
Cuando piensas en otras fuentes para conseguir agua, posiblemente veas una piscina y te preguntes si su capacidad podría serte útil en el caso de producirse una situación de emergencia en la que necesites encontrar agua para su consumo. Pero, ¿sabrías qué uso darle al agua de la piscina? ¿Puedes reconvertirla en agua potable? Y, ¿es seguro consumir el agua para otro fin?
En primer lugar, hay que partir de la base de que existen dos tipos de piscinas: de agua dulce y de agua salada. Eso sí, ambas tienen en común que, cada una a su manera, son tratadas para convertirlas en aguas aptas para el baño.
Tras consultar con varios expertos, la mayoría estuvieron de acuerdo en que se puede considerar el agua de una piscina como agua de “reserva”, por lo que recomendaban mantenerla siempre en perfectas condiciones, porque nunca se sabe cuándo la vas a necesitar. Esto puede hacerte pensar qué filtro utilizar para purificar el agua, y si usando pastillas potabilizadoras o filtros especiales, podrás convertirla en agua potable, pero, analicemos en profundidad el tipo de que agua que contiene una piscina.
Cuando se abre el grifo, el agua que sale por él tampoco es agua pura, limpia. Normalmente, ha sido tratada en la planta de tratamiento de agua con entre 1 y 1,5 mg de coloro residual por litro, de manera que pueda seguir manteniendo el agua desinfectada hasta llegar a su lugar de destino a través de las tuberías.
El cloro es necesario para matar cualquier tipo de patógeno que pueda existir en la tubería y se disipa con rapidez una vez expuesto a la luz solar y al aire.
A continuación, una vez se ha procedido al llenado de la piscina, se añade más cloro para impedir la formación de algas y mantener el agua libre de cualquier posible germen. Este cloro se pulveriza y/o añade con regularidad a la piscina.
El problema es que no solo se añade cloro al agua. Al cloro se le suele añadir un estabilizador que evita que el cloro se evapore demasiado rápido. Y, este estabilizador no se evapora como el cloro, sino que permanece y se acumula. La única forma de deshacerse de él es cuando se drena agua, de forma parcial o completa y se rellena la piscina con agua nueva. Además, hay que tener muy presente que – con frecuencia – se estabiliza el cloro con ácido ciánurico. Sí, lo has leído bien. Se trata de un derivado del cianuro.
Desgraciadamente, no nos conformamos que echarle cloro y estabilizante al agua de la piscina, sino que en ocasiones se utilizan otros productos químicos más para mantener el Ph y el cloro en sus niveles óptimos. Si no es tu piscina, a saber qué otros productos químicos contiene también. Eso, sin olvidar que el agua fácilmente podría contener protozoos como el Giardia o el Crypto, que son parásitos resistentes al cloro y que son típicos de mascotas. Al mismo tiempo, según nos han comentado algunos especialistas médicos, el cloro añadido al agua de una piscina no mata bacterias como el E. coli y algunos parásitos, por lo que beberla podría hacer enfermar a la persona.
Si añadimos que, por cualquier motivo, algún día deja de funcionar el sistema de filtrado o la bomba de motor de la piscina, en el agua depositada en la piscina empezarán a formarse algas y otros microbios en cuestión de días que podrían ser peligrosos para la salud.
Por otro lado, si se añade cloro en exceso y se ingiere o simplemente se inhala, podría manifestarse lo que se conoce como envenenamiento por cloro que causa daños graves a los pulmones y a otros órganos. Entre los primeros síntomas se encuentran: malestar estomacal, vómitos, tos persistente, problemas respiratorios y cansancio, problemas en la visión, además de enrojecimiento de la piel, inflamación y sensación de quemazón en ojos, garganta, nariz y oídos. En este caso, es necesario acudir a Urgencias para recibir tratamiento médico.
Para colmo, nuestra investigación ha descubierto que un informe emitido por el Consejo de Calidad Medio ambiental de los Estados Unidos, advierte que el riesgo de desarrollar cáncer si se bebe agua clorada es un 93% mayor que si se bebe agua no clorada.
Puede que pienses que, en caso de necesidad extrema, podrías filtrar el agua, purificarla con pastillas purificadoras y hervirla durante un minuto hasta que alcance el punto de ebullición. Es un proceso interesante, que posiblemente sirva para tratar otro tipo de agua, sin embargo, ten presente que hervir el agua de la piscina matará las bacterias y los virus, pero que los químicos y metales no se eliminarán.
Dicho todo esto, parece evidente y comprensible llegar a la conclusión de que el agua de la piscina de agua dulce no es apta para su consumo como agua potable. Sin embargo, es importante destacar que, si cuentas con el agua de una piscina, en el caso de una emergencia, puedes aprovecharla por ejemplo para hacer la colada, para tirarla por el retrete, e incluso para bañarte.
No obstante, si tienes previsto usar el agua de la piscina para estos usos que te hemos comentado, te recomendamos que – si se produce un apagón eléctrico – en caso de emergencia, cubras el agua de la piscina de inmediato para evitar perder el cloro demasiado rápido, la floración de algas y, según la estación del año en la que te encuentres, impedir que proliferen también los mosquitos.
Lo mismo sucede con el agua del termo, de la sauna y del spa. No es potable, pero puedes usarla para fregar el suelo, para tirarla por el retrete o para hacer la colada…
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