
¿Le has contado a tu familia y amigos que eres un/a prepper?
Prepararse para una emergencia era un tema tabú y la mayoría de las personas que lo hacían, nunca lo comentaban con nadie. Por temor a ser reconocidos, ocultaban sus rostros al compartir videos o fotografías. Pero, en estos tiempos en los que, por el contrario, las autoridades recomiendan prepararse para una emergencia, y algunos países incluso se lo han ordenado a sus ciudadanos como una obligación, ya son muchos los que prefieren comentarlo abiertamente. Sin embargo, independientemente de si es una práctica recomendada o no, hablar de tu preparación de emergencia y mostrar tu despensa y kits de emergencia tiene sus ventajas y sus inconvenientes. A continuación, analizamos lo bueno y lo malo de hablar y compartir tu preparación de emergencias con otras personas, para que puedas decidir si permanecer o no en el anonimato
¿Le has contado a tu familia y amigos que eres un/a prepper?. Suele ser habitual que, cuando le hablas a un amigo/a sobre tu preparación para una emergencia, termine diciéndote medio en broma: “Bueno, si algo va mal, vendré a tu casa”.
Nuestra tendencia, como humanos, es a proteger lo que tenemos, especialmente cuando las cosas van mal. No hace falta haber pasado por la experiencia, ya que los medios de comunicación nos han mostrado cómo reaccionan las multitudes cuando faltan los recursos esenciales: sublevaciones sociales, saqueos, gente robándole a los más débiles, etc.
Y claro, ninguna persona que se prepara para una emergencia está dispuesta a poner un letrero en la puerta de su casa que diga: “tengo comida de emergencia”.
En una situación de emergencia real, ¿cuál es tu objetivo? Sobrevivir seguro, ¿verdad? La seguridad, por lo tanto, es una clave importante. Quieres sobrevivir. Pero, precisamente es un deseo compartido por todo el mundo. Desgraciadamente, los que están preparados para una emergencia se convierten en un objetivo.
Ante esta perspectiva, seguro que te estás pensando mucho más con quién compartir esta información. Y, es que ciertamente, tienes que pasarle un filtro a cada una de las personas que tengas en mente. No importa que sean tus mejores amigos o que sean familia. ¡No lo comentes con nadie, a menos que estés seguro de que puedes hacerlo!
Empieza por evaluar a tu círculo más cercano de amigos, familiares y amigos. Pero, oculta esta información de extraños y de las demás personas en general.
¿Le has contado a tu familia y amigos que eres un/a prepper?. ¿A quién se lo digo?
Es muy posible que sientas miedo en compartir que te estás preparando para una emergencia. Y, tienes toda la razón. Quienes están experimentados en prepararse para una emergencia saben que una norma básica es no hablarlo con nadie. No puedes decírselo a cualquiera. De hecho, es preferible que empieces por tus familiares más directos, es decir, pareja, hijos/as, o con su familia directa. Obviamente, la ventaja que tendrán es que cuando se produzca una emergencia, sabrán exactamente lo que tienen que hacer y dónde acudir (si no están lejos y has estado guardando suministros de emergencias contándoles también a ellos) o estarán preparados para ello (si han decidido hacerlo por su cuenta).
Ten presente que los niños pequeños no suelen ser muy buenos a la hora de guardar secretos y que podrían hablar de más con terceras personas. Algunas personas, aunque sean familia, también tienen dificultades a la hora de guardar secretos. Así que no lo cuentes todo para evitar riesgos innecesarios.
Además de tu familia, puede que estés sopesando contar con algún amigo/a íntimo. Debes ser muy cauto a la hora de seleccionarlo. Tiene que ser alguien en quien confíes plenamente. Que no vaya contándolo a los demás. Puede que confíes en esta persona, pero no en quienes pudiera ir con la historia… Y, por supuesto, que nunca tuviera la tentación de robarte.
Tienes que tener presente, y aceptar, que no todos tus mejores amigos serán los más adecuados para compartir tu preparación de emergencias.
Saliendo del círculo más cercano de familiares y amigos íntimos, te preguntarás a quién más podrías implicar en la preparación de emergencias.
Algunos vecinos puede que ya lo sepan porque han visto ciertas señales, como, por ejemplo, que tienes paneles solares, un huerto en la parte de atrás de la casa, que tienes gallinas…
Pasemos ahora a un escenario posible. Imagínate que te encuentras en plena situación de emergencia. Un vecino llama a tu puerta, acompañado de sus dos hijos pequeños. Tienen hambre y te preguntan si tienes comida. Por supuesto que podrías evitar este escenario si dispusieras de un refugio alejado y oculto de los demás, pero, si no es tu caso, tienes que considerar este escenario como una posibilidad bastante probable.
