¿Todavía no tienes cúrcuma en tu despensa? ¿No sueles utilizarla en la cocina? Pues después de leer este artículo, seguro que la incluyes.
La cúrcuma es mucho más que una especia aromática utilizada en la cocina o un ingrediente imprescindible en el curry, ya que ayuda al corazón, las articulaciones, sistema digestivo, piel e hígado. Y, al parecer, también es una esperanza prometedora en la lucha contra el cáncer. En la medicina tradicional india se usa para tratar los dolores reumáticos y aliviar los problemas digestivos y hepáticos, así como un tónico energético y reconstituyente. Pero, vayamos paso por paso.
La cúrcuma tiene un color dorado anaranjado, similar al jengibre. Normalmente se suele secar al sol y a continuación, se muele en polvo. Su sabor es picante y con una fragancia suave, y puede usarse como agente colorante.
Propiedades
Destaca porque es una planta digestiva excelente. Ayuda a digerir los alimentos, alivia la sensación de empacho, la indigestión, y previene los molestos gases. Y, hablando del estómago, si tienes alguna úlcera estomacal, o incluso gastroduodenal, resulta ser un sustituto natural de ciertos medicamentos que se usan para aliviarlas y contribuye a reparar el tejido que esté dañado.
Por sus propiedades antiinflamatorias, la cúrcuma se compara con el famoso Ibuprofeno y sirve para la gastritis y para la gastroenteritis, la cúrcuma sirve como antiinflamatori
También es útil si tienes diarrea por alguna inflamación gastrointestinal, intoxicación o por alergias.
Entre otros beneficios conocidos de la cúrcuma se encuentra que por su facilidad para movilizar las grasas y metabolizarlas e inhibir el crecimiento de nuevos vasos sanguíneos, ayuda a perder peso y se suele incluirse en las terapias de adelgazamiento.
A nivel del hígado, debido a que restaura las células hepáticas y protege al hígado, está indicada en las alteraciones, tanto del hígado como de la vesícula.
La cúrcuma, así mismo, es conocida por sus efectos frente a reumatismos diversos, como la artritis y la artrosis. En un estudio de 2018, que estudió la eficacia de los curcuminoides en el tratamiento de la artrosis de rodilla, se concluyó que las formulaciones con curcuminoides y boswelia podían ser valiosos añadidos al tratamiento terapéutico, al aliviar los síntomas y disminuir los riesgos. No obstante, se requiere más investigación con ensayos controlados.
Se le atribuye una alta capacidad para reducir la histamina en los procesos inflamatorios.
La cúrcuma puede ayudar a disminuir los niveles de colesterol (LDL) y de triglicéridos en sangre.
Desde hace miles de años, la cúrcuma se utilizaba para tratar la depresión y curar trastornos afectivos o psicológicos. Estimula el sistema nervioso y atenúa las consecuencias del estrés.
Consumida con regularidad, la cúrcuma puede prevenir la aparición de ciertos problemas cardiovasculares, como arteriosclerosis y embolias.
Fortalece el sistema inmunitario gracias al zinc o al cobre que contiene, por lo que es buena para las personas que tengan las defensas bajas.
Entre las buenas noticias que han proporcionado los ensayos médicos con extractos de cúrcuma, se incluye que, en tratamientos antitumorales, ha reducido la aparición de células cancerígenas en la piel, boca e intestinos. Además, se ha utilizado como complemento en la quimioterapia, al potenciar el efecto de ciertos medicamentos antitumorales. No obstante, todavía queda mucho por investigar a este respecto.
Los polvos de la cúrcuma diluidos en agua caliente y utilizados para hacer gárgaras pueden aliviar la irritación de garganta. En forma de pasta, puede ayudar a cicatrizar las heridas y las quemaduras.
Como especia, debido a su sabor intenso, puede ayudar a personas afectadas por trastornos para potenciar su sentido del gusto, que puedan tener mermado.
Contenido
Consumida fresca, secado y pulverizado, la cúrcuma, entre otros, contiene fibras, niacina y muchas vitaminas C, E y K, B1, B2, B3, B6, y B9. Además, es rica en minerales, manganeso, hierro, sodio, potasio, cobre, magnesio, zinc, calcio y proteínas.
Dosis terapéutica
En el caso de que se confirmen sus cualidades, la dosis de curcumina que podría ser considerada como terapéutica sería la de 1 gramo, es decir, unas 5 cucharadas de café.
Sin embargo, es importante saber que condimentar la comida con cúrcuma, no es suficiente para disfrutar sus beneficios terapéuticos. ¿Por qué? Porque nuestro intestino no está preparado para absorber las moléculas de curcumina que son eliminadas por nuestro organismo. Para aumentar su biodisponibilidad, es necesario añadirle pimienta, debido a que la piperina puede aumentar nuestra capacidad de disfrutar de sus propiedades.
