
Empezó en Francia. Concretamente, en el transporte público, en trenes de alta velocidad., e incluso en el aeropuerto Internacional Charles de Gaulle. Las chinches de cama parecían un problema puntual, pero fue a más. Pronto empezaron a darse casos también en hospitales, en los cines, en habitaciones de hoteles… Y, es que las personas somos su transporte perfecto y más efectivo. Ni siquiera nos damos cuenta de ello, hasta que aparecen en otros lugares. No por su propio pie, eso está claro…
La situación ha empeorado de tal modo en Francia, que incluso algunos colegios se han visto afectados por esta plaga, lo que ha forzado al cierre de siete de ellos, según ha confirmado el ministro de Educación de Francia este pasado viernes, afectando a unos 1.500 alumnos. Anteriormente, las autoridades habían confirmado el cierre de otros dos colegios, uno en Marsella y otro en Villefranche-sur-Saone, a las afueras de Lyon, en el sudeste del país.
En la ciudad de Amiens, en el norte, una librería municipal reabrió el sábado sus puertas después de haber permanecido siete días cerrada debido a las chinches. Tras ser fugimada, un perro detector, confirmó que no había ni rastro de estos animales.
El gobierno de Francia ha mantenido varias reuniones para examinar el número creciente de chinches que se han registrado en el país, donde albergan la Copa Mundial de Rugby y se preparan para convertirse en la sede de las Olimpiadas de París 2024.
Pero, esta plaga, ya no se limita a Francia. En el País Vasco (en España), los vecinos se muestran preocupados ante la invasión de chinches apestosas. Pueden encontrarse fácilmente en parques o en los montes, especialmente en el barrio de Kukullaga de Etxebarri o en el de Cruces en Barakaldo, así como en zonas del centro de Bilbao.
Abrir la ventana o una puerta es suficiente para que se cuelen dentro fácilmente. Cualquier hueco es suficiente para que entren, pero si cuelgan la ropa en el exterior, se introducirán en los calcetines, en los calzoncillos o en cualquier prenda, como transporte.
Las chinches apestosas llegaron al País Vasco en 2018, procedentes de los países asiáticos. No conviene pisarlas porque, cuando se ven amenazadas, desprenden un olor apestoso e inaguantable.
Según Rubén Bueno, entomólogo y director técnico de Rentokil Initial, una empresa líder mundial en el control de plagas, en sus declaraciones a 20minutos, ha explicado que, las chinches son una población que está creciendo continuamente. Estos pequeños insectos marrones buscan el contacto con las personas porque se alimentan de su sangre. Pero, pueden permanecer perfectamente un año sin comer y sobrevivir sin problemas. Por desgracia, parece que se han hecho inmunes hacia ciertas soluciones químicas que se utilizan para erradicarlas. Esta resistencia hace que conseguirlo sea algo complicado.
Según el entomólogo, debido a su resistencia a los químicos, hay que usar una vía física: someter a estos insectos a un episodio de calor durante unas horas para facilitar su eliminación de forma efectiva. Sin embargo, esta solución debe implantarse de forma rápida y por parte de profesionales que puedan llegar al objetivo de su eliminación.
¿Qué hago para frenar la propagación de las chinches?
Si aparecen chinches en tu casa, no intentes controlarlo por ti mismo/a. Es recomendable contactar con un profesional. Ten en cuenta que los insecticidas de uso doméstico no pueden eliminarlas por lo que solamente estarías dándoles más tiempo.
Si aparecen chinches en un lugar fuera de tu casa, avisa al propietario y/o a la autoridad competente.
Eso sí, según las declaraciones realizadas en Más Vale Tarde, de la Sexta, por el entómologo del Museo Nacional de Ciencias Naturales de España, Óscar Soriano, lo primero que hay que hacer para detectar su presencia es fijarse si aparecen manchas oscuras de color marrón en nuestros enseres. Esto es debido a la defecación de las chinches. Si se confirma su presencia, meter la ropa en la lavadora a 60ºC o congelar la ropa. El tercer paso sería pasar una vaporeta para tratar con vapor los zócalos de las paredes y de puertas y todo tipo de rendijas.
Pero, definitivamente, para poder zanjar este problema, lo más recomendable es contactar con profesionales.
¿Las chinches pueden afectar mi salud?
Según el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental, Sergio Monte, las chinches no son insectos que transmitan enfermedades, al menos no hay evidencias científicas de ello. Sin embargo, es cierto que algunas personas sí que han manifestado algunos problemas de salud relacionados con su presencia.
El problema más frecuente ante su presencia es psicológico, ya que genera ansiedad, insomnio y estrés. Su presencia resulta frustrante, irritable y, normalmente, genera frustración el no poder erradicarlas por uno mismo/a.
Con respecto a las picaduras, las chinches inyectan un anticoagulante y un anestésico para anular el sentido del tacto en la zona en la que pican y así evitar que la persona se dé cuenta y la agreda.
Según las estadísticas, el 40% de las personas afectadas no manifiestan ninguna dolencia física, no salen ronchas, ni reacciones alérgicas, es casi como cuando te pica un mosquito y apenas lo notas. Sin embargo, en seis de cada diez personas, se desarrolla algún tipo de lesión en la piel, una reacción alérgica o una infección, provocado por un rascado excesivo.
Obviamente, cuantas más veces piquen, más probabilidades hay de desarrollar una alergia.
¿Qué hago si tengo una reacción alérgica provocada por la picadura de chinches?
Si has tenido una reacción alérgica no muy grave, acude a la farmacia y consúltalo con el farmacéutico/a. Probablemente con algún tipo de antihistamínico será suficiente.
Si no se resuelve tu problema o si la reacción ha sido grave, acude a Urgencias, al hospital, para recibir un tratamiento más efectivo: probablemente corticoides o algún medicamento que requiera una prescripción médica.
Fotografía. Una chinche, fotografiada en 1976. Crédito: «CDC/ Donada por la Organización Mundial de la Salud, Ginebra, Suiza.», de dominio público, via Wikimedia Commons https://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/b/b1/Cimex_lectularius.jpg