El submarinista Sergio Hanquet, ha encontrado un ejemplar de dragón azul o Glaucus atlanticus en las aguas del sur de Tenerife, en Canarias. De un llamativo color azul, este animal raro en estas aguas, es más peligroso de lo que parece, e incluso puede llegar a ser mortal.
El dragón azul vive en la superficie del agua gracias a las burbujas que crea en su interior cogiendo aire, que le mantienen a flote. Se alimenta de medusas venenosas, como la carabela portuguesa.
En su madurez puede medir hasta 3 centímetros (1,2 pulgadas) de largo. Es gris plateado en su cara dorsal y azul oscuro y pálido ventralmente. Tiene rayas azul oscuro en la cabeza y un cuerpo plano.
Esta babosa marina almacena nematocistos punzantes dentro de sus propios tejidos como defensa contra los depredadores. Los humanos que lo manipulen pueden recibir una picadura muy dolorosa y potencialmente peligrosa, desde una urticaria grave hasta la muerte por ahogamiento. Y es que el animal acumula las células urticantes de su presa hasta que el veneno pasa a concentrarse en sus falsos dedos o apéndices al final de sus extremidades.
Coger este animal puede resultar extremadamente doloroso, manifestando síntomas como náuseas, dolor, vómitos, dermatitis alérgica de contacto aguda, eritema, hiperpigmentación posinflamatoria, formación de vesículas, papilas urticariformes, etc.
Le gustan las aguas del Atlántico, aunque también ha sido visto en el Pacífico, el Mediterráneo y en el Caribe. En Canarias, no es habitual, pero parece ser que de vez en cuando, las mareas lo arrastran y aparece en las islas.
Aunque viven mar adentro, en ocasiones, se ve arrastrado por las mareas y aparece en la playa. Si lo ves, no te acerques y, por supuesto, no intentes tocarlo.
Fotografía. Crédito: Sylke Rohrlach from Sydney / CC BY-SA (https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)
https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/5/57/Blue_dragon-glaucus_atlanticus_%288599051974%29.jpg
8 de octubre de 2020