
Las bolsas de plástico. Sí, esas que se guardan y que se pueden usar una y otra vez, también tienen otros usos. Cuando pensamos en una bolsa de plástico, por lo general, asumimos que sirve para transportar cosas de un lugar a otro. Sin embargo, te sorprendería saber para cuántas cosas te puede servir una bolsa de plástico en una situación de emergencia. ¿Quieres que te lo expliquemos?
Digamos que te encuentras en una situación de emergencia, a la intemperie. Hace frío y no tienes guantes. Si has incluido una bolsa de congelación (tipo zip) en tu mochila de emergencias, introduce tus manos en su interior para protegerlas.
En un momento de necesidad, y si te falta lo esencial: comida, puedes intentar usar este tipo de bolsas para pescar. Puede parecer muy complicado y, la verdad, fácil no es, pero si no tienes otra opción, podrías tener suerte.
Las bolsas de plástico (y de basura) son el medio perfecto para deshacerte de los productos que puedan ser contagiosos, pare recoger heces, o restos de desinfectar heridas. Solo tienes que cerrar el zip o hacer un buen nudo a la bolsa y listo.
¿Sabías que si cuelgas esta bolsa con agua puedes mantener alejadas a las moscas?
Pues sí, parece ser que, por algún motivo, a las moscas no les gustan los reflejos. Siendo conscientes de que las moscas son transmisoras de enfermedades, este sencillo truco puede ayudarte a que no se acerquen. ¿No te imaginas lo que pueden transmitir las moscas? Pues, entre otras enfermedades, el cólera, la tuberculosis, la fiebre tifoidea, etc.
Si te encuentras en una situación de emergencia y necesitas conseguir agua, esta bolsa de plástico podría sacarte del apuro. Además de servirte de recipiente para coger agua de un arroyo o río cercano, si no tienes ninguna fuente de agua cercana, puedes recoger el sudor de las hojas y de las flores. Usando el proceso natural de evaporación puedes recoger la transpiración de estos elementos de la naturaleza. No conseguirás una gran cantidad de agua, pero puede que lo justo para que sea el líquido suficiente para seguir tu camino.
Una bolsa de plástico (oscura), rellena de agua y puesta al sol, puede servirte como ducha improvisada.
Una bolsa de plástico sirve para transportar cosas y para guardarlas. Si vas caminando por un sendero y te encuentras algún alimento que puedas comer más tarde, guárdalo en la bolsa y ciérrala bien. Si lo que has recogido es agua, podrás filtrarla después para su consumo.
Si llueve y no tienes cómo protegerte del agua, una bolsa de basura de grandes dimensiones puede servirte como chubasquero o como poncho. Del mismo modo que te puede servir para refugiarte del agua, también la puedes utilizar como saco para dormir. En circunstancias especiales, ¡hay que improvisar!
¿No tienes un vendaje impermeable? Pues haz uso de la bolsa de basura. Después de aplicar un vendaje a la herida, añade una bolsa de basura por encima y cierra bien. Así evitarás que pueda entrar agua.
Las bolsas de plástico más pequeñas sirven para protegerte los pies del agua. Muy útil si no tienes botas o un calzado adecuado. Tener los pies secos puede evitar que te resfríes o, en el peor de los casos, que sufras una hipotermia.
Para que la comida aguante más tiempo en el congelador durante un apagón eléctrico, se recomienda tener bolsas de hielo en el congelador. Pero, no hace falta que las compres. Solo tienes que rellenar una bolsa con zip con agua y congelarla. Por cierto, cuando te haga falta, la descongelas y ya tienes agua potable de repuesto.
Si no tienes electricidad y tampoco dispones de una lavadora manual, una bolsa de basura llena de agua y con un poco de jabón puede servir. Introduce la prenda a lavar en su interior. Cierra la bolsa y agítala. El resultado te sorprenderá.
Bueno, seguro que con estas ideas hemos despertado tu imaginación y ahora se ocurren otros usos para las bolsas de plástico. Toma nota para que no se te olviden y puedas ponerlas en práctica.