¿Qué harías en este caso? Las opciones son pocas. Sin embargo, en lugar de esperar a que pueda producirse una situación parecida, podrías hacer algo de antemano para evitarlo.
Anima a los que te rodean a contar con sus propios recursos y planes de emergencia. Sí, tus vecinos más cercanos son otra opción a considerar. Cuando hay más personas a tu alrededor que están preparadas como tú, es menos probable que te veas agobiado por situaciones complicadas. El hecho de que tus vecinos sigan tu ejemplo, aumenta vuestras posibilidades de subsistir, ya que los recursos se multiplican. Ahora contáis con más refugios, podéis apoyaros los unos en los otros, compartir conocimientos, ser más fuertes ante posibles saqueos… Te sorprenderá descubrir que algunos vecinos tienen habilidades como cocinar, coser, fontanería, medicina, que son unos auténticos manitas, etc. Podría suponer un plus importante en tu preparación para una emergencia. Al fin y al cabo, tus vecinos son personas de más confianza, que vas a preferir para compartir información de preparación de emergencias que unos extraños.
Si quieres dar un paso más allá de tus vecinos, puedes plantearte la posibilidad de crear un grupo de supervivencia. Crear un grupo o equipo de supervivencia, no significa que puedas poner un anuncio en el periódico, o en las redes sociales, pidiendo personas que quieran apuntarse. Para nada. Por supuesto, tendrás que ser muy selectivo/a a la hora de elegir a quién incluir en este grupo. Como decíamos al principio de este artículo, empieza por valorar a las personas de tu círculo más cercano, como son tus amigos más íntimos y familiares. Se trata de crear un equipo compacto y que desconozcan los demás.
Al principio, quizás no quieran implicarse del todo y solo estén dispuestos a llevar a cabo determinadas tareas, pero todo comienzo es importante.
Una vez consigas crear un grupo, aunque sea pequeño, será el momento de poder compartir momentos e información. Disfrutar juntos de actividades encaminadas a la preparación, puede ser muy reconfortante y beneficioso para todos.
¿Le has contado a tu familia y amigos que eres un/a prepper?
¿A quién no deberías planteárselo?
A menos que descubras que uno de tus compañeros/as de trabajo es una persona que también se está preparando para una emergencia, es improbable que puedas incluirlos en tu relación de personas con las que compartir esta información.
Nada de mencionar entre los compañeros de trabajo: “¿Sabes? Me estoy preparando para una emergencia”. Hacerlo sería una mala idea. No solo es muy probable que, si sacas el tema, te etiqueten como “loco/a”, sino que podrías perder la estima que tienen de ti tus jefes y que ya no cuenten contigo para determinados trabajos y ascensos.
El riesgo es demasiado alto, por lo que es preferible que no hables de ello en tu lugar de trabajo y tampoco con tus compañeros/as de trabajo.
Aunque es cierto que más allá de tu círculo de amistades íntimas y familia más directa también hay otras personas, nuestra recomendación es evitar considerarlo siquiera. Cuantas más personas sepan de tu preparación de emergencias, más probabilidades de que se corra la voz y que te conviertas en el blanco perfecto cuando llegue el momento.
Los conocidos, amigos de fiestas, compañeros de estudios, etc., no pueden catalogarse como personas aptas para compartir esta información.
Cuanto más te alejes de tu círculo más cercano de familia y amigos, más posibilidades de que tus palabras caigan en saco roto. Pero, cuidado. Aunque la persona o personas con las que hables, no acepten participar, nunca olvidarán lo que les has comentado y podrían acordarse de ti en una situación de emergencia…
¿Le has contado a tu familia y amigos que eres un/a prepper?
¿Cómo introducir el tema a alguien?
En lugar de empezar a hablar directamente de la posibilidad de que se produzca una catástrofe, pregúntale qué ha hecho para prepararse para una emergencia y escucha pacientemente su opinión al respecto.
Otra forma de sacar el tema es saber qué peligros existen en la zona donde vives. Puede que sea mejor sacar el tema del riesgo de que se produzca un terremoto (si estás en un lugar donde se producen habitualmente), un apagón eléctrico, una inundación, etc. Planteando una posibilidad real, algunas personas comprenden mejor que deberían prepararse para ello.
