Los descubrimientos que se van haciendo día a día, demuestran que todavía nos queda mucho por descubrir ahí afuera… En esta ocasión, un astrónomo aficionado ha descubierto un Objeto Cercano a la Tierra, calificado como potencialmente peligroso.
Leonardo Amaral estaba monitoreando el cielo la noche del 27 de agosto de 2020, cuando al comprobar la región de la constelación Indus, se topó con el asteroide 2020 QU6
Amaral utilizó un reflector de 0,3 metros en el Observatorio Campo dos Amarais, cerca de Sau Paulo, en Brasil.
Resulta sorprendente que este asteroide haya pasado desapercibido teniendo en cuenta que mide aproximadamente un kilómetro, cuando se supone que existe un catálogo de Objetos Cercanos a la Tierra de gran tamaño. Sin embargo, Amaral lo descubrió y no estaba catalogado.
Al parecer, este asteroide orbita al Sol una vez cada 3,26 años y en una órbita inclinada 23,5º con respecto al plano eclíptico.
Afortunadamente, el asteroide no supone ningún riesgo para la Tierra, ya que sobrevoló nuestro planeta a 40 millones de kilómetros (24 millones de millas) de distancia, el 10 de septiembre de 2020.
Este descubrimiento ha sido posible gracias a la subvención de la Sociedad Planetaria a través de su programa Subvención Shoemaker NEO, que anima a los astrónomos aficionados a buscar asteroides nuevos, así como a monitorear los asteroides conocidos y definir sus trayectorias futuras.
Ya son muchas las voces que hablan de una mayor frecuencia de Objetos Cercanos a la Tierra. Recientemente, el 15 de agosto de 2020, hizo su sobrevuelo el asteroide 2020 QG a tan solo 2.950 kilómetros de la superficie de la Tierra. La distancia más cercana de un asteroide a la Tierra. El 2 de septiembre hizo su sobrevuelo el asteroide 2011 ES4, a 1,48 millones de kilómetros de la Tierra. Sin olvidarnos del asteroide 2018 VP1 que causó cierto revuelo cuando se habló que existía una posibilidad mínima de colisión con la Tierra. Sin embargo, las probabilidades de impacto el 2 de noviembre de 2020, en realidad son prácticamente nulas, ya que hará su sobrevuelo a unos 400.000 kilómetros de distancia de la Tierra. Puede que para los astrónomos sea una distancia no muy lejana, pero para quienes nos desplazamos por la Tierra y nos miramos tanto al cielo, nos parece un mundo.
Sin embargo, sí que es cierto que las rocas espaciales pueden llegar a ser muy peligrosas para nuestro planeta. De ahí que detectarlas, con la suficiente antelación, sea una labor importante. De hecho, en el año 1998, el Congreso de los Estados Unidos le pidió a la NASA que identificara el 90% de los asteroides Cercanos a la Tierra de 1 kilómetro o más de tamaño. Dicen que NASA cumplió las expectativas, pero tanto el descubrimiento de este astrónomo aficionado, como los numerosos asteroides que van apareciendo, demuestran que todavía hay mucho más por descubrir ahí fuera.
Incluso la Sociedad Planetaria admite que este descubrimiento nos recuerda que, aunque se hayan encontrado la mayoría de los Objetos Cercanos a la Tierra de gran tamaño, no los hemos encontrado todos.
De haber colisionado con nuestro planeta, este asteroide de un kilómetro de tamaño podría haber causado efectos desastrosos en la Tierra. Incluso siendo de menor tamaño, también hubiese sido una catástrofe a nivel regional.
Desde la NASA afirman que están haciendo un gran esfuerzo a través de su programa Near Earth Object Surveillance Mission para cumplir la meta de identificar todos los Objetos Cercanos a la Tierra de gran tamaño en una década. No por nada invierten, cada año, 160 millones de dólares en defensa planetaria.