
Existen una variedad de escenarios posibles por los que podría producirse un apagón eléctrico masivo. Supongamos que se ha producido el peor escenario posible: un pulso electromagnético de gran potencia. La emisión de una cantidad importante de energía electromagnética podría tener el potencial suficiente como para causar una catástrofe en nuestra sociedad moderna. Y no precisamente porque su emisión vaya a causar muertos o heridos, sino por sus efectos, principalmente porque dependemos de la electricidad prácticamente para todo.
Si no estabas protegido/a para soportar el ataque de un pulso electromagnético, TODO que funcione con electricidad quedará inservible. Así que, ya puedes empezar a pensarlo. Haz una lista de lo que dejaría de funcionar y seguramente te sorprenderá (cajeros, gasolineras, ordenadores, frigoríficos, teléfonos, incluso aviones…). Los aparatos que se ven afectados por un pulso electromagnético quedan “fritos”.
La desesperación de los que te rodean ante la falta de electricidad, no tardará en manifestarse, así que, puede que te hayas preparado para afrontar este tipo de emergencia, pero, también debes considerar los efectos a nivel social.
Por desgracia, según estudios llevados a cabo por algunas organizaciones gubernamentales, se calcula que un 90% de la población podría perecer en el primer año por las consecuencias de un pulso electromagnético de grandes proporciones.
Si quieres sobrevivir a un apagón eléctrico duradero, sin duda lo mejor es aprender de quienes viven su día a día sin este tipo de energía en sus vidas desde hace mucho tiempo: los Amish.
Los amish son un grupo etnorreligoso protestante, conocidos mayormente por su estilo de vida sencillo, vestimenta tradicional y modesta, y por su resistencia a adoptar comodidades y tecnologías modernas como las relacionadas con la electricidad. Durante cientos de años han conservado comida, trabajado la tierra y cocinado sus alimentos sin necesidad de utilizar electricidad. Utilizan la fuerza del hombre, herramientas manuales, hornos de leña y el trabajo de los animales para vivir, más o menos de forma confortable.
Podemos aprender muchas cosas de los Amish, pero sin lugar a dudas, una que impresiona es cómo tratan sus herramientas y sus animales. Nunca verás una herramienta en malas condiciones. Las guardan siempre en el mismo lugar e impolutas. No las dejan olvidadas bajo la lluvia y se esfuerzan para que estén siempre a punto. Desde muy temprana edad, los niños aprenden a cuidar sus cosas y a ser responsables.
Por supuesto, enmarcado dentro de esta responsabilidad, los amish también cuidan mucho de sus animales de granja. Son su mano de obra. Les ayudan a cosechar y a plantar, a transportar, a cargar peso… Les cuidan con cariño y esmero para que puedan durarles muchos años. Como sucede con las herramientas de trabajo, los niños aprenden a peinarles, a cuidarles y a entrenar caballos.
Otro tema que llevan con seriedad es la preparación de sus hijos. Teniendo en cuenta que, durante un escenario de catástrofe, no habrá colegios, es lógico considerar almacenar libros de enseñanza de todo tipo, tanto para niños como para mayores, ya que nosotros también tenemos que contar con conocimientos generales sobre todo tipo de materias: plantas, medicina, cocina, pesca, caza, jardinería, etc.
Por su parte, las niñas y mujeres amish suelen aprender a coser. Hay que tener en cuenta que no utilizan electricidad, por lo que tienen que saber hacer remiendos y coser ropa. Con el tiempo, incluso son capaces de diseñar su propia ropa. La ropa suele ser resistente y preparada para soportar una gran carga de trabajo.
Porque, una de las cosas básicas que tienen los amish es que viven de su propia granja. Suelen plantar maíz, trigo, patatas, tomates, y por supuesto, el alimento básico para sus animales. Todo lo que cultivan lo hacen con la ayuda del equipo del que tiran sus caballos y gran parte de su cosecha, la venden en el mercado para invertir en otros proyectos, como por ejemplo para comprar vallas, etc.
Para aprender a sobrevivir, no solo hay que almacenar comida, también requiere aprender muchas habilidades y aumentar nuestros conocimientos. Por ejemplo, tendrás que saber reconocer las plantas, especialmente las comestibles y las que pueden servir para tratar ciertos problemas de salud. Los amish tienen un gran conocimiento del medio animal y de las plantas. Un amish puede salir al campo y regresar con leña para hacer fuego, así como con cualquier planta que puedan usar para comer. Son capaces de sobrevivir incluso en el caso de que falle la cosecha.
¿Y tú? ¿Crees que serías capaz de sobrevivir sin electricidad? Si cumples con estos puntos básicos de los amish, lo más seguro es que estarás mucho mas preparado/a para afrontar una emergencia catastrófica en la que el mundo tenga que seguir adelante sin electricidad.
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Fotografía de dominio público. Crédito: Imagen de Charlie Yoon en Pixabay