Era de noche. El 29 de octubre de 2020. El reloj había dado las once. Cuando escuchó unos retumbos, enseguida pensó que se trataba de un terremoto, pero el ruido iba a más y se le pusieron los pelos de punta. Salió corriendo, avanzando en zigzag, mientras pedía a todos que salieran de la vivienda.
Miguel Ángel Crisosto, de 67 años, logró escapar a una muerte segura, pues nada más salir, una pared se derrumbó tras de sí. Por desgracia, su nieta de siete meses, su hijo de 17 años y su mujer, no pudieron seguir sus pasos. El deslizamiento de tierras que se había producido en la localidad de Nejapa, al norte de El Salvador, acabó con sus vidas.
Según las últimas informaciones, han sido más de 40 las personas que han perecido o desaparecido en este desastre, provocado por las intensas lluvias registradas en la zona. El deslizamiento afectó a las laderas del volcán de San Salvador, a unos 20 kilómetros (12 millas) de la capital.
Desde la Agencia de Protección Civil del país informan que el deslizamiento arrasó aproximadamente 4 kilómetros (2,5 millas) del pueblo, arrastrando árboles, lodo y rocas. La Armada se ha unido en las labores de búsqueda y rescate.
Fotografía del rastreo llevado a cabo por los Bomberos de El Salvador, intentando encontrar víctimas entre los escombros. Crédito: Bomberos El Salvador vía Twitter @BomberosSV