
El volcán Grimsvôtn, cubierto por una capa de hielo y conocido por ser el más activo de Islandia, registró una erupción inusualmente duradera y potente en el año 2011, cuando lanzó cenizas volcánicas a una altura de 20 kilómetros a la atmósfera, provocando la cancelación de unos 900 vuelos. Otra erupción menos potente, la del volcán Eyjafjallajökull en el 2011, causó la cancelación de unos 100.000 vuelos.
Quizás es por eso que cuando se habla de la posible erupción de un volcán en Islandia, salten todas las alarmas. Sin embargo, por desgracia, es así. Existen evidencias de que el volcán Grimsvôtn está preparado para entrar en erupción de nuevo. Por este motivo, las autoridades han aumentado el nivel de alerta de este volcán.
Curiosamente, este volcán se encuentra cubierto prácticamente en su totalidad por el hielo. Solo se ve una pequeña parte del cráter o caldera. Y es a lo largo de la cordillera de este cráter, bajo el hielo, donde se han registrado sus erupciones más recientes.
Al parecer, la emisión de calor del volcán es extraordinaria (2000-4000 MW). De hecho, está provocando el deshielo del hielo que hay por encima. Esto ha producido un lago subglacial oculto de agua del deshielo, de hasta 100 metros (328 pies) de profundidad y que tiene hielo de unos 260 metros (850 pies) flotando sobre su superficie. El hielo fresco fluye continuamente hacia dentro de la caldera, donde se derrite, de manera que el nivel del agua sigue subiendo y subiendo…
Pero, no hay que confiarse. Esta agua puede escaparse de repente y emerger como una inundación. En el pasado, ha arrasado con puentes y carreteras.
Al mismo tiempo, la presión del agua puede provocar una erupción. Como una cafetera a presión. Algo que ha sucedido en la historia eruptiva del volcán con frecuencia.
Este es el volcán más activo de Islandia. En los últimos 800 años se le conocen hasta 65 erupciones, más o menos potentes. Y ahora, podría suceder de nuevo. Eso sí, los científicos todavía no están preparados para pronosticar el día exacto en el que tendrá lugar. Por este motivo, continúan monitoreando el volcán muy de cerca desde que entró en erupción en el año 2011.
Su monitoreo constante es precisamente lo que ha conllevado a deducir que el volcán está preparado para entrar en erupción de nuevo.
El volcán se ha estado inflando por la llegada de magma nuevo en su cámara magmática. La actividad termal ha aumentado y cada vez se derrite más hielo. También ha aumentado la actividad sísmica. Así que… ¿Y ahora qué?
Pues de nuevo estamos en un momento de incertidumbre en cuanto a fechas. Lo que está claro es que en erupciones pasadas el patrón observado es que un enjambre de seísmos de unas horas de duración señala que el magma sube a la superficie y que la erupción es inminente. En ocasiones, el lago se ha drenado poco antes de la erupción.
Por lo tanto, hay que tener muy presente que los científicos están seguros de que el volcán va a entrar en erupción de nuevo, pero que desconocen el momento exacto, así como su magnitud.
Los volcanes siguen siendo sistemas naturales muy complejos de predecir para el hombre. Así que solo queda estar preparado/a y permanecer muy atento a los acontecimientos.
Fotografía. Crédito: AP