Durante los últimos días, se han venido registrando varios terremotos de gran magnitud, algunos en regiones remotas del mundo.
Todo comenzó con un terremoto de 6,5 grados, a escasa profundidad, a lo largo de la cordillera central Medio-Atlántica, el 30 de agosto de 2020, a las 21:20 horas (UTC). Este seísmo se produjo a una profundidad de tan solo 10 kilómetros (6,2 millas) y según han confirmado dos personas en la web del USGS, lo han sentido.
Aproximadamente unas 20 horas más tarde, el 31 de agosto de 2020, a las 17:24 horas (UTC), tenía lugar otro terremoto a escasa profundidad. De 6,2 grados en la escala de Richter, el terremoto sacudió la región del archipiélago de Chagos, en mitad del océano Índico.
La profundidad de este terremoto también fue de 10 kilómetros (6,2 millas) y según la web del USGS, fue sentido por cuatro personas.
Al mismo tiempo, dos peces de las profundidades marinas, fueron hallados muertos en Filipinas, después de registrarse un terremoto de 6,6 grados.
Según el folclore de Japón, cuando se encuentran este tipo de peces inusuales, que emergen de las profundidades marinas, un terremoto de gran potencia es inminente o podría ser señal de mala suerte.
Un día después del terremoto de Filipinas, se encontraron los restos de dos peces procedentes de las profundidades marinas (un pez remo y un pez luna), en estado de descomposición. Para muchos, es una señal de que se acerca el Fin de los Tiempos.
Imagen. Crédito: EMSC