Algunas cosas que damos habitualmente por sentado, como acudir a ciertas especialidades médicas, se ha convertido en toda una odisea para quien reside en La Palma. Cuando el aeropuerto cierra debido a la ceniza volcánica también impide que los pacientes puedan desplazarse con facilidad y que tengan que viajar al menos tres horas en barco para llegar a Tenerife y recibir el tratamiento o asistencia médica que necesiten.
Desplazarse a Tenerife en barco desde La Palma puede requerir al menos tres horas de viaje
En la isla de La Palma no existen servicios de radioterapia, neonatología o neurocirugía. Tampoco se puede practicar un cateterismo si se ha sufrido un infarto.
Desplazarse en barco para llegar a Tenerife supone un trayecto de en tres horas en barco, una hora más desde el puerto de Los Cristianos hasta el Hospital Universitario de Canarias, hospital de referencia. Y, aunque ningún palmero ha perdido su cita, según ha informado la gente de los Servicios Sanitarios de La Palma, la situación se complica cuando se trata de un traslado urgente como en el caso de un infarto. Estos trayectos suelen hacerse en helicóptero, pero tampoco pudieron despegar durante la semana que estuvo cerrado el espacio aéreo de La Palma por la ceniza. No obstante, según dicen, el problema se ha resuelto trasladando a estas personas en una ambulancia medicalizada en la bodega de un barco.
Sin embargo, los gases tóxicos en la isla también tienen otra consecuencia, especialmente en los recién nacidos que sufren bronquiolitis y que tienen que ser trasladados al servicio de neonatología (que no se encuentra en La Palma).
¿Y los bebés prematuros? Se está intentando que nazcan en Tenerife, pero esto no siempre es posible y, en ocasiones, la madre y su bebé se encuentran en islas distintas si su recién nacido se encuentra ingresado.
La situación en La Palma es muy complicada. Ya no solo a nivel sanitario. ¿Qué hay de las personas que lo han perdido todo? ¿Qué situación van a vivir estas Navidades?
¿Qué le depara el futuro a La Palma?
El volcán no ha cesado en su actividad eruptiva. Las cenizas y gases tóxicos se desplazan de forma arbitraria, al antojo del viento. Las lluvias pueden causar problemas graves cuando se mezclan con las cenizas. Los suministros tienen que llegar por barco… La vida en la isla no está siendo nada fácil.
Esta situación está dejando claro que no estamos preparados para una evacuación masiva de un amplio número de población. Algunas voces individuales ya están apostando porque, en lugar de ir “tapando agujeros”, solucionando como se pueden los problemas que van surgiendo, se procediera a una evacuación temporal de la isla. Pero, ¿esta es una opción viable? Ninguna autoridad ha hecho alusión a ello en ningún momento de todo este proceso.
Pero, ¿y si en algún momento, la calidad del aire en la isla forzara la evacuación y las cenizas volcánicas impidieran el uso del aeropuerto? ¿Estamos preparados para evacuar toda la isla en barco?
Obviamente, este escenario no se encuentra dentro de las posibilidades que se barajan. La esperanza es que el volcán cese su actividad y que no prosiga con su destrucción, que los palmeros puedan empezar a volver a recuperar sus vidas y que se empiece la reconstrucción y realojamiento de los damnificados. ¿Son solo esperanzas o el volcán tiene otros planes?
Solo esperamos que, cuando se reconstruya lo perdido, lo hagan en zonas que no estén en riesgo de una próxima erupción.
¿Y túi? ¿Qué opinas? ¿Crees que deberían evacuar temporalmente a los damnificados a otras islas cercanas? ¿Piensas que la solución está en evacuar la isla al completo y esperar a que el volcán cese su actividad?
Fotografía de la erupción del volcán de Cumbre Vieja, desde Tacande, el 2 de diciembre de 2021. Crédito: Involcan