persona de los rayos solares y abanícala. Mantén a la víctima tumbada.
- Calambres por calor. Mueve a la persona a un lugar más fresco. Aplica un masaje leve al músculo afectado y repón fluidos. La persona debe beber medio vaso de agua fresca cada 15 minutos. No administrar alcohol ni cafeína.
Fotografía de dominio público. Crédito Imagen Imagen de Арсений Попов en Pixabay