Agricultores del norte de Argentina intentan reponerse de la catástrofe provocada en junio por una enorme plaga de millones de langostas que se desplazó a Uruguay, y que ya causó daños también en Paraguay, afectando también a Brasil.
El enjambre abarcaba unos 15 kilómetros cuadrados y se encontraba compuesto por más de 40 millones de insectos. Algo difícil de imaginarse pero que resulta todo un espectáculo y una enorme amenaza. Diariamente pueden recorrer unos 150 kilómetros, pudiendo ingerir cada día la misma cantidad de comida que consumen unas 35.000 personas.
Según el biólogo-entomólogo, Óscar Efráin Ortega Molina, de la Universidad del Valle, se trata de insectos familiares de los chapulines, con un cuerpo muy grande que puede alcanzar 7 centímetros, alas muy gratas y patas posteriores muy fuertes que les permiten dar saltos largos. Desgraciadamente, las tasas de reproducción de este tipo de langostas son muy altas, por lo que este tipo de poblaciones se convierten rápidamente en plagas.
Más recientemente, en julio, Colombia está sufriendo el azote de esta plaga, viéndose gravemente afectados los departamentos de Meta, Arauca, Casanare y Vichada.
Según parece, desde hace cinco años, la tara de langostas ha ido aumentando, especialmente cuando empieza la temporada de lluvias de abril a julio, desapareciendo entre agosto y octubre.
El Instituto Humboldt afirma que hay al menos seis especies de langostas registradas con presencia en Colombia, y no solo en los Llanos, sino que algunas han aparecido también en Caldas, Sucre, Tolima, Valle, Cundinamarca, Atlántico y Antioquía. Según esta entidad hay aproximadamente 50 especies del género schistocerca, perteneciente al orden orthopetra, conocidos popularmente como chapulines, saltamontes o langostas.
En junio, el gobierno de Brasil declaró una emergencia fitosanitaria en dos estados del sur del país ante el riesgo de que sus plantaciones fueran atacadas por una nube de langostas procedentes del norte de Argentina. Una plaga que, según las primeras investigaciones, habría llegado a territorio sudamericano a finales de mayo de 2020 a través de Paraguay. En Brasil, el decreto del Ministerio de Agricultura declaraba la emergencia en los estados de Santa Catarina y Río Grande do Sul, fronterizos con Argentina y Uruguay, con el fin de permitir al Gobierno implementar un plan para la eliminación de la plaga, importar defensivos agrícolas, contratar brigadas para el combate al insecto, así como para adoptar otras medidas de emergencia con el propósito de proteger las áreas agrícolas en ambos estados.
Una plaga de langostas no causa daño directo al ser humano porque no contagian ninguna enfermedad, sin embargo, implican un alto riesgo para las personas al alimentarse de vegetales y resultar catastrófica para las zonas por las que se mueven (cosechas, frutales, etc.).
Esta especie provocó infestaciones en 1938, 1942 y 1946, con focos originados en Argentina que entraron en Brasil y que afectaron a varios estados del país vecino.
Fotografía. Miles de langostas en las zonas rurales de Vichada que arrasan con pastos y cultivos. Crédito: José Restrepo Chepair / ganadero del Vichada.