En una reunión de científicos, el ministro de Defensa de Rusia, Sergey Shoigu, ha pedido que la industria, investigación y la política rusa se alejen de sus fronteras europeas y ha propuesto construir una nueva capital del país, más al este, a miles de kilómetros, en la nevada Siberia.
Según ha explicado el ministro: “Tenemos que construir al menos tres, pero preferentemente cinco grandes centros con actividad científica, industrial y económica”. “En otras palabras, deberían ser ciudades con una población de 300-500.000 habitantes, o mejor, de hasta un millón de personas. Y no deberíamos construir solo la capital y desplazarla aquí, sino hacer que cada nueva ciudad esté dirigida a una esfera de actividad concreta”.
Ya en 2012, cuando era gobernador de la región de Moscú, Shoigu argumentó que desplazar la capital a Siberia ayudaría a revertir la emigración de ciudadanos de la región, ya que muchos se marchaban a ciudades como San Petersburgo o Krasnodar para estudiar o trabajar. Sin embargo, los detractores argumentaron que su planteamiento era demasiado costoso y logísticamente difícil.
Durante la Segunda Guerra Mundial, mientras los nazis avanzaban a través del frente occidental de la Unión Soviética, la preocupación de que Moscú pudiera caer en manos enemigas llevó a preparar una segunda capital a unas 500 millas al este. La ciudad de Samara, en el río Volga, fue elegida como destino de respaldo en el caso de que el Kremlin cayera en manos del ejército alemán, y se construyó un colosal conjunto de búnkeres de mando para el líder en tiempos de guerra. Aunque finalmente nunca se utilizaron.
Ahora, años más tarde, y ya como ministro de Defensa del país, Shoigu insiste en su planteamiento de trasladar la capital más al este y construir cinco ciudades más. Pero, ¿cuál será la verdadera razón que incita a que un ministro de Defensa, de un país tan poderoso como Rusia pida que se traslade la capital rusa al este y que se construyan otras cinco ciudades allí? ¿Por qué quiere trasladar la actividad científica, industrial y económica a esta nueva región? Son preguntas muy lógicas. Para los seguidores de la Teoría del Reverso de los Polos, se trata de un paso importante, inteligente y adecuado, teniendo en cuenta que Moscú se verá inundado, así como gran parte del oeste del país. Siendo la zona más segura tras el reverso de los polos, precisamente el lejano este del país, la sugerencia del ministro de Defensa ruso parece mucho más comprensible.