Prácticamente todo lo que compramos suele tener estampada una fecha en el envoltorio. La fecha de caducidad condiciona nuestros actos. Si se supera, por lo general, desechamos el producto sin miramientos. Pero, ¿alguna vez te has preguntado si has actuado bien o si estarás tirando comida que podría estar en perfectas condiciones? A continuación, podrás conocer qué productos puedes seguir consumiendo tras la fecha recomendada de consumo y cuáles no, así como la diferencia entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente.
Empecemos por lo más importante, diferenciar entre fecha de caducidad y fecha de consumo preferente. Consumir alimentos después de la fecha de caducidad podría poner en riesgo tu salud, mientras que hacerlo tras la fecha de consumo preferente no resulta peligroso.
Los alimentos muy perecederos como la carne o el pescado y el marisco fresco deben llevar siempre una fecha de caducidad. Después de esta fecha, no los consumas porque pueden resultar muy peligrosos para tu salud. La misma regla es aplicable a productos como carnes, pescado, leche, frutas y verduras, o queso fresco. Lo recomendable es consumir los productos frescos lo antes posible tras su compra (cuanto más tardes, además de arriesgar tu salud, estará acumulando histamina, lo que tampoco es muy saludable).
Por otro lado, existe lo que se conoce como fecha de consumo preferente. En este caso, indica el momento hasta el cual el alimento mantendrá sus cualidades en estado óptimo. Cumplida esta fecha, el alimento sigue siendo seguro para tu salud (siempre que se hayan seguido las condiciones de su conservación: es decir, que el envase no se haya abierto ni esté dañado).
Por lo tanto, no puedes consumir un alimento fuera de su fecha de caducidad, pero sí más allá de su fecha de consumo preferente (siempre con precaución). Es posible que el producto pierda textura, color, e incluso sabor, pero no será un peligro para tu salud.
¿Quieres saber qué productos se pueden consumir pasada la fecha de consumo preferente? Pues durante días o incluso semanas después, siempre que no hayas abierto el envase, ni presente signos de estar deteriorado, podrás consumir al menos los siguientes productos: frutos secos, pan de molde, yogures, refrescos, mermelada, galletas, pasta, cereales, patatas fritas, embutidos, encurtidos y envases de tomate.
Puede que, en alguna ocasión, hayas intentado encontrar una fecha de caducidad o de consumo preferente y no la encontraras. No, no se trata de un fraude. Existen productos que no tienen que llevarla, por ejemplo, las bebidas alcohólicas con una graduación superior a un 10% del volumen, el pan y bollería fresco, vinagre, vino, sal, chicles, las frutas y hortalizas… Claro que esto no significa que no puedan estropearse con el paso del tiempo, sin embargo, no tienen obligación de llevar una fecha de caducidad.
¿Y los huevos? ¿Son seguros una vez haya transcurrido su fecha de caducidad?
Con los huevos es mejor no arriesgarse. Si los has mantenido bien refrigerados, probablemente te duren al menos un mes después de la fecha de caducidad, pero haz la prueba para asegurarte. Hierve un cazo con agua. A continuación, introduce un huevo. Si el huevo se hunde, es seguro para su consumo. Si flota, tíralo.
Pero, ¿sabías que también existe la posibilidad de que aparezcan otras menciones diferentes en las etiquetas de algunos productos?
“Mejor si es usado antes de…” En este caso, el alimento estará en su momento óptimo antes de la fecha indicada en el envase, pero todavía será seguro consumirlo pasada esta fecha (aunque probablemente su sabor se vea mermado).
“Usar antes de…” Esta fecha significa que debería consumirse el alimento antes de la fecha de caducidad. “Puede que” sea seguro consumirlo pasada esta fecha, pero para estar más seguro, la recomendación es no hacerlo.
“Vender antes de…” Esta fecha suele indicarle al vendedor la fecha máxima en la que debería haber vendido el producto al consumidor. La mayoría de los productos son seguros para su consumo pasada esta fecha.
Finalmente, recordarte que siempre actúes con cautela a la hora de consumir un producto más allá de su fecha de caducidad o de preferencia de consumo. Si algo, cualquier cosa, te hace dudar o sospechar que no pueda estar en condiciones, es mejor tirarlo que arriesgarte a sufrir un problema de salud.Fotografía de dominio público. Crédito: Imagen de pasja1000 en Pixabay