A lo largo de las últimas semanas, se han encontrado un número – sin precedentes – de aves migratorias muertas por causas completamente desconocidas. Las aves pertenecen a varias especies y los científicos tienen muchas teorías, pero ninguna causa justificada que haya podido provocar su muerte.
Según admiten desde la Universidad Estatal de Nuevo México, no habían visto nunca nada parecido. Probablemente están muriendo miles, si no millones de aves migratorias.
En agosto, se encontró un gran número de aves muertas en White Sands Missile Range y en el Monumento Nacional de White Sands. Pensaron que se trataba de un incidente aislado. Extraño, pero aislado. Sin embargo, a partir de entonces, se ha venido informando de comportamientos extraños de aves y de que estaban muriendo en varias localizaciones como por ejemplo en el condado de Doña Ana, en Jemez Pueblo, Socorro, Roswell, así como en otras localizaciones a nivel estatal.
En cuanto al tipo de aves afectadas por estas misteriosas muertes, se incluyen currucas, gorriones, golondrinas, mirlos, el pewee de madera occidental y papamoscas.
Los biólogos se han percatado de que la mayoría de estas aves que mueren son insectívoras, aunque también las hay que comen semillas, han enfermado y han muerto. Lo que tampoco les ha llevado a un patrón…
Lo que más preocupa es el gran número de aves muertas. No solo son una población que ya habían sufrido un importante declive, sino que ahora están afrontando un evento traumático, que desconocemos, pero que está resultando devastador.
Según han explicado algunos residentes que las vieron antes de caer muertas, se comportaban de una manera extraña, agrupándose en grandes grupos, antes de morir. Además, dicen que parecían somnolientas y letárgicas.
Algunas especies migratorias están muriendo a un ritmo muy rápido y todavía se desconocen los motivos.
Los biólogos han explicado que las aves muertas habían mudado sus plumas, preparándose para su largo viaje hacia el sur. Un viaje para el que hace falta estar muy saludable. Sin embargo, poco después de iniciar su ruta migratoria, algo se lo impidió.
Por supuesto, a partir de este punto, se están barajando muchas teorías. Posibilidades inventadas, pero nada que lo justifique con pruebas concluyentes.
Se habla de que los incendios forestales que están arrasando el oeste de los Estados Unidos y la sequía que atraviesa Nuevo México puedan haber influido en su muerte. También de la ola de frío que azotó la región recientemente. O que se aventuraran a migrar antes de lo debido. Que no tuvieran la grasa suficiente como para sobrevivir una migración…
Pero, la verdad es que la muerte masiva de estas aves sigue siendo un misterio. Lo peor es que ya ha sucedido anteriormente, en menor cantidad. Y que continúa sucediendo. Sin que nadie pueda hacer nada para evitarlo ni tampoco se conozcan las causas que lo provoca.
Los científicos admiten que se trata de un evento sin precedentes y que no es normal que suceda. Piden a la población que colaboren y que si se encuentran algún ave muerta, que utilicen guantes para recogerla y la guarden en una bolsa hermética en el congelador para después avisar a las autoridades.
Los cuerpos de algunas de ellas han sido enviadas al Laboratorio de Servicios Forenses del U.S. Fish and Wildlife para su análisis.
Fotografía. Aves migratorias caen misteriosamente del cielo, muertas, en Nuevo México. Ante el estupor de los científicos. Crédito: Martha Desmond/Universidad Estatal de Nuevo México