Un total de 90 ballenas han muerto y otras 180 se encuentran varadas en una bahía remota en nel sur de Australia. La complicada misión de rescate ha comenzado el martes.
Los científicos han explicado que dos grandes grupos de ballenas piloto de aleta larga quedaron atrapados en bancos de arena en el puerto de Macquarie, en la escarpada y escasamente poblada costa oeste de Tasmania.
Las imágenes muestran aguas poco profundas con decenas de estos mamíferos de color negro, intentando moverse de forma que puedan conseguir espacio. Nunca se había visto un grupo tan grande de ballenas en Tasmania desde hace más de una década.
Según un biólogo de la marina, aproximadamente un tercio de los animales estaban muertos el lunes y rescatar supervivientes va a ser una tarea muy difícil que posiblemente dure días.
Aunque las ballenas suelen quedar varadas en ocasiones en Tasmania, nunca lo habían hecho en un grupo tan grande ejemplares.
Solo se puede llegar a estos animales por barco, por lo que el número de rescatadores que están llegando a la zona es limitado. En total, se han podido reunir unas 60 personas, incluidos voluntarios y trabajadores locales de las piscifactorías, que están intentando ayudarlas.
En términos de varamiento masivo en Tasmania, este es el más voluminoso.
De todos modos, no se pierden las esperanzas, ya que algunas de las ballenas que todavía están parcialmente sumergidas podrían sobrevivir varios días hasta ser reflotadas.
Debido al elevado número de ballenas varadas y al escaso número de rescatadores, han decidido hacer un triaje para priorizar las más saludables y más fáciles de alcanzar.
La mayoría del grupo de 30 que había en una playa cercana, fueron descubiertas el lunes, muertas. Desde entonces, se teme que han muerto otras 60. El tiempo juega en contra de estos mamíferos. De no regresar mar adentro pronto, podrían morir todas.
En cuanto a este incidente masivo, los científicos desconocen cuál ha sido la causa, aunque sugieren que el grupo pudo haberse salido de su trayectoria de alimentación y aproximarse demasiado a la playa hasta quedar varados.
Fotografía. Crédito: Policía de Tasmania.