Un pez remo, de unos 1,8 metros (6 pies) de longitud, ha sido descubierto en la playa de Baybay City, en la provincia de Leyte, en la zona este de Filipinas, a las 15:00 horas (hora local). Para evitar que el ejemplar en descomposición empezara a oler mal, se decidió enterrarlo en la zona de la playa.
Según National Geographic, los peces remo gigantes son las especies más largas de peces óseos, y pueden alcanzar los 17 metros (56 pies) de longitud.
Son delgados y aplanados, con bocas pequeñas y protuberantes, sin dientes visibles y un cuerpo sin escamas. Su aleta dorsal es roja o rosada, de gran tamaño y puede llegar a tener 400 espinas. Es la forma de sus aletas pélvicas las que probablemente dieron origen a su nombre por parecerse a remos.
En el folklore japonés, este tipo de peces, más pequeños, son conocidos como los “Mensajeros del Palacio del Dios del Mar”. Y, según la creencia tradicional, si aparecen muchos de estos peces en la playa, es señal de un terremoto próximo.
Con respecto a los biólogos, existen varias explicaciones sobre el motivo por el que aparecen este tipo de peces remo de forma periódica en la superficie del mar o muertos en las playas. No son buenos nadadores y, cuando se ven empujados por las corrientes marinas hacia la superficie, mueren por agotamiento.
En realidad, ninguna de las teorías ha sido probada científicamente.
Se piensa que el hábitat de los peces remo son las zonas mesopelágicas o epipelágicas del océano, es decir, de unos 200 metros (660 pies) a unos 1.000 metros (3.300 pies) de profundidad, por lo que rara vez se ven en la superficie del océano.
La primera vez que se encontró este pez en la superficie del mar fue en 1772. Algunos de ellos han sido encontrados nadando en la superficie, vivos, pero han muerto enseguida.
Este tipo de peces apenas tienen masa muscular, que es en lo que se apoyan los científicos para teorizar que no pueden sobrevivir a las corrientes marinas en la superficie y mueren agotados. Pero, la pregunta más bien debería ser, ¿qué es lo que les hace subir a la superficie? Seguro que no es porque se han perdido.
Fotografía. Crédito: Angeli Nor Vidal