Para principios del mes de julio de 2020, en el sur de Noruega se habían acumulado más de 10 metros (32 pies) de nieve, según la empresa eléctrica BKK, que lleva a cabo las tareas de limpieza para impedir inundaciones en las montañas. De hecho, la región está tan fría, que la nieve apenas se derrite, aunque las lluvias torrenciales previstas podrían hacer cambiar esta situación.
En el transcurso de 2020, no había nevado de forma tan copiosa hasta ahora, por lo que la acumulación de nieve es tal alta que ha sellado los canales y las reservas están ahora completas. Sin embargo, aunque retiren toda esa nieve de los canales, no pueden asegurar que no vayan a producirse inundaciones, ya que podría llover de forma torrencial y provocar un deshielo rápido, con el consiguiente riesgo de desbordamiento.
Por el momento, según el Directorado de Energía y Recursos de Agua de Noruega, el nivel de alerta por inundaciones se encuentra en el verde debido a que la región está tan fría ahora mismo que la nieve apenas se está derritiendo.
Hace unos días, en el condado de Oppland, en la región sur cercana a Lillehammer, a unos 2.000 metros (6.562 pies) sobre el nivel del mar, se registraron -6,3ºC (20.7ºF), superando las cifras anteriores de temperaturas mínimas establecidas en 1964.
A principios de julio de 2020, cayeron hasta 35 centímetros de nieve (14 pulgadas) en algunas zonas del país y, aunque en julio es posible que nieven unos 5 centímetros (2 pulgadas), los totales nunca habían superado las cifras actuales.
Como consecuencia de esta intensa e inusual nevada, tres carreteras principales que unen el este y el oeste de Noruega se encuentran intransitables, por lo que los conductores se han visto forzados a volver a usar los neumáticos de invierno.
Fotografía. Crédito: BBK