
El 7 y el 8 de febrero de 2022, Islandia se vio afectada por una bombogénesis explosiva que generó vientos huracanados y olas gigantescas en la costa sur del país, según han informado desde la Administración de Carreteras y Costas. Una de las olas llegó a los 40 metros de altura (131 pies) y se salió de la escala, convirtiéndose así en la ola más grande jamás registrada en la costa de Islandia y entre las olas más grandes registradas en el mundo.
Las boyas de medición de olas Garðskagi informaron repetidamente de olas de 30 metros (98 pies) durante la tormenta, superando los registros históricos en cuanto a altura de olas en Islandia que quedó establecido el 9 de enero de 1990, cuando se midió una ola de 25 metros (82 pies).
En total, se han medido diez olas de 25 metros (82 pies) y cuatro olas de más de 30 metros (98 pies). Sin embargo, en esta ocasión, una de las olas fue tan gigantesca que el medidor salió disparado cuando llegó a los 40 metros (131 pies), por lo tanto, es más que probable que fuera aún más alta, pero no podremos saber nunca cuánto exactamente.
Se están llevando a cabo unos análisis de esta ola de 40 metros y, si se confirma, se convertirá en la ola más alta jamás registrada frente a la costa de Islandia y entre las olas más grandes registradas en el mundo.
La Oficina de Meteorología de Islandia había pronosticado rachas de viento de 125 kilómetros por hora (78 millas por hora), pero en algunas regiones, se superaron estos cálculos, por lo que – según ha admitido un meteorólogo de esta oficina – incluso las rachas de viento superaron los pronósticos y los eventos de este tipo son fenómenos poco frecuentes en el país.
Fotografía. Crédito: Morgunblaðið/Óskar Pétur Friðriksson