
Los tsunamis son olas sísmicas en el mar. Por lo general son más comunes en la costa del Pacífico, pero se pueden registrar en cualquier zona costera que se vea alcanzada por este tipo de olas.
Los tsunamis se generan por un movimiento sísmico submarino y pueden provocar olas de un tamaño menor hasta de más de 300 metros.
ANTES DE UN TSUNAMI
Si se activa una alerta por tsunami, abandona la zona inmediatamente y llévate tu kit de emergencias. Sigue tu ruta de escape más rápida para dirigirte a una zona elevada donde estés seguro.
Si te encuentras en una ciudad costera y sientes un terremoto de intensidad moderada, como medida de precaución, aléjate de las zonas bajas, aunque no se active una alerta de tsunami.
Si ves cómo el agua del mar retrocede de forma alarmante, busca una zona elevada y segura en el interior.
No vuelvas a las zonas que hayan quedado inundadas y dañadas hasta que las autoridades confirmen que es seguro.
Efectos sobre la Salud
- Después del rescate de supervivientes, la preocupación principal para las autoridades es el agua potable, los alimentos y la atención médica.
- Las aguas estancadas pueden ser un riesgo para la salud. El agua podría estar contaminada o podría haber cables eléctricos sueltos.
- La falta de un refugio adecuado expone a las personas a la picadura de insectos, al calor o frío, así como a otros peligros medioambientales.
- La mayoría de las muertes provocadas por los tsunamis son por ahogamiento, pero también por heridas. El tsunami arrastra todo tipo de objetos contundentes. Verse arrastrados por el agua puede provocar una situación extremadamente peligrosa. Cuando el agua retrocede, la fuerte succión también puede causar heridos.
Efectos secundarios
- Los desastres naturales no siempre aumentan las enfermedades infecciosas. Sin embargo, las aguas estancadas y contaminadas, la falta de un refugio adecuado o de acceso a alimentos y atención médica, pueden tener un efecto secundario que empeore una enfermedad pre-existente.
- La descomposición de cuerpos puede desatar enfermedades y epidemias importantes. Evita el contacto directo con cuerpos en estado de descomposición sin las herramientas adecuadas.
DESPUÉS DE UN TSUNAMI
Para evitar que se desaten enfermedades, lávate las manos con agua limpia y jabón antes y después de comer o de preparar comida, así como después de acudir al aseo. Si no dispones de agua limpia, utiliza algún producto para la limpieza y desinfección que no necesite agua ni papel higiénico.
Alimentos
No comas nada que no esté cerrado al vacío (enlatados, alimentos sellados al vacío o en contenedores de plástico sellados) y que pueda haber estado en contacto con el agua estancada.
La comida enlatada que no presente daños puede ser segura. Retira las etiquetas, limpia la parte exterior con agua jabonosa y desinfecta bien la lata. Anota las fechas de caducidad.
Tira las latas que presenten abolladuras, golpes o que estén abiertas.
Si estás alimentando a un bebé, utiliza sólo comida preparada para bebés que no necesite que se le añada agua.
Si dispones de ello, el hielo puede ayudar a mantener los alimentos fríos. Unos 11,5 kg. de hielo seco pueden ayudar a mantener el congelador durante 3-4 días. Ten cuidado al manejar el hielo seco porque congela lo que toca. Ponte guantes para evitar heridas. Cuando este hielo se descongela, se transforma en gas.
Ventila las habitaciones. Sin una buena ventilación, el gas puede causar efectos nocivos, incluso provocar un sincope y la muerte.
Los alimentos descongelados normalmente se pueden comer o volver a congelar si todavía están a la temperatura de la nevera o si todavía contienen cristales de hielo. Sin embargo, ante la duda, no los consumas. Tira cualquier tipo de comida que haya estado a una temperatura ambiente durante 2 horas o más, así como cualquier comida que tenga un olor, color o textura sospechosa. Sería útil disponer de un termómetro para comprobar la temperatura del alimento.
Agua
Un tsunami genera la elevación de la marea de forma que en ocasiones puede engullir grandes extensiones de zonas geográficas. Cuando el agua llega a tierra, puede sumergir las tuberías de agua, las plantas potabilizadoras, de tratamiento de agua, etcétera, contaminando las aguas con microorganismos y químicos que pueden afectar la salud de las personas. El agua marina, al principio no supone un riesgo sanitario inmediato.
Debido al mal sabor del agua marina, la mayoría de las personas no suelen ingerir la cantidad suficiente de esta agua para provocar algún daño en su salud. Sin embargo, las enfermedades causadas por los microorganismos que pueda contener, incluso en pequeñas cantidades, puede causar problemas importantes de salud como diarrea crónica, cólera e infecciones graves.
Utilizar agua contaminada para limpiar heridas es un riesgo importante para contraer enfermedades. Además, el agua puede contener productos químicos, pesticidas, etcétera.
Hasta que no se proceda a la limpieza y desinfección de todo el sistema de suministro de agua potable, lo recomendable es consumir sólo agua embotellada. Por lo tanto:
- No utilices agua contaminada para lavar platos, limpiarte los dientes, lavar y preparar comida, lavarte las manos, hacer hielo o preparar un potito para un bebé.
- Usa productos para la limpieza y desinfección de las manos que no necesitan agua.
- Solo consume agua embotellada.
- Si usas agua embotellada, asegúrate que procede de una fuente segura. De lo contrario, tendrás que hervir el agua o utilizar algún producto especial para potabilizar el agua.
- Siempre que sea posible, hierve el agua durante 1 minuto. No hiervas el agua del mar. No es potable. Hervir el agua salada durante más de 5 minutos puede aumentar las concentraciones de sal marina y de otros contaminantes.
- En el caso de que no sea adecuado hervir el agua, puedes tratarla con pastillas de cloro, de yodo o algún otro producto que potabilice el agua. Recuerda que el uso de pastillas de cloro y de yodo o la lejía no mata los parásitos y que esta técnica no es válida para el agua del mar.
- Desinfecta pozos, aljibes, y todo tipo de depósitos de agua.
- Desinfecta las cisternas de agua de tu casa.
Higiene
Durante una catástrofe de cualquier tipo, es importante mantener unas condiciones básicas de higiene. Lávate las manos siempre con agua y jabón. El agua debe estar desinfectada y ser de una fuente fiable. Mejor que esté caliente o templada.
Ejemplos de los momentos en los que tienes que lavarte las manos:
- antes de preparar comida o de comer;
- después de ir al aseo;
- después de manejar productos contaminados;
- antes de curar una herida.
Cuando no dispongas de agua limpia, utiliza productos con base de alcohol que no necesitan agua.
El agua que permanece estancada porque ha inundado una zona puede contener materiales fecales procedentes del sistema de alcantarillado y ser un peligro sanitario. Aunque el contacto directo con la piel no supone un riesgo grave para la salud, existe cierto peligro si se bebe o si se come algo preparado con esta agua contaminada. Evita que los niños jueguen en esta agua.
Imagen de Stefan Keller en Pixabay