La mayoría de los artículos de supervivencia explican el tipo de comida que deberías comprar para tu almacén de emergencias y, aunque es cierto que también es importante saber las características que tienen que cumplir los alimentos, evita comprar por comprar. Traza un plan que puedas seguir sin acumular innecesariamente.
Antes de irte al supermercado y comprar comida para tu almacén de emergencias, siéntate y tómate tu tiempo para planificar cómo va a ser tu menú de emergencia.
Para empezar, haz una planificación diaria para una semana. Incluye desayunos, almuerzos y cenas. Y, no te olvides de incluir un postre en cada comida. Pero, antes de que tomes esta decisión, recordarte que disponemos de artículos que hablan ampliamente sobre lo que te resumimos a continuación:
** Alimentos no perecederos. Nada de productos frescos.
** Alimentos con una fecha de caducidad mayor. Los alimentos enlatados suelen tener una duración mayor, aunque también existen comidas preparadas para emergencias cuya fecha de caducidad puede llegar a ser de 5 a 8 años. Los enlatados pueden tener un año de caducidad, así que, ya sabes cuáles deberías preferir.
** Fácil de preparar. Lo más probable es que, en una situación de emergencia, no dispongas de los medios habituales para cocinar, así que procura elegir comida que puedas comer tal y como está, o que necesite lo mínimo (calentar o rehidratar). Algunos paquetes de supervivencia esterilizados son autocalentables por lo que no tienes que hacer nada especial para poder consumirlos.
** Nutritiva. Que sea comida preparada o para una emergencia, no significa que no pueda ser nutritiva. Todo lo contrario, tienes que procurar alimentarte bien. Si además de vivir una situación catastrófica, te alimentas de comida basura, podrías desarrollar algún problema de salud que, probablemente no te puedas permitir.
** Dietas. Olvídate de las dietas para adelgazar o por seguir una moda. Un menú de emergencia no puede concebirse con esta intención. Claro que, si tienes alguna alergia o intolerancia alimenticia, entonces sí que tendrás que elegir alimentos acordes con este problema.
De acuerdo. Si ya has hecho una lista que incluya desayuno, almuerzo y cena para el lunes, martes, miércoles, jueves, viernes y sábado de la semana 1, a continuación, sigue planificando el menú para la semana 2. A ser posible, procura variar los alimentos, de manera que no se repitan los de la primera semana (al menos en el almuerzo y la cena). Continúa así con la semana 3 y la semana 4.
Llegados a este punto, ya tienes planificado 1 mes. Completar el año es bien fácil, pues solo tienes que repetir esta misma planificación. Pero, si quieres complicarte, puedes hacer lo mismo para el mes 2 con otras opciones de comida. Como prefieras.
Cuando tengas completado al año, toca hacer cálculos.
Toma nota de cada plato o ingrediente que necesitas en cada uno de los días planificados.
Pongamos por ejemplo que has decidido comprar “albóndigas con tomate” que venden en lata y que has previsto consumir este plato 1 vez a la semana, cada mes. Esto significa que, en un mes, vas a necesitar 4 latas de albóndigas con tomate.
Claro que, si tu preparación de emergencias no se limita a un mes, sino que tienes previsto almacenar alimentos para 1 año, entonces tendrás que ampliar estos cálculos. Es decir, si multiplicas estas 4 latas de 1 mes, por 12 meses, sabrás que, para un año, vas a necesitar un total de 48 latas de albóndigas con tomate.
Tienes que hacer estos cálculos con todos los alimentos y bebidas que incluyas en tu menú de emergencias.
Una vez hayas completado tu menú de emergencia, tendrás la lista de los productos que vas a necesitar. Ahora sí que puedes comprar. Pero, no hace falta que lo compres todo de una vez. Puedes ir comprando algunos productos para tu almacén de emergencias cada vez que vayas a comprar. Cuando menos te lo esperes, habrás completado tu almacén para 1 mes… Para 2 meses, y así sucesivamente.