
Los habitantes de Princess Town, en el sur de la isla de Trinidad y Tobago, están viviendo una pesadilla desde hace dos semanas. La langosta Moruga (Coscineuta virens) se ha multiplicado de manera desorbitada, hasta alcanzar millones de ejemplares. Están arrasando los árboles frutales y las plantas, y amenazan con destruir acres de cultivos en las granjas cercanas.
Los coches que se desplazan por la zona suelen verse cubiertos por estos insectos y las personas que caminan por la ciudad, tienen que estar espantándolos, pero vuelan por miles a su alrededor. Se meten en las casas, en los coches, en los negocios… Y son resistentes a los repelentes de insectos.
Cuando el cielo de Manahambre, Lothians y St. Croix oscureció la mañana del miércoles, los residentes pensaron que se había producido un cambio en el tiempo, que iba a llover. Sin embargo, una vez que la nube bajó, pudieron comprobar cómo miles de langostas se posaban en los árboles frutales, en las plantas y en los cultivos, devorándolo todo.
Según han explicado algunos testigos de esta plaga, han vivido allí desde hace 40 años y nunca habían visto nada parecido. El cielo oscureció y sonó como si estuviera lloviendo o tronando. Entonces, bajaron y se posaron sobre todo, los árboles, los aguacates, las frutas, los coches… Incluso volaban hacia las personas.
Según los habitantes, la vegetación cercana ha quedado completamente devastada por estos insectos, tan solo 24 horas después de su llegada. Algunos han preferido encerrarse en sus casas y evitar salir mientras todo está invadido por las langostas.
Las invasiones de langostas son conocidas en la región alrededor de Moruga, pero este año, los enjambres tienen proporciones inmensas. Además, también han invadido zonas como Borde Narve, St. Julien o Río Claro, donde nunca les habían afectado estas plagas antes.
La población tiene miedo de que esta plaga pueda tener consecuencias devastadoras en la agricultura de la isla.
Según ha explicado uno de los habitantes, el enjambre de langostas está formado por ejemplares adultos en su camino hacia el bosque para anidar. Por el camino, se comen todo lo que encuentran a su paso. Rociar la zona con pesticidas no matará a los adultos. Una vez que han anidado, los ejemplares adultos mueren y los nuevos insectos nacen entre diciembre y enero. Es para entonces que ha dicho el ministerio que fumigará para evitar una nueva plaga. Porque, una vez que una langosta consigue sus alas, ya es muy difícil que la fumigación haga efecto.
Enlace a vídeo (fuente externa a AlertaTierra.com). Crédito: TTT Live Online. Fotografía es captura de pantalla.