El alcalde de la isla de Vulcano, en Italia, ha ordenado la evacuación de unas 300 personas en la zona del puerto y ha prohibido el acceso de turistas, debido a un incremento en la actividad volcánica y a una mayor exposición a los gases tóxicos en la zona.
Según ha explicado el alcalde, los datos indican que se ha producido un aumento en los gases tóxicos, por lo que podrían resultar en un peligro para la población.
El Instituto de Vulcanología y Geofísica de Italia ha explicado que estos gases pesados se concentran en el suelo y disminuyen la cantidad de oxígeno, provocando problemas respiratorios que podrían tener efectos letales.
La prohibición entra en vigor desde las 23:00 horas (hora local), las 22:00 horas (GMT) a las 06:00 horas (05:00 horas GMT), con el fin de evitar problemas por la noche y tendrá una duración de un mes.
Las autoridades locales también han creado una “zona roja”, donde el nivel del gas se encuentra más concentrado, con valores de dióxido de carbono por encima de los niveles normales y han restringido el movimiento de los residentes. Los turistas tampoco podrán acudir a la isla durante un mes.
El 21 de octubre, algunas personas en la isla informaron que las emisiones volcánicas habían hecho enfermar a sus mascotas. Según una residente de la isla, un día descubrió que sus 10 gatos yacían en el suelo como si hubieran muerto. Tampoco ella se sentía bien, ya que tenía dificultades respiratorias. Le informaron que era un ataque de pánico, pero los médicos le confirmaron que fue debido a la inhalación de los gases del cráter. Debido a los gases, desde entonces, algunos residentes abandonaron la isla.
Un vulcanólogo de la Universidad de Pisa informaba el mes pasado en cuanto a las temperaturas, sismicidad, etc., que para quienes conocían la isla, esto no había sido visto nunca antes. No hay que olvidar que la última erupción en Vulcano tuvo lugar hace más de 130 años, del 2 de agosto de 1888 hasta el 22 de marzo de 1890.
El municipio concederá ayudas a quienes se vean forzados a buscar otro lugar para vivir, pero la vida en la isla seguirá su rutina habitual.
Fotografía vía Twitter