Puede ayudar todavía más que describas un escenario posible, por ejemplo, que se produzca una inundación cando sus hijos están solos en casa o mientras está en el trabajo…
Algunas personas tienen un mal concepto de lo que significa prepararse para una emergencia y creen que tienen que escapar al campo, criar gallinas y vacas, cultivar sus verduras… Hablando con ellas puedes hacerles comprender que podría ser tan sencillo como almacenar unos suministros básicos para unas semanas en su casa, al mismo tiempo que se informan, planifican y practican.
Si ves que existe apertura de mente, puede que haya llegado el momento de compartir cuánto has disfrutado preparándote y lo que has aprendido. Pero, cuidado, no te excedas nunca a compartirlo todo. Sé prudente.
¿Le has contado a tu familia y amigos que eres un/a prepper?
¿Qué información compartir?
Compartir que te estás preparando para una emergencia, no significa que tengas que decirles a todas estas personas dónde o qué tienes en tu refugio de emergencia. Esta información tan importante, solo deberías compartirla con tu familia más directa. Más que nada porque seguramente son temas que tienen que saber para actuar de la forma adecuada si se produce una emergencia.
Si habéis quedado en que tu casa será el refugio de emergencia para todos, o que tú te encargas de prepararlo para ambas partes, tendrán que saber dónde está ubicado y lo que contiene, ya que también deberían participar en almacenar productos.
Puedes hablar de temas genéricos, como lo que habría que almacenar como comida, agua, productos de higiene… Los distintos tipos de refugio que se podrían preparar… El conocimiento que se podría adquirir para un futuro, como, por ejemplo, cursos de primeros auxilios, de naturopatía, de plantas, etc. No hace falta aportar datos personales y exactos de lo que guardas y de cuánto tienes… Y, por descontado, no hables de estos temas en lugares públicos.
De qué no hablar
Por supuesto, jamás se te ocurra comentar si guardas dinero y dónde, como tampoco deberías decir si tienes algún tipo de joya o metales preciosos. Podrías convertirte en objetivo de robo. Si tienes hijos pequeños, no compartas esta información con ellos hasta que sean más mayores y conscientes de que tienen que guardar el secreto.
Si en el lugar de tu residencia está permitida la tenencia de armas y dispones de ellas, tampoco compartas esta información con nadie. Incluso en tu familia, tendrás que ser muy selectivo. Evita que los niños/as sepan dónde guardas armas y no le digas a nadie más que dispones de ellas. Te considerarán una amenaza, alguien que está loco/a, o ambas cosas a la vez.
Pasar desapercibido/a
No pretendemos que parezcas un ermitaño, a quien no le gusta conversar con sus vecinos. Pero, es mejor pasar lo más desapercibido posible. Debes parecer una persona normal, como cualquier otra de tu vecindario. Seguramente no tienes nada de “normal”, pero es lo que toca: aparentar.
Por ejemplo, si se produce una emergencia y todos se preguntan cuándo llegará la ayuda, tú tendrás que hacer lo mismo. Si todo el vecindario está a oscuras, no pongas en marcha tu generador de emergencia para que todos sepan que eres el único que tiene electricidad. No alardees de lo que dispones. Procura evitar usar la barbacoa para hacerte esa carne que tienes guardada para la ocasión y que todos puedan oler tu comida… Lo dicho, procura pasar desapercibido. Y, si todo esto no funciona…
Marcharse
Alguien en quien confiaste, habló de más y ahora vienen a tu casa para pedirte comida, tus vecinos se han dado cuenta de que estás preparado para una emergencia… O, simplemente la emergencia te supera y no es seguro permanecer en tu casa… Entonces, ha llegado el momento de pasar al plan B. Marcharte de casa debe ser un escenario a tener en cuenta en tu preparación de emergencias, por lo que se supone que tendrás preparado un refugio seguro alejado de todos.
Coge tu mochila de emergencias y lo que hayas considerado que es necesario, y ponte en marcha.
Ante una emergencia importante, a veces, lo mejor es alejarse de las ciudades. Por lo tanto, este otro plan podría ser la mejor solución. Puede que prepararas una finca en el campo con una casita escondida entre los árboles, o la casa de un amigo en la montaña, un lugar donde la gente no se podría imaginar que viven personas que están preparadas para una emergencia.
Cuando las cosas se complican y se ha desatado el pánico, no querrás ser la persona de la que se acuerden todos y que puedan encontrarte con facilidad.
Así que, si has decidido compartir tu preparación de emergencias con alguien, sé muy selectivo. Ya sabes lo que está en juego.