Recetas con cúrcuma
Energética. Cúrcumuma latte o leche dorada.
Como sustituto del café, prepara una base de bebida vegetal, cúrcuma, una pizca de canela y un poco de pimienta negra.
Esta mezcla te proporcionará la energía que necesitas, siendo especialmente indicada por la mañana como complemento en el desayuno.
Antiinflamatorio. Té de cúrcuma
Ingredientes.
4
tazas de agua (1 taza de agua = 250 ml de agua)
2 cucharadas de cúrcuma rallada fresca o 1 cucharadita de polvo de cúrcuma
½ cucharadita de pimienta negra
Miel y limón (al gusto)
Elaboración.
Pon el agua a hervir. Añade la cúrcuma y pimienta negro. Hierve hasta que se disuelva: para la cúrcuma rallada posiblemente necesite hervir durante unos 15 minutos.
Fíltralo.
Agrega el limón y/o la miel al gusto.
Bebe caliente.
Para ir cambiando los sabores, te recomendamos que vayas alternando especias en tu infusión como, por ejemplo, cardamomo, vainilla, canela, pimienta negra, bebida de almendras, leche de coco, etc.
El té de cúrcuma no es apto para mujeres embarazadas.
Advertencias
La cúrcuma puede manchar, tanto las manos como la ropa y los utensilios de cocina. Si la usas como remedio cosmético, ten presente que puede dejar la piel algo amarillenta durante unos días.
Cocinada durante más de 15 minutos, los expertos aseguran que sus propiedades desaparecen en un 80%.
No se recomienda su consumo cuando se va a tomar el sol porque aumenta la sensibilidad en la recepción de los rayos solares.
Se considera seguro consumir curcumina como suplemento nutricional cuando se administra por vía oral o tópica, sin embargo, en algunas personas puede provocar náuseas, malestar estomacal o diarrea, especialmente si se consume en dosis mayores. Además, podría agravar el reflujo gastroesofágico.
Los medicamentos antiácidos asociados con problemas de estómago podrían interferir de mala manera con la cúrcuma, aumentando el ácido del estómago y el dolor.
Debido a su fuerte sabor, los expertos recomiendan consumirla en cantidades moderadas.
En mujeres embarazadas pueden aparecer efectos adversos que pongan en riesgo la gestación y no hay suficiente información sobre los efectos en mujeres lactantes, por lo que se desaconseja su uso. Del mismo modo, se aconseja extremar la precaución en personas de otros grupos de riesgo, como por ejemplo en personas diabéticas, en enfermos oncológicos, personas con problemas de coagulación, etc.
Debido a su efecto anti-ovulación, no debe ser utilizado por mujeres que esperan concebir. Así mismo, podría disminuir los niveles de testosterona y reducir la movilidad de los espermatozoides, por lo que podría disminuir la fertilidad.
Deben evitarla las personas con problemas graves en la vesícula biliar o que sean propensas a desarrollar cálculos renales.
Aunque se conoce la cúrcuma por ser beneficiosa para ciertos problemas hepáticos, lo cierto es que, si tienes una enfermedad del hígado como ictericia, hígado graso, cirrosis, ec., no es compatible.
En caso de insuficiencia cardíaca congestiva, es necesario hablar primero con tu médico antes de consumir cúrcuma en dosis terapéuticas.
No debe consumirse nunca antes de una intervención quirúrgica debido a que puede afectar a la circulación sanguínea. Por ello, se recomienda dejar de tomar cúrcuma al menos 2 semanas antes de una cirugía programada.
Si consumes medicamentos para tratar problemas de circulación, de corazón o de varices, es mejor consultar al médico.
No es adecuada para los niños menores de 3 años.
En combinación con pastillas como Ibuprofeno, naproxeno, warfarina, aspirina y otros que comparten el mismo efecto secundario, la cúrcuma puede causar trastornos de sangrado.
Podría disminuir el azúcar en sangre en personas con diabetes mellitus por lo que debe tomarse con precaución, ya que podría provocar una hipoglucemia.
Si bien, algunas investigaciones han demostrado que reduce los efectos del estrógeno en algunas células cancerosas sensibles a las hormonas, debido a su contenido químico conocido como curcumina, podría actuar como la hormona estrógeno, pudiendo empeorar las condiciones sensibles a las hormonas.
Tomada en altas cantidades, podría impedir la absorción del hierro, por lo que las personas con anemia por deficiencia de hierro deben tomarla con precaución.
Imagen de dominio público. Crédito: Imagen de Steve Buissinne en Pixabay