El vuelo DR6558, había despegado a las 22:16 horas (hora local), el lunes, desde la ciudad de Xi´an y tenía previsto llegar a la ciudad del sur de China: Kumming, a las 00:25 horas del martes (hora local). Sin embargo, nada iba a ser cómo esperaban los 178 pasajeros que volaban a bordo.
Aproximadamente media hora después del despegue, los tripulantes detectaron grietas en la ventanilla frontal de los pilotos, debido a un fallo en el sistema de calefacción, según han informado posteriormente desde la aerolínea. Este tipo de aviones suele llevar un sistema especial de calentamiento mediante unos filamentos eléctricos para evitar la formación de hielo en latitudes elevadas y la formación de grietas o que las ventanillas puedan explotar. La presencia de grietas, era una mala señal e indicaba un gran peligro, por lo que inmediatamente activaron una alerta y decidieron hacer un aterrizaje de emergencias.
La maniobra de descenso del aparato, de 18.300 pies (5.600 metros) en solo seis minutos, desató bastante miedo entre el pasaje. Según la información publicada por un web de monitoreo de los vuelos, el aparato volaba a unos 30.840 pies (9.400 metros), a una velocidad de 840 kilómetros por hora (522 millas por horas) a las 22:50 horas (hora local). Esto significa que disminuyó 13 kilómetros por minuto (8 millas por hora). La velocidad media de un avión antes de aterrizar es de 4,4 kilómetros por minuto (2,7 millas por minuto) o 257 kilómetros por hora (160 millas por hora). El descenso repentino tuvo lugar a las 22:56 horas (hora local), bajando a 3.800 metros (12.467 pies).
El avión transportaba 178 personas a bordo y se vio forzado a descender 18.300 pies en solo seis minutos, con objeto de efectuar un aterrizaje de emergencias. La tripulación también reseteó su código transpondedor al 7700, lo que alerta a todas las instalaciones de control aéreo de la zona que el aparato se encuentra ante una emergencia.
Cuando la ventanilla frontal de los pilotos se agrietó a la media hora de despegar debido a un fallo en el sistema de calentamiento, el vuelo del Boeing 738, de la aerolínea Ruili, seguía un trayecto nacional. Afortunadamente, ninguno de los 178 pasajeros y siete miembros de la tripulación resultaron heridos durante este gran susto que vivieron.
El aparato aterrizó sin ninguna otra incidencia en el aeropuerto Internacional Jinagbei, en la ciudad de Chongqing, poco tiempo después de la medianoche.
Todos los pasajeros fueron trasferidos a otro vuelo para proseguir su viaje.
Fotografía. Crédito: Dailymail.co.uk