
Los incendios forestales son cada vez más virulentos. Avanzan rápidamente y suelen presentar llamas que alcanzan grandes alturas. No se puede decir qué zona es más propensa que otra porque recientemente suceden en cualquier lugar del mundo e incluso durante todo el año, no solo en verano. Es por este motivo por el que lo más sensato es que, independientemente del lugar en el que residas, te prepares para poder ofrecer los primeros auxilios en caso de que alguien sufra heridas por un incendio forestal.
Lo primero que se piensa cuando se habla de un incendio forestal es en las llamas. Y, ciertamente es un peligro potencial capaz de causar la muerte. Pero, los incendios forestales también pueden producir numerosos efectos crónicos y agudos en la salud de las personas. Desde síntomas respiratorios y cardiovasculares, hasta quemaduras, traumatismos, efectos en la salud mental y desórdenes reproductivos e inmunológicos.
A continuación, te explicamos algunas de las heridas más comunes durante los incendios forestales y cómo puedes tratarlas.
¿Cómo tratar las quemaduras?
La mayoría de las quemaduras leves se pueden tratar fácilmente en el hogar. En unas semanas suelen estar curadas. Las más graves, requieren de la asistencia médica adecuada, incluso en centros médicos con unidades especiales para quemados. Puedes ampliar información sobre las quemaduras y sobre cómo tratarlas en nuestro artículo: “Quemaduras. ¿Cómo tratarlas?”
Laceraciones, cortes y arañazos
Un arañazo suele ser una herida menor, fácilmente tratable. Con limpiarla bien y desinfectarla, podría ser más que suficiente.
Los cortes ya son otro tema. Una herida abierta expone el tejido interno al medio externo. Lo lógico es acudir a un médico si te haces algún corte profundo que sangre bastante o que se infecte. Si es leve, es posible que puedas solucionarlo sin tener que acudir a un especialista médico.
Si la herida está cerrada, habrá sangrado bajo la superficie de la piel. Por ejemplo, cuando aparece un moratón. Pero, si la herida está abierta, hay que tomar otras precauciones, según el tipo de herida.
Abrasiones (arañazos). Sucede cuando se roza la piel o se desliza contra alguna superficie áspera. Desinfecta la herida y elimina cualquier posible residuo para evitar infecciones.
Laceraciones. Se trata de una herida abierta profunda o un desgarro de la piel. Suelen producirse por incidentes o accidentes con maquinaria, cuchillos u otras herramientas o elementos afilados. Pueden causar bastante sangrado.
Punción. La herida punzante presenta un pequeño orificio en el tejido blanco, pero puede sangrar bastante. Las profundas incluso pueden dañar los músculos o los nervios y posiblemente necesiten puntos.
Kit de primeros auxilios
Disponer de un kit de primeros auxilios en el hogar y en el coche puede resultar útil para poder proporcionar los primeros auxilios durante una emergencia hasta que llegue la asistencia médica.
Pero, ¿qué puedes incluir? Desde AlertaTierra.com te lo ponemos fácil, explicándote con detalle todos los artículos básicos que deberías incluir en tu kit de primeros auxilios. Sigue este enlace para conocer los detalles: kit de primeros auxilios
Primeros auxilios ante un corte o arañazo
Siempre que vayas a tocar alguna herida, lávate las manos con agua y jabón neutro o al menos con agua.
Presiona la herida para detener el sangrado.
Limpia la herida con agua limpia o con agua y jabón neutro. No frotes. Hazlo suavemente y, si es posible, procura retirar cualquier objeto que haya en la herida, con sumo cuidado. No hace falta usar yodo o alcohol para limpiar cortes o arañazos leves, ya que podrían irritar la herida. Con usar agua fresca y limpia suele ser suficiente.
Administra alguna pomada antibiótica.
Cubre la zona con un esparadrapo o con un vendaje limpio.
Revisa la herida cada 24 horas. Cambia el vendaje o esparadrapo al menos una vez cada día o cuando se moje.
Los cortes leves deberían curarse en una semana aproximadamente. Si ves que es grande, tarda más en curar, sangra o se ha infectado, acude a un médico de inmediato.
¿Cuándo acudir a un médico?
Para heridas que no sean leves, acude a un médico en cuanto sea posible. Especialmente, si la herida es en la cara, es profunda, no puedes retirar la suciedad o los objetos incrustados en ella, crees que pueda ser necesario aplicar puntos, sientes la zona como si estuviera dormida o si aparecen síntomas de infección como pueden ser: dolor, inflamación o hinchazón, mal olor, fiebre, calor, enrojecimiento y pus.
Si la herida es profunda o si se ha hecho con un metal, si no te has puesto la inyección del tétanos en los últimos 5 años, deberías ponértela.
Otras alternativas
Si sufres algún corte o arañazo leve durante el transcurso de una catástrofe de grandes proporciones y resulta imposible recibir asistencia médica, estas recomendaciones anteriores pueden ser de gran utilidad, pero también existen otras opciones alternativas que podrías aplicar en estos casos, como son:
Sin olvidar el aloe vera, cuyas propiedades podrían ir mucho más allá de lo que conocemos. Pero, de este tema ya hablaremos en otra ocasión.
Traumatismo o fractura de hueso. Primeros auxilios.
A ser posible, evita mover a la persona, ya que podrías empeorar su lesión.
Mientras llega la asistencia médica:
Lávate las manos con agua o con agua y jabón.
Aplica presión en la herida para evitar el sangrado (utiliza un vendaje o ropa limpia).
Inmoviliza la zona. No intentes realinear el hueso que se haya fracturado. Puedes aplicar una férula en el área por encima y por debajo del lugar lesionado. Rellenar la férula puede ayudar a aliviar el dolor y la incomodidad.
Para disminuir la inflamación y el dolor, aplica una bolsa de hielo sobre la lesión. Nunca de forma directa, sino sobre alguna prenda.
Si fuera necesario, puede tomar un analgésico y/o antiinflamatorio.
Verifica si hay algún síntoma de shock. Es decir, respiración agitada, con inspiraciones rápidas, sensación de mareo… En este caso, pon sus piernas un poco elevadas.
¿Cuándo acudir a un médico?
Un traumatismo o fractura de hueso es una lesión seria. Es necesario acudir al médico, siempre, tras recibir los primeros auxilios o nada más producirse.
Inhalación de humos o monóxido de carbono
Los efectos más comunes de la contaminación del aire por un incendio forestal incluyen irritación en los ojos y tos. Pero, el daño podría profundizar más en tu cuerpo. Las partículas minúsculas que contiene el humo de un incendio forestal son dañinas y son tan pequeñas que solo se pueden ver con un microscopio. Estas partículas, al inhalarse, se pueden asentar en los pulmones. Y, una vez en los pulmones, pueden provocar ataques de asma, ataques cardíacos y embolias.
¿Qué puedes hacer? Utiliza una mascarilla adecuada para filtrar este tipo de partículas y protege tus ojos con gafas. Aléjate de la zona lo antes posible.
Sin la protección adecuada, procura exponerte el menor tiempo posible al humo de un incendio forestal.
Si has inhalado demasiado humo del incendio o has respirado monóxido de carbono, acude a Urgencias. Respirar monóxido de carbono disminuye la cantidad de oxígeno que inhalas y puede causar mareo, náuseas y, en concentraciones elevadas, la muerte.
Próximamente te hablaremos sobre las enfermedades más comunes relacionadas con el calor y cómo actuar en cada caso.